Mas de doce comunidades t’simane del sector Yacuma han sido ignoradas por el saneamiento de tierras realizado por el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). El territorio ancestral de estas comunidades está siendo avasallado por asentamientos de interculturales.
El saneamiento de tierras ha alcanzado un 92% del territorio de Bolivia. El INRA anuncia su pronta conclusión. Varios son los territorios que han sido titulados desde la marcha indígena de 1990. Sin embargo, hay pueblos indígenas que fueron olvidados por el saneamiento. Ese es el caso de los t’simane del sector Yacuma que se encuentra en el departamento del Beni a lo largo de la carretera que va de Yucumo a Rurrenabaque.
El pueblo indígena T’simane tiene una población de más de 16.000 habitantes y está repartido en al menos 164 comunidades. La mayoría del Pueblo Indígena T’simane habita cuatro territorios indígenas titulados: El territorio indígena Chiman (TICH), el Pilon Laja, el TIPNIS y el territorio indígena multiétnico (TIM). Sin embargo, en el sector de Yacuma entre los municipios de Rurrenabaque y San Borja habitan alrededor de doce comunidades a las cuáles el INRA no les ha reconocido hasta ahora su territorio ancestral.
Los t’simane viven en pequeñas comunidades, de aproximadamente 6 familias, y se desplazan a lo largo de grandes extensiones para cazar, pescar, recolectar frutos, conseguir jatata y realizar ciertas actividades agrícolas. Su lengua tsimane tiene raíces en el arawak.
Los t’simane no están insertos en la economía mercantil dominante del país. El consumo de algunos alimentos, herramientas, ropa y medicamentos desencadena relaciones de dependencia con otros grupos sociales que generalmente tienden a engañarlos, explotarlos y despojarlos de sus tierras.
Los t’simane son un pueblo indígena que lidia con el conflicto de una forma muy particular. Cuando surgen peleas dentro de una comunidad las familias involucradas suelen retirarse y buscar otros espacios para vivir.
El avasallamiento de sus territorios ancestrales con la complicidad del Estado agrava su situación de alta vulnerabilidad. La población tsimane es en general discriminada y no tiene acceso a una justicia en igualdad de condiciones con otros sectores sociales. Sus denuncias no son atendidas y son paralizadas por el prejuicio imperante en la sociedad. Las mujeres t’simane son victimas de la violencia y sus derechos sexuales y reproductivos no son respetados.
Sin territorio indígena reconocido legalmente, las mas de 200 familias de las doce comunidades t’simane del sector Yacuma están cercadas por asentamientos de interculturales y colonizadores que colocan trancas en las sendas y caminos de acceso a sus comunidades, vulnerando su derecho al libre tránsito. Estos puestos de control carretero se han convertido en mecanismos de presión, extorsión y chantaje.
Cuando en 2008 el saneamiento de tierras llegó a esta región, el INRA sólo tomó en cuenta a 4 de las 12 comunidades t’simane que habitan la zona. A esas cuatro comunidades el INRA las tituló como propiedades comunitarias, es decir a raíz de 50 hectáreas por familia, como si se tratara de agricultores y no de indígenas seminómadas. La mayoría de las comunidades t’simane que viven en el monte ni siquiera se enteraron que sus territorios ancestrales estaban siendo saneados y dotados a favor de terceros. Varias comunidades t’simane no fueron tomadas en cuenta debido a que estaban compuestas por pocas familias. En otros casos los ignoraron porque no contaban con cédula de identidad y sus actividades agrícolas eran muy pequeñas.
El Estado boliviano en lugar de reconocer la propiedad de sus tierras y territorios ancestrales, como establece la Constitución política del Estado, declaró su territorio como tierra fiscal de dominio estatal, y la empezó a entregar a interculturales y colonizadores en una clara muestra de discriminación étnica y racial. Las comunidades t’simane “Agua Salada”, “San Gabriel” y “Rio Grande” fueron desalojadas, en algunos casos de forma violenta e inhumana, para garantizar las dotaciones a interculturales. En la actualidad las 12 comunidades t’simane del sector Yacuma están rodeadas por más de 80 asentamientos.
El 13 de julio de 2021 las comunidades t’simane del sector Yacuma presentaron una demanda de dotación y titulación de Tierras Comunitarias de Origen. Hasta la fecha su demanda no ha sido atendida por el INRA aduciendo que dichas tierras ya fueron saneadas. El Estado Plurinacional de Bolivia continua vulnerando el derecho al territorio de estas 12 comunidades t’simane.
fundacionsolon.org 
Mas de doce comunidades t’simane del sector Yacuma han sido ignoradas por el saneamiento de tierras realizado por el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). El territorio ancestral de estas comunidades está siendo avasallado por asentamientos de interculturales.
El saneamiento de tierras ha alcanzado un 92% del territorio de Bolivia. El INRA anuncia su pronta conclusión. Varios son los territorios que han sido titulados desde la marcha indígena de 1990. Sin embargo, hay pueblos indígenas que fueron olvidados por el saneamiento. Ese es el caso de los t’simane del sector Yacuma que se encuentra en el departamento del Beni a lo largo de la carretera que va de Yucumo a Rurrenabaque.
El pueblo indígena T’simane tiene una población de más de 16.000 habitantes y está repartido en al menos 164 comunidades. La mayoría del Pueblo Indígena T’simane habita cuatro territorios indígenas titulados: El territorio indígena Chiman (TICH), el Pilon Laja, el TIPNIS y el territorio indígena multiétnico (TIM). Sin embargo, en el sector de Yacuma entre los municipios de Rurrenabaque y San Borja habitan alrededor de doce comunidades a las cuáles el INRA no les ha reconocido hasta ahora su territorio ancestral.
Los t’simane viven en pequeñas comunidades, de aproximadamente 6 familias, y se desplazan a lo largo de grandes extensiones para cazar, pescar, recolectar frutos, conseguir jatata y realizar ciertas actividades agrícolas. Su lengua tsimane tiene raíces en el arawak.
Los t’simane no están insertos en la economía mercantil dominante del país. El consumo de algunos alimentos, herramientas, ropa y medicamentos desencadena relaciones de dependencia con otros grupos sociales que generalmente tienden a engañarlos, explotarlos y despojarlos de sus tierras.
Los t’simane son un pueblo indígena que lidia con el conflicto de una forma muy particular. Cuando surgen peleas dentro de una comunidad las familias involucradas suelen retirarse y buscar otros espacios para vivir.
El avasallamiento de sus territorios ancestrales con la complicidad del Estado agrava su situación de alta vulnerabilidad. La población tsimane es en general discriminada y no tiene acceso a una justicia en igualdad de condiciones con otros sectores sociales. Sus denuncias no son atendidas y son paralizadas por el prejuicio imperante en la sociedad. Las mujeres t’simane son victimas de la violencia y sus derechos sexuales y reproductivos no son respetados.
Sin territorio indígena reconocido legalmente, las mas de 200 familias de las doce comunidades t’simane del sector Yacuma están cercadas por asentamientos de interculturales y colonizadores que colocan trancas en las sendas y caminos de acceso a sus comunidades, vulnerando su derecho al libre tránsito. Estos puestos de control carretero se han convertido en mecanismos de presión, extorsión y chantaje.
Cuando en 2008 el saneamiento de tierras llegó a esta región, el INRA sólo tomó en cuenta a 4 de las 12 comunidades t’simane que habitan la zona. A esas cuatro comunidades el INRA las tituló como propiedades comunitarias, es decir a raíz de 50 hectáreas por familia, como si se tratara de agricultores y no de indígenas seminómadas. La mayoría de las comunidades t’simane que viven en el monte ni siquiera se enteraron que sus territorios ancestrales estaban siendo saneados y dotados a favor de terceros. Varias comunidades t’simane no fueron tomadas en cuenta debido a que estaban compuestas por pocas familias. En otros casos los ignoraron porque no contaban con cédula de identidad y sus actividades agrícolas eran muy pequeñas.
El Estado boliviano en lugar de reconocer la propiedad de sus tierras y territorios ancestrales, como establece la Constitución política del Estado, declaró su territorio como tierra fiscal de dominio estatal, y la empezó a entregar a interculturales y colonizadores en una clara muestra de discriminación étnica y racial. Las comunidades t’simane “Agua Salada”, “San Gabriel” y “Rio Grande” fueron desalojadas, en algunos casos de forma violenta e inhumana, para garantizar las dotaciones a interculturales. En la actualidad las 12 comunidades t’simane del sector Yacuma están rodeadas por más de 80 asentamientos.
El 13 de julio de 2021 las comunidades t’simane del sector Yacuma presentaron una demanda de dotación y titulación de Tierras Comunitarias de Origen. Hasta la fecha su demanda no ha sido atendida por el INRA aduciendo que dichas tierras ya fueron saneadas. El Estado Plurinacional de Bolivia continua vulnerando el derecho al territorio de estas 12 comunidades t’simane.
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