Por Alejandra Nuñez del Prado R.
El mundo está experimentando grandes cambios en lugares fundamentales para la regulación del clima como los Andes y la selva Amazónica. La devastación de estas ecoregiones a causa del derretimiento de glaciares y los incendios forestales tendrán consecuencias muy graves para el ciclo del agua[1].
El agua es un recurso natural limitado e indispensable para la existencia y el desarrollo de todas las especies. Las intensas lluvias, así como la ausencia absoluta de ellas, afectan a cantidades incalculables de personas, definiendo el destino de naciones enteras.
En Bolivia, sólo en lo que va del 2021 se han reportado[2]:
- 22 alertas meteorológicas e hidrológicas prioridad naranja y 11 prioridad roja sobre 29 provincias según el SENAMHI.
- 25 Municipios con declaratoria: 18 desastres, 7 emergencia. Esta situación se vuelve a producirse en Bolivia desde 2014 por el cambio climático y la presencia del fenómeno húmedo de «la Niña» que afecta a Sudamérica y probablemente se mantenga hasta fines de marzo.
- Ascenso en la crecida de los ríos Desaguadero en la cuenca cerrada; Tarapaya, San Juan del Oro, Pilcomayo, Tumusla, Cotagaita en la cuenca del Plata; Mamoré y kallapa, Madre de Dios, Beni en la cuenca del Amazonas[3].
- Riadas, granizadas, desbordamiento de ríos, inundaciones y deslizamientos de tierra a causa de las lluvias que afectaron 58 de las 112 provincias, casi la mitad del país[4]. Las regiones más golpeadas fueron el norte amazónico del departamento de La Paz, el oeste de Santa Cruz, Beni y el centro de la región tropical de Cochabamba en el centro.
- 600 familias han sido evacuadas del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) que ha sido una de las regiones más perjudicadas.
- 3.300 muertes de cabezas de ganado.

Causales: Incendios en humedales
En los ecosistemas terrestres una de las formas de mitigación de inundaciones y sequías son los humedales que proveen agua potable y suelos fértiles, regulan el ciclo hídrico y estabilizan el clima local, ayudando a recargar los acuíferos y purificar el agua. Sin embargo, los humedales degradados son fuentes importantes de gases de efecto invernadero.
El clima se define en un promedio de condiciones meteorológicas catalogadas como variabilidad climática. El cambio climático inducido por cierta actividad humana está incrementando los fenómenos meteorológicos extremos[6], provocando que las temperaturas frías sean todavía más bajas y el aumento en las temperaturas extremadamente altas. En algunas regiones del Planeta Tierra estas condiciones pueden ser considerablemente cambiantes de un periodo de tiempo a otro, provocando el desequilibrando el ciclo hidrológico que altera la distribución espacial y temporal de agua dulce, pasando de periodos con terribles sequías a periodos con lluvias torrenciales cada vez más intensas.
El aire caliente contiene mayor humedad, lo que produce mayores precipitaciones[7]. Las inundaciones y las tormentas constituyen casi el 90% de los desastres naturales más graves. Las inundaciones y las lluvias torrenciales extremas han aumentado más de un 50% esta década provocando que los caudales de los ríos sean más variables[8].
De todo el mundo, Bolivia es el país con mayor extensión de humedales de interés internacional de acuerdo a la Convención Ramsar[9] debido a las funciones ecosistémicas que desempeñan principalmente en la provisión de agua dulce[10].
Estos ecosistemas enfrentan una serie de amenazas, como la sobreexplotación de recursos hídricos, la minería y contaminación, pero la causa principal de su degradación hoy en día son las grandes quemas con el fin de la agricultura extensiva y el sobrepastoreo, actividades que benefician únicamente a las élites agroindustriales. Los humedales del Pantanal, El Palmar de las Islas Salinas de San José, los Bañados del Izozog y el río Parapetí se encuentran justamente donde han ocurrido los incendios provocados en el Bosque Chiquitano y la Selva Amazónica desde el 2019.
Solo entre enero y julio del año pasado, 767.000 hectáreas de humedales en el Pantanal han sido arrasadas por el fuego de la frontera tripartita. Se estima que entre los últimos 20 años se quemaron un promedio de 1.8 millones de los mismos[11].
Los denominados ríos voladores de precipitación de la selva que contribuye a las lluvias del Pantanal se han visto interrumpidos. Dichos cambios afectarán directamente a las reservas de agua terrestre y los efectos a largo plazo predicen que el norte de esta región podría convertirse en una sabana o zona árida en los siguientes 20 años[12].
Las consecuencias…
Se ha demostrado que el cambio climático alterará profundamente los patrones globales de producción de alimentos en función de la disponibilidad del agua. Se espera que el impacto en la productividad de los cultivos será negativo con tanta variabilidad climática. En el mundo l@s productor@s rurales absorben el 80% de los efectos de la sequía, por lo que se prevé que aumentará la presión sobre los recursos hídricos locales y la dependencia de la tecnología de extracción de agua[13].
En Bolivia la mayoría de los desastres han ocurrido en áreas rurales con población indígena que dependen sobretodo de la agricultura como parte de sus economías, actividad que queda a merced del agua y por lo tanto corre peligro a causa de las irregularidades hidro-meteorológicas.
Durante el primer trimestre del 2021 dependiendo la zona de afectación, las lluvias, inundaciones, desbordes, riadas y granizadas evidenciaron la fragilidad de la soberanía alimentaria debido a los desastres ya que los daños agrícolas y de producción fueron relevantes en prodcutor@s de pequeña escala: yuca, arroz, plátano, frutos silvestres, café, cítricos, frijol, ají, maní y papá, caña de azúcar, guineo, durazno, haba, hortalizas, cebolla, tomate, arveja, avena, oca, trigo, alfalfa. También se vio afectada la pequeña producción pecuaria y crianza de patos, pollos y chanchos de las familias que viven en las riberas de los ríos[14].
Por la repartición en las tareas del cuidado, el cambio climático suele afectar en mayor medida a mujeres y niñas, puesto que cuando hay sequía son las encargadas de recorrer largas distancias para el recojo de agua que sirve en la producción de cultivos y alimentos. Si los hombres emigran la carga de trabajo en la agricultura se duplica para las mujeres. Además, están desproporcionalmente más expuestas a la transmisión de enfermedades durante las inundaciones debido a la falta de agua potable y la interrupción de los servicios. Así mismo, tienen 14 veces más probabilidad de morir que los hombres durante desastres de este tipo, datos comprobables en el observatorio de afectación poblacional[15].
Los cambios en la variabilidad climática y los eventos extremos ya están afectando gravemente a América Latina y el Caribe. Se prevé que en América Central y del Sur continuarán produciéndose los cambios ya observados en el flujo fluvial y en la disponibilidad de agua, afectando a las regiones que ya son vulnerables.
[1]http://www.fao.org/fileadmin/templates/mountain_partnership/doc/TCP_Andes/Diagnostico_monta%C3%B1as_de_Bolivia_11_noviembre_2013_borrador.pdf
[2]http://edan.egob.org/packages/edan/informes/noticias/distribucion_x_contenido.php?aliasedContent=noti_inf_contenido&lang=es
[3] https://www.senamhi.gob.bo/index.php/rhidrologico
[4] https://www.senamhi.gob.bo/index.php/trimestral
[5] http://defensacivil.gob.bo/web/uploads/images/doc_20210316_195311.pdf
[6] Los cambios en los fenómenos meteorológicos y los eventos climáticos extremos son, para la mayoría, la principal manera de experimentar el cambio climático.
[7] https://public.wmo.int/es/resources/bulletin/desastres-no-naturales-c%C3%B3mo-comunicarlos-v%C3%ADnculos-entrelos-fen%C3%B3menos-extremos-y
[8]https://www.pseau.org/outils/ouvrages/unesco_informe_mundial_de_las_naciones_unidas_sobre_el_desarrollo_de_los_recursos_hidricos_2020_agua_y_cambio_climatico_datos_y_cifras_2020.pdf
[9] La Convención sobre los Humedales, llamada la Convención de Ramsar, es el tratado intergubernamental que ofrece el marco para la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos.
[10] El Pantanal (dentro del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Pantanal Otuquis); El Palmar de las Islas Salinas de San José y los Bañados del Izozog y el río Parapetí (PN y ANMI Kaa Iya del Gran Chaco); Laguna Concepción (en el área protegida y UCPN Departamental Laguna Concepción); Lípez, lago Titicaca; Cuenca de Tajzara; las Salinas de San José; lagos Poopó y Uru Uru; río Blanco; río Matos; río Yata[10].
[11] https://es.mongabay.com/2020/08/incendios-forestales-pantanal-bolivia-brasil-paraguay/
[12] https://www.nytimes.com/interactive/2020/10/13/climate/pantanal-incendio-brasil.html
[13]https://www.pseau.org/outils/ouvrages/unesco_informe_mundial_de_las_naciones_unidas_sobre_el_desarrollo_de_los_recursos_hidricos_2020_agua_y_cambio_climatico_datos_y_cifras_2020.pdf
[14] http://defensacivil.gob.bo/web/uploads/images/doc_20210316_195311.pdf
[15]https://www.pseau.org/outils/ouvrages/unesco_informe_mundial_de_las_naciones_unidas_sobre_el_desarrollo_de_los_recursos_hidricos_2020_agua_y_cambio_climatico_datos_y_cifras_2020.pdf
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