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Rastros de las socializaciones de YLB durante el gobierno de Luis Arce Catacora

Las socializaciones constituyen una estrategia potencial para garantizar la transparencia y brindar información hacia las comunidades involucradas en procesos y dinámicas extractivas. En el caso de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), este proceso cobra aún más relevancia debido al impacto que la explotación del litio puede tener en el desarrollo económico, social y medioambiental de la región. Sin embargo, a la luz de la firma de contratos con empresas de China y Rusia, diversas comunidades indígenas han expresado su preocupación por la falta de procesos de consulta para el consentimiento previo, libre e informado.

Los habitantes del sudoeste potosino, especialmente las comunidades directamente afectadas de Nor Lípez, denunciaron la falta de información y transparencia sobre los planes y estrategias de los convenios que, desde las convocatorias internacionales de 2021, se transformaron en contratos. La desinformación y el desconocimiento generaron incertidumbre y preocupación, particularmente por los posibles impactos ambientales y las consecuencias que estos podrían tener en sus medios de vida y formas de subsistencia.

Según las redes sociales y plataformas web de YLB, durante el gobierno de Luis Arce Catacora –hasta mayo del 2025–, la empresa nacional llevó a cabo 83 socializaciones. La información presentada a continuación fue recopilada tras una exhaustiva búsqueda en diversas plataformas virtuales de Yacimientos de Litio Bolivianos (Facebook, X – antes Twitter -, página oficial de YLB), así como en notas de prensa, registros de medios escritos y radiofónicos, entre otras fuentes.

Las socializaciones en el tiempo y provincias

En 2021, durante el primer año de gobierno de Luis Arce Catacora, YLB llevó a cabo tan solo diez socializaciones, de las cuales solo se registraron 4 socializaciones en comunidades indígenas de la región del sudoeste potosino (Julaca, Calcha K, Colcha K y Mallcu Villa Mar).

El año 2022, YLB realizó un total de 22 eventos, de los cuales 8 fueron en las comunidades indígenas, es decir el 36% del total de socializaciones en la gestión 2022 se registraron en áreas rurales de la región del sudoeste potosino, lugar donde los impactos ambientales se sentirán con más fuerza debido a la cercanía a la explotación del litio. En 2023, año en el cual se suscribieron convenios con el consorcio chino CBC, la empresa rusa Uranium One Group y la compañía CITIC
GUOAN, se realizaron 30 socializaciones, de las cuales 43% se registraron en las comunidades indígenas de dicha región.

En cuanto a las ubicaciones precisas de las socializaciones, entre 2021 y lo que va de 2025, la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos realizó 60 socializaciones en el Departamento de Potosí, 16 en el Departamento de Oruro, 5 en el Departamento de La Paz y 2 en el departamento de Cochabamba.

YLB realizó socializaciones en 11 provincias del Departamento de Potosí: Tomas Frías, Antonio Quijarro, Nor Lipez, Sud Lipez, Daniel Campos, Enrique Baldivieso, Bernardino Bilbao, Rafael Bustillo, Chayanta, Cornelio Saavedra y Sud Chichas. En el Departamento de Oruro se tiene registrado en tan solo tres provincias: Cercado, Ladislao Cabrera y Atahuallpa.

Sin embargo, la empresa estatal realizó cinco socializaciones en la ciudad de La Paz y dos socializaciones en la ciudad de Cochabamba, invitando a actores de comunidades, municipios y provincias involucradas a recorrer largas distancias para solamente recibir información. Existe una diferencia significativa entre acercar la información a las comunidades y hacer que estas se desplacen para ser informadas. Mientras que las primeras garantizan una mayor inclusión y participación, las segundas limitan el acceso y la representatividad real en el proceso.

En el Departamento de Oruro se registraron once socializaciones en la capital provincial, mientras que en las provincias rurales cercanas al Salar de Coipasa (Ladislao Cabrera y Atahuallpa) a penas se realizaron cinco. Esto significa que apenas el 31% del total de socializaciones en Oruro se llevaron a cabo en áreas rurales, evidenciando una marcada concentración de estas actividades en la ciudad en detrimento de las comunidades directamente involucradas en el proyecto.

A partir de la gráfica anterior, se pueden destacar dos observaciones generales:

Primero, YLB llevó a cabo actividades de socialización en siete ciudades urbanas (La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba, Llallagua, Tupiza y Uyuni) entre 2021 y
mayo de 2025.

Asimismo, según la información publicada por YLB, la empresa visitó 30 localidades rurales y comunidades indígenas en los departamentos de Oruro y Potosí, de las cuales corresponden las comunidades de Julaca, Calcha K, Mallcu Villa Mar, Tahua, Río Grande, Porco, Llica, Santiago de Chuvica, Mañica, San Juan del Rosario, Cocani, Palca, Coroma, Tomave, Pulacayo, Mojinete, Acasio, Pocoata, San Pedro de Macha, Alota, Soniquera, Copacabana, Canquella, Chaqui, Nueva Esperanza, Colcha K, Viluyo, Coipasa, Sabaya y Salinas de Garci Mendoza. Sin embargo, en 20 de estas comunidades, YLB realizó solo una visita, sin posteriores retornos ni contacto continuo.

Por último, se llevaron a cabo tres socializaciones dentro de las instalaciones de YLB en la Reserva Fiscal: dos en Lliphi y una en el Campamento de YLB en la Laguna de Pastos Grandes

La segunda observación es que se han realizado un total de 39 socializaciones en áreas urbanas y 41 en áreas rurales. ¿Qué nos indica esto? ¿Es equivalente socializar en áreas urbanas y en áreas rurales? Existe una relación directa entre la proximidad del punto de socialización y las áreas de impacto directo. Cuando la socialización se lleva a cabo en una ciudad alejada de la zona de extracción, las expectativas, incertidumbres y percepciones sobre la actividad extractiva son muy distintas.

Quienes viven cerca del yacimiento y conviven con las instalaciones de extracción suelen preocuparse por el acceso al agua, la contaminación del aire, los cambios climatológicos y una serie de efectos que afectan directamente su vida cotidiana. En cambio, a mayor distancia, las preocupaciones giran en torno a la
inversión, las regalías y la redistribución de los beneficios económicos, etc.

No obstante, el caso del salar de Uyuni es excepcional. Su desarrollo turístico y su valor simbólico en el imaginario boliviano lo convierten en mucho más que un
yacimiento: es visto como una fuente clave de ingresos por turismo y como una maravilla natural, testigo de tiempos geológicos inmemoriales.

En este contexto, la distribución y frecuencia de las socializaciones reflejan diferencias en las preocupaciones y expectativas de los distintos actores involucrados. Mientras las comunidades cercanas al yacimiento enfrentan impactos directos, las áreas urbanas observan la actividad desde una perspectiva más económica y política. Comprender estas dinámicas es clave para evaluar el alcance y la efectividad de los procesos de socialización emprendidos por YLB.

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