Elizabeth Peredo Beltrán
Javier Torres Goitia el amigo, el maestro, ha partido de este mundo. Cómo no quisiéramos tenerlo aún entre nosotros, con su calidez, su honestidad, sencillez y sabiduría. He tenido del privilegio de su amistad, durante los últimos años. A su edad, gozaba de una energía y un optimismo admirables. Con la memoria viva de la larga historia por la emancipación de nuestro pueblo y la capacidad de abordar las nuevas temáticas complejas y los pensamientos mas avanzados para incorporarlos a su acervo intelectual y de acción proactiva, Javier desafiaba la resignación. Se había convertido él mismo en un antídoto del pesimismo para quienes nos dejamos abatir de tanto en tanto, en tiempos en que las utopías de libertad y democracia son manoseadas con tanta desfachatez, abuso y mezquindad por los poderes de las nuevas élites.
Con su serenidad, Javier ha sabido tejer una cálida comunidad humana de afectos, certezas y solidaridad.
Javier Torres Goitia (1922-2021), Premio Mundial de la Salud Sasakawa, 1995 OMS/UNICEF, Premio Panamericano de la Salud Abraham Horwitz a la Excelencia en Liderazgo en la Salud Interamericana y Premio Sérgio Arouca a la Excelencia en Atención Sanitaria Universal de la OMS-OPS en 2012, fue el mejor Ministro de Salud que ha tenido nuestro país; primero durante el Gobierno del General Torres (1971) en tiempos de la Asamblea Popular y, luego, durante el gobierno de izquierdas del Dr. Hernán Siles Suazo (1982-1985), dando ejemplo de una gestión de salud pública popular y democrática que puso en práctica los principios de justicia social. Impulsor del Banco de Vacunas y de los Comités Populares de Salud propuso un modelo de participación que ha sentado gran precedente estatal para un enfoque de salud popular inclusiva, basado en la ciencia y la excelencia, centrado en las personas, participativo y humanista.
Cuánta falta nos harán su capacidad de empatía, su amorosidad, su juventud, su optimismo, su mirada crítica para encarar la complejidad y la injusticia con ideales posibles de poner en práctica. Cuánta falta nos harán su presencia serena y activa, su amor y respeto por la dignidad humana que emanaba en cada una de sus columnas.
Javier se ha ido, como muchos otros amigos y amigas en estos días, víctima de este virus implacable y de la indefensión a la que estamos sometidos por la debilidad endémica de nuestros Estados, de los sistemas sociales y de salud. La impotencia que hoy vive la humanidad por la creciente precarización de la vida, excede en sus consecuencias la capacidad de respuesta integral a la pandemia a causa de la concentración de poderes de las élites y de los políticos; por su ignorancia y falta de empatía con quienes sufren y son vulnerables.
Sólo quisiera haberlo podido abrazar antes de que parta; abrazar al amigo y al maestro entrañable con quien he compartido el trabajo cuando fui directora de la Fundación Solón, cuyo Directorio ha presidido con lucidez e inteligencia, y la amistad nacida de esas circunstancias que ha rebasado cualquier formalidad creciendo generosa y prolífica, así como era él.
Vuela alto querido Doctor Javier Torres Goitia. Mi admiración y mi cariño están contigo. Ve tranquilo y sereno que el cielo y las estrellas que contemplamos para encontrar sosiego y al que elevamos la mirada para inspirar nuestras acciones, te esperan con los brazos abiertos.
La Paz 15 de Junio de 2021
Trayectoria del Dr. Javier Torres-Goitia Torres
http://www.scielo.org.bo/pdf/rbp/v49n1/a17.pdf
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Elizabeth Peredo Beltrán
Javier Torres Goitia el amigo, el maestro, ha partido de este mundo. Cómo no quisiéramos tenerlo aún entre nosotros, con su calidez, su honestidad, sencillez y sabiduría. He tenido del privilegio de su amistad, durante los últimos años. A su edad, gozaba de una energía y un optimismo admirables. Con la memoria viva de la larga historia por la emancipación de nuestro pueblo y la capacidad de abordar las nuevas temáticas complejas y los pensamientos mas avanzados para incorporarlos a su acervo intelectual y de acción proactiva, Javier desafiaba la resignación. Se había convertido él mismo en un antídoto del pesimismo para quienes nos dejamos abatir de tanto en tanto, en tiempos en que las utopías de libertad y democracia son manoseadas con tanta desfachatez, abuso y mezquindad por los poderes de las nuevas élites.
Con su serenidad, Javier ha sabido tejer una cálida comunidad humana de afectos, certezas y solidaridad.
Javier Torres Goitia (1922-2021), Premio Mundial de la Salud Sasakawa, 1995 OMS/UNICEF, Premio Panamericano de la Salud Abraham Horwitz a la Excelencia en Liderazgo en la Salud Interamericana y Premio Sérgio Arouca a la Excelencia en Atención Sanitaria Universal de la OMS-OPS en 2012, fue el mejor Ministro de Salud que ha tenido nuestro país; primero durante el Gobierno del General Torres (1971) en tiempos de la Asamblea Popular y, luego, durante el gobierno de izquierdas del Dr. Hernán Siles Suazo (1982-1985), dando ejemplo de una gestión de salud pública popular y democrática que puso en práctica los principios de justicia social. Impulsor del Banco de Vacunas y de los Comités Populares de Salud propuso un modelo de participación que ha sentado gran precedente estatal para un enfoque de salud popular inclusiva, basado en la ciencia y la excelencia, centrado en las personas, participativo y humanista.
Cuánta falta nos harán su capacidad de empatía, su amorosidad, su juventud, su optimismo, su mirada crítica para encarar la complejidad y la injusticia con ideales posibles de poner en práctica. Cuánta falta nos harán su presencia serena y activa, su amor y respeto por la dignidad humana que emanaba en cada una de sus columnas.
Javier se ha ido, como muchos otros amigos y amigas en estos días, víctima de este virus implacable y de la indefensión a la que estamos sometidos por la debilidad endémica de nuestros Estados, de los sistemas sociales y de salud. La impotencia que hoy vive la humanidad por la creciente precarización de la vida, excede en sus consecuencias la capacidad de respuesta integral a la pandemia a causa de la concentración de poderes de las élites y de los políticos; por su ignorancia y falta de empatía con quienes sufren y son vulnerables.
Sólo quisiera haberlo podido abrazar antes de que parta; abrazar al amigo y al maestro entrañable con quien he compartido el trabajo cuando fui directora de la Fundación Solón, cuyo Directorio ha presidido con lucidez e inteligencia, y la amistad nacida de esas circunstancias que ha rebasado cualquier formalidad creciendo generosa y prolífica, así como era él.
Vuela alto querido Doctor Javier Torres Goitia. Mi admiración y mi cariño están contigo. Ve tranquilo y sereno que el cielo y las estrellas que contemplamos para encontrar sosiego y al que elevamos la mirada para inspirar nuestras acciones, te esperan con los brazos abiertos.
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Trayectoria del Dr. Javier Torres-Goitia Torres
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