[Walter Solón Romero Gonzales] La estaba pasando muy mal en La Paz, entonces me acordé del ofrecimiento de Don Cecilio Guzmán de Rojas y fui a buscarle: Continúa leyendo Dormía donde posa la modelo
Dormía donde posa la modelo

[Walter Solón Romero Gonzales] La estaba pasando muy mal en La Paz, entonces me acordé del ofrecimiento de Don Cecilio Guzmán de Rojas y fui a buscarle: Continúa leyendo Dormía donde posa la modelo
[Walter Solón Romero Gonzales] Me quedé en la ciudad de La Paz. Ingrese al colegio San Calixto pero ya no tenía beca y debía pagar pensión mensualmente. Mi hermana Elena no me podía mantener. Mi situación era incierta. Por eso me salí del colegio de curas y me fui al Ayacucho, de donde egresé como bachiller. Continúa leyendo Dormíamos a salto de mata
[Walter Solón Romero Gonzales] El año 1939 o 1940 se produjo en La Paz un acontecimiento católico. A ese evento vino una delegación de Sucre de 40 estudiantes. A mí, me incluyeron en esa delegación. Nos alojaron en el colegio San Calixto. Continúa leyendo Plantoneando descalzo
[Walter Solón Romero Gonzales] Andrés, mi amigo de Uyuni que también estudiaba en el colegio Sagrados Corazones, me dijo un día:
– “Te invito a la matinal”
– “¿Qué es eso?”
– “Ven. Ya vas a ver” Continúa leyendo Mi primera y más triste matinal
[Walter Solón Romero Gonzales] En el colegio Sagrado Corazones de Sucre la educación era muy rígida. Casi siempre a media mañana había que rezar el rosario. En la mañana ir a misa. Todo eso imponía una disciplina. Había un taller de mayores, un taller de menores y la sala de primaria. Continúa leyendo Nosotros también tenemos nuestro pintor
[Walter Solón Romero Gonzales] El año que muere mi mamá, mi hermana Elena decide traerme a Sucre. Continúa leyendo Sentir la cosa viva
[Walter Solón Romero Gonzales] Mi madre siempre estaba enferma, adolecía de un mal tremendo al corazón. Era muy joven, apenas si pasaba los treinta años. Yo me preocupaba muchísimo aunque tenía poquísimos años. Cada vez que la veía dormida pensaba que había muerto. La veía sin moverse, en silencio, me acercaba, la tocaba y la hacía despertar. Continúa leyendo Ruido de Guirnaldas
[Walter Solón Romero Gonzales] Mi padre sin duda adquirió una serie de experiencias en sus viajes de juventud. Conoció el mar, otros países y cuando llegó a su casa, que era muy grande la decoró con murales, más propiamente, con inmensos cuadros pintados al óleo en las paredes. Al pasar el tiempo, mi hermano Goyo se encargó de transformarlos un poco. Unas veces los repintaba, otras veces les añadía algunos elementos, como un avión, un barco… Continúa leyendo El Deseo de Pintar
[Walter Solón Romero Gonzales] La abuela murió sin decir donde estaba enterrado el tesoro. Mi padre y mi madre fueron a hablar con mi abuela cuando enfermó, pero ella había perdido la palabra. Sólo hacía señas que nunca quedaron claras. Dividía la mano con sus dedos y levantaba un dedo. Continúa leyendo El tesoro que cambio su vida
[Walter Solón Romero Gonzales] Nunca hablé con él. Murió antes de que naciera. Mi abuelo (Gregorio Romero Macne) vino de Chile. Fundó un tambo en Uyuni cuando todavía no había el ferrocarril Antofagasta – La Paz. Las diligencias que recorrían el trayecto desde Oruro hasta Iquique hacían una posta en ese tambo. Dicen que llegaban enormes carretones. Yo todavía recuerdo enormes construcciones y carretas en el patio del tambo. Alrededor de ese tambo se fundó Uyuni. Continúa leyendo Mi padre aventurero
[Walter Solón Romero Gonzales] Mi recuerdo más antiguo es el tren. Lo que más me gustaba era salir a las cinco de la tarde y ver llegar el tren. Veía en el altiplano una enorme riel que se perdía en el infinito. Era apenas un punto, un poco de humo, el sonido de un pito… y llegaba a la estación. Saludábamos hasta el último pasajero. Era la diversión de todos los días. Tenía la idea de que el mundo venía en el tren. Continúa leyendo Cuando el mundo llegaba en un tren