Haga click aquí para descargar la infográfica en formato PDF
Impactos de la ganadería en Bolivia: es momento de exigir Estudios de Evaluación de Impacto Ambiental
China ha consumido el 80 % de toda la producción de carne boliviana entre 2019 a 2021. El récord fue en 2021 con el 86.6 %. ¿Quiénes están produciendo esta cantidad de carne? Santa Cruz concentra el 44 % del hato nacional y junto a Beni (30 %) abarcan el 74 %. El 68 % del hato cruceño está en manos del 10 % de los grandes y medianos ganaderos. Con una tasa de crecimiento de 5.8 %, el hato cruceño debe realizar estudios de impacto ambiental de la actividad ganadera y de la cadena de exportación.
Bajo el incentivo de la exportación, los últimos años la frontera agropecuaria se ha ampliado llegando a 30.597.578 hectáreas, que destinan los Planes de Uso del Suelo (PLUS) de Santa Cruz y Beni a la actividad agropecuaria en sus variantes: intensiva, agrosilvopastoril, agroganadero con riego, ganadero-forestal y agropecuario.
La ampliación de la frontera agrícola – pecuaria está provocando la profundización de los desmontes y los megaincendios forestales: 1.9 millones de hectáreas fueron desmontadas legalmente desde 2001. El 88.5 % fue en Santa Cruz y la propiedad privada desmontó el 75 % de sus predios. En 2020 el 92 % de la zona quemada a nivel nacional fue en Santa Cruz con 51 % (1.9 millones ha) y Beni 41% (1.5 millones ha). Hasta la primera mitad de 2021, el 48.22 % de la superficie quemada correspondía a la propiedad empresarial en Santa Cruz.
Otros datos de impacto ambiental son el consumo de agua en la producción: 15.400 litros de agua se usan para producir 1 Kg de carne. En Bolivia el 80 % del consumo de agua va al sector agrícola. Por otra parte, de los más de 400 MtCO2eq que emitió Bolivia en 2019, el 80 % de estos Gases de Efecto Invernadero (GEI) corresponden a deforestación ilegal y legal, vinculada a cambio de uso de suelo. En 2020, 70 % de los GEI fueron por deforestación ilegal y legal, vinculada a cambio de uso de suelo y ganadería.
Desde 2010 el sector agropecuario apenas ha realizado 25 Estudios de Evaluación de Impacto Ambiental (EEIA), cuando esta década ha repuntado la exportación de soya y de carne, así como la ampliación de la frontera agrícola-pecuaria. Los EEIA deben contemplar: huella de carbono, huella hídrica, historial de deforestación y quemas por predios. El Estado debe aplicar la Categorización Ambiental 1 y 2 para los grandes sectores agroextractivos, que en el caso de la carne involucran predios y frigoríficos habilitados para exportar carne.
Pingback: Nuestro recorrido en 2022