Uno de los problemas recurrentes en los últimos años ha sido la espera interminable de que el proyecto del litio despegue. Garrafales errores de gestión han caracterizado este proceso. Sin embargo, el contenido de este contrato no solo perpetúa estas fallas, sino que las profundiza, llevando el concepto de industrialización hacia un horizonte incierto para no decir inexistente.

Por José Carlos Solón Romero
Lea la publicación completa aquí


Pingback: El futuro del Salar: Los Contratos con Rusia y China