Todos los partidos políticos hablan del litio y lo destacan como un elemento central para el desarrollo del país. Sin embargo, más allá de la retórica, no hay propuestas concretas para hacer frente a la casi paralización del proyecto de industrialización del litio. Los programas de los partidos no se refieren a los problemas de la última década en la industrialización del litio. Tampoco hacen planteamientos para resolver los posibles escenarios de conflicto después de la abrogación por Evo Morales del Decreto Supremo 3738 que creó la empresa mixta entre Yacimientos del Litio Bolivianos (YLB) y la empresa alemana ACISA. En relación a los temas ambientales y de consulta previa libre e informada a las poblaciones indígenas se dice muy poco o nada.
Desde el 2013 Bolivia comenzó a producir a nivel piloto cloruro de potasio y carbonato de litio y a partir del 2017 también empezó a producir a nivel piloto materiales catódicos y baterías de ion litio. El 2018 comenzó la segunda fase de producción industrial con la inauguración de la primera planta industrial de cloruro de potasio, con capacidad instalada de 350.000 Toneladas/año. Esta planta industrial opera hasta la fecha a menos del 10% de su capacidad. Asimismo, se tiene planificado concluir el 2020 la construcción de la planta industrial de carbonato de litio; la misma que, hasta febrero de este año, contaba con un 38% de avance[1].
Hasta finales del 2019, la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) produjo en la planta industrial de cloruro de potasio a penas 26.741 toneladas de cloruro de potasio y en la planta piloto de carbonato de litio 420 toneladas. Hasta fines del 2019 se exportaron 21.036 toneladas de cloruro de potasio y 120 kilos (en calidad de muestra) de carbonato de litio[2].
Movimiento Al Socialismo
El programa de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) del 2020 no sufrió cambios relevantes respecto al litio en relación a su propuesta del 2019. Al igual que el año pasado, destaca de manera grandilocuente los logros alcanzados en la industrialización del litio[3] y, por el otro lado, plantea continuar con la implementación del Plan Nacional de la Industrialización del litio desarrollado durante sus anteriores gestiones. No realiza ninguna evaluación autocrítica del hecho de que Bolivia es absolutamente marginal en el mercado del litio, ni plantea una ruta de acción para hacer frente a la situación después de la disolución de la empresa YLB-ACISA. El MAS sigue hablando como si nada hubiera pasado en la diversificación productiva, la industrialización de los recursos naturales y la inserción de Bolivia en los primeros eslabones de la cadena de industrialización de materiales catódicos y baterías de litio.
El programa de gobierno del MAS plantea en primer lugar, “concretar la tercera fase de inversiones, para lograr la producción de materiales catódicos y baterías de litio, completando así la industrialización del litio” y, en segundo lugar, “consolidar los mercados de exportación” e “implementar las plantas para la producción de hidróxido de litio e hidróxido de magnesio de sales residuales” así como materiales catódicos y baterías, todo ello en asociación con “empresas privadas nacionales y extranjeras”. Sobre la experiencia fallida con ACISA no dice una sola palabra.
A diferencia de su programa del 2019 donde mencionaba “montar plantas para la producción de hidróxido de litio e hidróxido de magnesio (…) en asociación con la empresa alemana ACI Systems” para el salar de Uyuni, ahora sólo habla de la asociación con la empresa china TBEA-Boacheng para los salares de Coipasa y Pastos Grandes.
Comunidad Ciudadana
La propuesta de Comunidad Ciudadana (CC) respecto al litio es la misma que del año pasado. Esta gira en torno a “estudios de pre-inversión e inversión en la denominada ´nueva´ minería”, en los que se contempla la industria de autos eléctricos y la priorización de proyectos de litio. Asimismo, menciona la creación de “condiciones para que sea pública la información pertinente respecto a los criterios y parámetros financieros, económicos y técnicos sobre los que se estructuran los proyectos que son propiedad de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), así como las sociedades de YLB con empresas privadas”.
Uno de los puntos centrales de la propuesta en torno del litio de CC es convocar a “un pacto productivo” para diseñar “de modo conjunto (…) una Estrategia Nacional de la Industria del Litio”. Así, en función a esta estrategia, y al igual que el MAS, proponen insertar a Bolivia en “la cadena de valor global del litio, promoviendo relaciones de valor con las grandes empresas del mundo que producen autos eléctricos, otros vehículos y otros productos de alto valor, donde el litio es el material principal.” Esta sería la ruta para que Bolivia se inserte en “los grandes mercados del litio (Bolsa de Metales de Londres y la Bolsa de Shanghai)”.
Bajo estos lineamientos plantea industrializar el litio “con tecnologías apropiadas que agreguen valor y minimicen los impactos ambientales sobre el entorno”. Esta es la única mención al tema ambiental del litio en los programas de los partidos políticos.
Juntos
La agenda de gobierno de Juntos respecto al litio gira en torno a la alusión de garantizar una “estabilidad económica y crecimiento sostenido”. Para ello, Juntos apuesta por una “diversificación” de las fuentes de riqueza y empleo, y promueve “industrias con potencial exportador”, como ser el litio, entre otros recursos naturales[4]. Su meta es lograr una “revolución de las exportaciones”.
Con el fin de industrializar el litio en las “condiciones más ventajosas para el país” Juntos – al igual que el programa del año pasado de Bolivia dijo No – propone hacer una “evaluación cuidadosa del proyecto de explotación e industrialización de litio”, para determinar la viabilidad tecnológica, financiera y comercial del proyecto estatal, y tomar “responsablemente las decisiones que permitan reencauzarlo” en plazos breves y movilizando inversión, tecnología y recursos humanos. Con esta redacción ambigua Juntos abre el escenario para la privatización del litio y, a diferencia de los demás programas de gobierno, su propuesta no menciona la cadena de valor ni la fabricación de las baterías de litio.
El programa de Juntos ya no menciona que “garantizarán la participación activa de las regiones de localización de los recursos evaporíticos, como es el caso del departamento de Potosí” como estaba planteado en el programa de Bolivia dice No del año pasado.
El actual gobierno transitorio que concentra a la coalición Juntos ha dado señales favorables para continuar la iniciativa de asociación entre YLB y la subsidiaria alemana[5] y recientemente ha expresado que el país necesita “tecnología [e] inversión extranjera” para reactivar el proyecto del litio[6].
Alianza Libre 21
La Alianza Libre 21 plantea convertir a Bolivia en “la capital mundial de las baterías de litio” y, para ello, propone llevar a cabo un “cinturón del litio en el occidente” como uno de los “tres cinturones estructurales de desarrollo energético y tecnológico en el país”[7]. En este sentido, plantea desarrollar el “cinturón occidental boliviano de baterías”, con “centros de manufactura de baterías” distribuidas a lo largo de la zona andina y con destino productivo especifico (baterías para electrodomésticos, computadoras, celulares y autos). De esta manera, el programa de Libre 21, al igual que el MAS y CC, enfoca su propuesta de industrializar el litio mediante la producción de baterías.
Si bien Libre 21 da señales de promover empresas estatales fuertes, un aspecto particular de su propuesta es la creación de una empresa de litio: LIBOL. No queda claro, sin embargo, si la nueva empresa de litio que plantea Libre 21 vendría a remplazar a YLB y cuál sería el futuro de la actual empresa estatal del litio. Lo que sí es claro es que esta nueva empresa de litio entraría dentro de su propuesta de transferir – a través de títulos de valor intransferible, embargables y heredables – parte de las acciones de las empresas estatales a la ciudadanía.
Finalmente, en su propuesta de “Bolivia corazón verde de Sudamérica” menciona de forma genérica que en una década todos los automóviles en el país deberían funciona a gas o con baterías de litio. La Alianza Libre 21 no ahonda en detalles de cómo planean sustituir los 1.910.127 vehículos que conformaban el parque automotor nacional del 2018[8].
Creemos
El programa de gobierno de Creemos, en su subtitulo específico sobre Explotación de Litio, parte de la idea de “mejorar todo el proyecto de explotación industrial del yacimiento de litio de Uyuni” enfatizando que lo harán “en consenso con la sociedad civil del departamento de Potosí”. Así, y mediante la asociación de YLB con “un inversionista privado”, pretenden comenzar la explotación del litio a más tardar el 2022.
Al igual que la mayoría de los otros programas de gobierno analizados, Creemos apunta a una industrialización del litio mediante la producción de baterías de litio. Con el argumento de aumentar el valor agregado y generar mayores recursos por materia de exportación, la propuesta de Creemos gira en torno a instalar una fábrica de baterías de litio para vehículos eléctricos dentro del territorio nacional que “pertenezca a uno de los grandes jugadores existentes en esta industria que nos garantice el mercado”. Para esto, contemplan que el Gobierno se comprometa a “realizar todas las inversiones en infraestructura física necesaria para hacer atractivo el proyecto” e implementar reducciones fiscales y aportes de recursos a través de YLB. Esta fábrica de baterías de litio entraría en operaciones antes del 2025.
Conclusiones
En general, todos los programas de gobierno analizados apuntan al litio como uno de los recursos naturales más estratégicos con el que cuenta el país; donde su industrialización garantizará tanto el desarrollo y crecimiento económico, así como el bienestar futuro del país. En todos los programas de gobierno a excepción del MAS, existe una crítica en términos muy generales al proyecto de industrialización del litio que se desarrolló hasta el momento. La mayoría de los partidos proponen revisar y/o desarrollar una nueva y mejor estrategia para su industrialización, mediante proyectos que incorporen tanto componentes financieros, tecnológicos como comerciales. Sin embargo, ninguno ahonda en los pormenores de estos proyectos ni en las diferencias en relación con el Plan Nacional de Industrialización del Litio desarrollado hasta el momento.
Todos, a excepción de Juntos, apuntan en mayor o menor medida a la cadena de valor de la producción de baterías de litio. En otras palabras, el objetivo no sería sólo explotar y exportar carbonato de litio e hidróxido de litio, sino producir materiales catódicos y baterías de ion de litio.
El MAS, CC y Creemos buscan algún tipo de asociación con empresas internacionales que viabilicen tanto la producción de baterías en el país como la inserción de Bolivia en la cadena de valor global de las baterías de litio. Ningún partido aborda la cuestión de las regalías mineras por concepto de explotación de carbonato de litio e hidróxido de litio, conflicto que movilizó por más de cinco meses a diversos sectores en Potosí. Igualmente, ningún partido menciona a ACI Systems, ni cómo se procederá legal y financieramente después de la abrogación del Decreto Supremo 3738 que creaba la empresa mixta YLB-ACISA.
Finalmente, llama profundamente la atención que, de las cinco propuestas analizadas, solo CC menciona de forma muy genérica el componente ambiental de la producción de litio, limitándose a un aspecto tecnológico y no así de productividad y balance socio-ambiental que tiene la extracción de litio en estos delicados ecosistemas.
*Este análisis comparativo abarca a la propuesta de gobierno presentado por: Movimiento Al Socialismo, Comunidad Ciudadana, Juntos, Alianza Libre 21 y Creemos
[1] https://www.ylb.gob.bo/resources/rendicion_cuentas/rendicion_inicial_2020.pdf
[2] https://www.ylb.gob.bo/archivos/notas_archivos/rendicion_de_cuentas_publicas_c.pdf y https://www.ylb.gob.bo/archivos/notas_archivos/np002_compressed.pdf
[3] Con menciones elocuentes tales como “se completó el circuito de la industrialización del litio a escala piloto y se dieron los primeros pasos hacia la producción a gran escala asegurando mercados internacionales para incursionar en la producción de baterías de litio y la industria automovilística.”
[4] Producción de alimentos, la agroindustria, el desarrollo forestal, la manufactura, la economía digital, el turismo, el transporte y otros servicios
[5] https://eldeber.com.bo/165736_embajada-alemana-asegura-que-su-pais-sigue-interesado-en-industrializacion-del-litio
[6] https://latinvestment.org/2020/04/25/el-litio-como-punta-de-lanza-para-reactivar-la-economia-post-coronavirus/
[7] Los otros dos “cinturones de desarrollo” serían: el cinturón gasífero (en el sur, centro y oriente) y el hidroeléctrico (en el centro y norte), a los cuales se agrega la generación focalizada de energía solar, geotérmica y eólica.
[8] https://www.ine.gob.bo/index.php/prensa/boletines/actualidad-estadistica/category/225-parque-automotor#
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Todos los partidos políticos hablan del litio y lo destacan como un elemento central para el desarrollo del país. Sin embargo, más allá de la retórica, no hay propuestas concretas para hacer frente a la casi paralización del proyecto de industrialización del litio. Los programas de los partidos no se refieren a los problemas de la última década en la industrialización del litio. Tampoco hacen planteamientos para resolver los posibles escenarios de conflicto después de la abrogación por Evo Morales del Decreto Supremo 3738 que creó la empresa mixta entre Yacimientos del Litio Bolivianos (YLB) y la empresa alemana ACISA. En relación a los temas ambientales y de consulta previa libre e informada a las poblaciones indígenas se dice muy poco o nada.
Desde el 2013 Bolivia comenzó a producir a nivel piloto cloruro de potasio y carbonato de litio y a partir del 2017 también empezó a producir a nivel piloto materiales catódicos y baterías de ion litio. El 2018 comenzó la segunda fase de producción industrial con la inauguración de la primera planta industrial de cloruro de potasio, con capacidad instalada de 350.000 Toneladas/año. Esta planta industrial opera hasta la fecha a menos del 10% de su capacidad. Asimismo, se tiene planificado concluir el 2020 la construcción de la planta industrial de carbonato de litio; la misma que, hasta febrero de este año, contaba con un 38% de avance[1].
Hasta finales del 2019, la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) produjo en la planta industrial de cloruro de potasio a penas 26.741 toneladas de cloruro de potasio y en la planta piloto de carbonato de litio 420 toneladas. Hasta fines del 2019 se exportaron 21.036 toneladas de cloruro de potasio y 120 kilos (en calidad de muestra) de carbonato de litio[2].
Movimiento Al Socialismo
El programa de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) del 2020 no sufrió cambios relevantes respecto al litio en relación a su propuesta del 2019. Al igual que el año pasado, destaca de manera grandilocuente los logros alcanzados en la industrialización del litio[3] y, por el otro lado, plantea continuar con la implementación del Plan Nacional de la Industrialización del litio desarrollado durante sus anteriores gestiones. No realiza ninguna evaluación autocrítica del hecho de que Bolivia es absolutamente marginal en el mercado del litio, ni plantea una ruta de acción para hacer frente a la situación después de la disolución de la empresa YLB-ACISA. El MAS sigue hablando como si nada hubiera pasado en la diversificación productiva, la industrialización de los recursos naturales y la inserción de Bolivia en los primeros eslabones de la cadena de industrialización de materiales catódicos y baterías de litio.
El programa de gobierno del MAS plantea en primer lugar, “concretar la tercera fase de inversiones, para lograr la producción de materiales catódicos y baterías de litio, completando así la industrialización del litio” y, en segundo lugar, “consolidar los mercados de exportación” e “implementar las plantas para la producción de hidróxido de litio e hidróxido de magnesio de sales residuales” así como materiales catódicos y baterías, todo ello en asociación con “empresas privadas nacionales y extranjeras”. Sobre la experiencia fallida con ACISA no dice una sola palabra.
A diferencia de su programa del 2019 donde mencionaba “montar plantas para la producción de hidróxido de litio e hidróxido de magnesio (…) en asociación con la empresa alemana ACI Systems” para el salar de Uyuni, ahora sólo habla de la asociación con la empresa china TBEA-Boacheng para los salares de Coipasa y Pastos Grandes.
Comunidad Ciudadana
La propuesta de Comunidad Ciudadana (CC) respecto al litio es la misma que del año pasado. Esta gira en torno a “estudios de pre-inversión e inversión en la denominada ´nueva´ minería”, en los que se contempla la industria de autos eléctricos y la priorización de proyectos de litio. Asimismo, menciona la creación de “condiciones para que sea pública la información pertinente respecto a los criterios y parámetros financieros, económicos y técnicos sobre los que se estructuran los proyectos que son propiedad de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), así como las sociedades de YLB con empresas privadas”.
Uno de los puntos centrales de la propuesta en torno del litio de CC es convocar a “un pacto productivo” para diseñar “de modo conjunto (…) una Estrategia Nacional de la Industria del Litio”. Así, en función a esta estrategia, y al igual que el MAS, proponen insertar a Bolivia en “la cadena de valor global del litio, promoviendo relaciones de valor con las grandes empresas del mundo que producen autos eléctricos, otros vehículos y otros productos de alto valor, donde el litio es el material principal.” Esta sería la ruta para que Bolivia se inserte en “los grandes mercados del litio (Bolsa de Metales de Londres y la Bolsa de Shanghai)”.
Bajo estos lineamientos plantea industrializar el litio “con tecnologías apropiadas que agreguen valor y minimicen los impactos ambientales sobre el entorno”. Esta es la única mención al tema ambiental del litio en los programas de los partidos políticos.
Juntos
La agenda de gobierno de Juntos respecto al litio gira en torno a la alusión de garantizar una “estabilidad económica y crecimiento sostenido”. Para ello, Juntos apuesta por una “diversificación” de las fuentes de riqueza y empleo, y promueve “industrias con potencial exportador”, como ser el litio, entre otros recursos naturales[4]. Su meta es lograr una “revolución de las exportaciones”.
Con el fin de industrializar el litio en las “condiciones más ventajosas para el país” Juntos – al igual que el programa del año pasado de Bolivia dijo No – propone hacer una “evaluación cuidadosa del proyecto de explotación e industrialización de litio”, para determinar la viabilidad tecnológica, financiera y comercial del proyecto estatal, y tomar “responsablemente las decisiones que permitan reencauzarlo” en plazos breves y movilizando inversión, tecnología y recursos humanos. Con esta redacción ambigua Juntos abre el escenario para la privatización del litio y, a diferencia de los demás programas de gobierno, su propuesta no menciona la cadena de valor ni la fabricación de las baterías de litio.
El programa de Juntos ya no menciona que “garantizarán la participación activa de las regiones de localización de los recursos evaporíticos, como es el caso del departamento de Potosí” como estaba planteado en el programa de Bolivia dice No del año pasado.
El actual gobierno transitorio que concentra a la coalición Juntos ha dado señales favorables para continuar la iniciativa de asociación entre YLB y la subsidiaria alemana[5] y recientemente ha expresado que el país necesita “tecnología [e] inversión extranjera” para reactivar el proyecto del litio[6].
Alianza Libre 21
La Alianza Libre 21 plantea convertir a Bolivia en “la capital mundial de las baterías de litio” y, para ello, propone llevar a cabo un “cinturón del litio en el occidente” como uno de los “tres cinturones estructurales de desarrollo energético y tecnológico en el país”[7]. En este sentido, plantea desarrollar el “cinturón occidental boliviano de baterías”, con “centros de manufactura de baterías” distribuidas a lo largo de la zona andina y con destino productivo especifico (baterías para electrodomésticos, computadoras, celulares y autos). De esta manera, el programa de Libre 21, al igual que el MAS y CC, enfoca su propuesta de industrializar el litio mediante la producción de baterías.
Si bien Libre 21 da señales de promover empresas estatales fuertes, un aspecto particular de su propuesta es la creación de una empresa de litio: LIBOL. No queda claro, sin embargo, si la nueva empresa de litio que plantea Libre 21 vendría a remplazar a YLB y cuál sería el futuro de la actual empresa estatal del litio. Lo que sí es claro es que esta nueva empresa de litio entraría dentro de su propuesta de transferir – a través de títulos de valor intransferible, embargables y heredables – parte de las acciones de las empresas estatales a la ciudadanía.
Finalmente, en su propuesta de “Bolivia corazón verde de Sudamérica” menciona de forma genérica que en una década todos los automóviles en el país deberían funciona a gas o con baterías de litio. La Alianza Libre 21 no ahonda en detalles de cómo planean sustituir los 1.910.127 vehículos que conformaban el parque automotor nacional del 2018[8].
Creemos
El programa de gobierno de Creemos, en su subtitulo específico sobre Explotación de Litio, parte de la idea de “mejorar todo el proyecto de explotación industrial del yacimiento de litio de Uyuni” enfatizando que lo harán “en consenso con la sociedad civil del departamento de Potosí”. Así, y mediante la asociación de YLB con “un inversionista privado”, pretenden comenzar la explotación del litio a más tardar el 2022.
Al igual que la mayoría de los otros programas de gobierno analizados, Creemos apunta a una industrialización del litio mediante la producción de baterías de litio. Con el argumento de aumentar el valor agregado y generar mayores recursos por materia de exportación, la propuesta de Creemos gira en torno a instalar una fábrica de baterías de litio para vehículos eléctricos dentro del territorio nacional que “pertenezca a uno de los grandes jugadores existentes en esta industria que nos garantice el mercado”. Para esto, contemplan que el Gobierno se comprometa a “realizar todas las inversiones en infraestructura física necesaria para hacer atractivo el proyecto” e implementar reducciones fiscales y aportes de recursos a través de YLB. Esta fábrica de baterías de litio entraría en operaciones antes del 2025.
Conclusiones
En general, todos los programas de gobierno analizados apuntan al litio como uno de los recursos naturales más estratégicos con el que cuenta el país; donde su industrialización garantizará tanto el desarrollo y crecimiento económico, así como el bienestar futuro del país. En todos los programas de gobierno a excepción del MAS, existe una crítica en términos muy generales al proyecto de industrialización del litio que se desarrolló hasta el momento. La mayoría de los partidos proponen revisar y/o desarrollar una nueva y mejor estrategia para su industrialización, mediante proyectos que incorporen tanto componentes financieros, tecnológicos como comerciales. Sin embargo, ninguno ahonda en los pormenores de estos proyectos ni en las diferencias en relación con el Plan Nacional de Industrialización del Litio desarrollado hasta el momento.
Todos, a excepción de Juntos, apuntan en mayor o menor medida a la cadena de valor de la producción de baterías de litio. En otras palabras, el objetivo no sería sólo explotar y exportar carbonato de litio e hidróxido de litio, sino producir materiales catódicos y baterías de ion de litio.
El MAS, CC y Creemos buscan algún tipo de asociación con empresas internacionales que viabilicen tanto la producción de baterías en el país como la inserción de Bolivia en la cadena de valor global de las baterías de litio. Ningún partido aborda la cuestión de las regalías mineras por concepto de explotación de carbonato de litio e hidróxido de litio, conflicto que movilizó por más de cinco meses a diversos sectores en Potosí. Igualmente, ningún partido menciona a ACI Systems, ni cómo se procederá legal y financieramente después de la abrogación del Decreto Supremo 3738 que creaba la empresa mixta YLB-ACISA.
Finalmente, llama profundamente la atención que, de las cinco propuestas analizadas, solo CC menciona de forma muy genérica el componente ambiental de la producción de litio, limitándose a un aspecto tecnológico y no así de productividad y balance socio-ambiental que tiene la extracción de litio en estos delicados ecosistemas.
*Este análisis comparativo abarca a la propuesta de gobierno presentado por: Movimiento Al Socialismo, Comunidad Ciudadana, Juntos, Alianza Libre 21 y Creemos
[1] https://www.ylb.gob.bo/resources/rendicion_cuentas/rendicion_inicial_2020.pdf
[2] https://www.ylb.gob.bo/archivos/notas_archivos/rendicion_de_cuentas_publicas_c.pdf y https://www.ylb.gob.bo/archivos/notas_archivos/np002_compressed.pdf
[3] Con menciones elocuentes tales como “se completó el circuito de la industrialización del litio a escala piloto y se dieron los primeros pasos hacia la producción a gran escala asegurando mercados internacionales para incursionar en la producción de baterías de litio y la industria automovilística.”
[4] Producción de alimentos, la agroindustria, el desarrollo forestal, la manufactura, la economía digital, el turismo, el transporte y otros servicios
[5] https://eldeber.com.bo/165736_embajada-alemana-asegura-que-su-pais-sigue-interesado-en-industrializacion-del-litio
[6] https://latinvestment.org/2020/04/25/el-litio-como-punta-de-lanza-para-reactivar-la-economia-post-coronavirus/
[7] Los otros dos “cinturones de desarrollo” serían: el cinturón gasífero (en el sur, centro y oriente) y el hidroeléctrico (en el centro y norte), a los cuales se agrega la generación focalizada de energía solar, geotérmica y eólica.
[8] https://www.ine.gob.bo/index.php/prensa/boletines/actualidad-estadistica/category/225-parque-automotor#
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