Deuda Economía Inversiones

¿Quién financia a las empresas chinas en Bolivia?

Juan Pablo Neri Pereyra

El embajador de China en Bolivia, Liang Yu, en una entrevista con ANF aclaró correctamente que el saldo de la deuda externa de Bolivia con China es de sólo 609 millones de dólares, sin embargo, introdujo una serie de dudas e interrogantes cuando afirmó que actualmente el valor de contrato de los proyectos efectuados por las empresas chinas alcanza a casi 7.000 millones de dólares”.

Si las empresas chinas tienen contratos por 7.000 millones de dólares y el saldo de la deuda externa es de sólo 609 millones de dólares, entonces la pregunta es ¿quién está financiando el resto de los 7.000 millones de dólares que tienen en contratos las empresas chinas?

Hay tres posibilidades que explora este artículo: a) los propios chinos a través de inversiones directas, b) el Estado de Bolivia a través de recursos propios y endeudamiento externo con otros acreedores no-chinos, o c) la cifra de casi 7.000 millones de dólares es una equivocación.

Para aclarar esta situación, corresponde a la embajada de China en Bolivia detallar la lista de todos los contratos que tienen las empresas chinas, especificar la fecha de su firma, el período de ejecución de su contrato, y la fuente exacta de su financiamiento.

La deuda con China alcanza a sólo 609 y no 7.000 millones de dólares

El embajador Liang Yu en la entrevista con ANF aclaró que la deuda externa de Bolivia con China no ascendía a 7.000 millones de dólares cómo varios medios de prensa habían reportado sino a 609 millones de dólares. “De acuerdo con los datos del Banco Central de Bolivia (BCB) -afirmó el embajador de la China- hasta noviembre del año 2017, la deuda total de Bolivia con China alcanzó a 609 millones de dólares, lo que representa el 6,6% de la deuda externa total de Bolivia”. La cifra de los 609 millones de dólares es correcta y se refiere saldo de la deuda externa desembolsada por China. Si tomamos en cuenta la deuda externa contratada aun no desembolsada a noviembre del 2017, esta cifra subiría a 1.615 millones de dólares, pero jamás a 7.000 millones de dólares.

El embajador chino continuó y reiteró de manera contundente: “Lo que quiero aclarar es que recientemente algunos medios de comunicación están promoviendo que el monto total de la deuda externa de Bolivia con China alcanzó a más de 7.000 millones de dólares, y la parte china prometió proporcionar a Bolivia un paquete de 7.500 millones de dólares de financiamiento. Los reportajes mencionados no son verídicos ni responsables”. Y remató diciendo algo que pone en entredicho varias de las declaraciones de autoridades del gobierno: “China nunca ha dado la promesa de ofrecer a la parte boliviana un paquete de $us 7.500 millones de crédito”.

Hasta aquí la declaración del embajador chino es clara, contundente y lapidaria para los ministros que afirmaban que habían conseguido una línea de crédito de 7.500 millones de dólares de la China. Sin embargo, cuando Liang Yu intentó explicar de donde aparece la cifra de los “7 mil millones de dólares”, se metió en honduras como popularmente se dice: “La situación verdadera es la siguiente: primero, actualmente, el valor del contrato de los proyectos efectuados por las empresas chinas alcanza a casi 7.000 millones de dólares, lo que es diferente a que la deuda externa de Bolivia con China alcance a este monto”. En otras palabras, no hay deuda externa de 7.000 millones de dólares, no hay línea de crédito de 7.500 millones de dólares, pero si existen empresas chinas que tendrían contratos en Bolivia por casi 7.000 millones de dólares. El embajador chino reiteró su aseveración y en otra parte de la entrevista añadió: “En la actualidad aproximadamente 60 empresas chinas operan en Bolivia, y el valor de contrato de los proyectos alcanza a casi 7.000 millones de dólares”.

Como reza el viejo proverbio francés: “el que explica… se complica”. El embajador Liang Yu al aclarar el tema de la deuda externa ha abierto una gran interrogante: ¿De dónde viene el financiamiento de los contratos que tienen las empresas chinas en Bolivia? Obviamente según palabras del propio embajador, la totalidad de estos contratos no pueden ser financiados a través de los créditos chinos, ya que el saldo actual de la deuda externa con china apenas suma los 609 millones de dólares. ¿Será que la mayoría de las empresas chinas están viniendo a invertir su propio dinero en Bolivia y no dependen de los créditos chinos?

La inversión extranjera directa China en Bolivia es muy baja

Según el Banco Central de Bolivia (BCB), en su informe sobre Saldos y Flujos de Capital Privado en Bolivia con datos provisionales a junio del 2017, el saldo total de la Inversión Extranjera Directa asciende a 11.861 millones de dólares, y si se toman en cuenta los otros pasivos externos alcanza los 13.286 millones de dólares.

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Según los informes señalados del BCB, entre 2012 y junio de 2017, en promedio el saldo anual de las IED fue de 11.205 millones de dólares. Si los casi 7.000 millones de dólares a los que se refiere del embajador Liang Yu fueran parte de la Inversión Extranjera Directa, con seguridad la China aparecería en los informes como la principal inversión extranjera directa en Bolivia. Sin embargo, los informes del BCB muestran que las IED en Bolivia proviene principalmente de países europeos y latinoamericanos.

¿Qué porcentaje de esta inversión extranjera directa es China? De la revisión de los informes del BCB sobre Saldos y Flujos de Capital Privado en Bolivia se puede concluir que en todos los años la participación de los capitales chinos es marginal. Por ejemplo, según datos del IBCE, en 2016, el flujo de IED bruta de China a Bolivia fue de tan sólo 14,2 millones de dólares (1,8% del flujo de ese año).

Ahora bien, en los datos sobre IED publicados en los informes del Banco Central de Bolivia no existe un detalle de las inversiones por países de origen, ni sobre las empresas y entidades extranjeras que las realizan, sino tan sólo el porcentaje de participación de cada país.

En un intento de complementar la información de los reportes del BCB, acudimos al desglose de la IED elaborado por The American Enterprise Institute y The Heritage Foundation (2017).

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Según esta publicación el monto total de las IED chinas en Bolivia, entre 2012 y 2017 llegaría a 4.490 millones de dólares. Sin embargo, este informe que se refiere a proyectos específicos y a empresas contratadas para su ejecución, presenta algunos problemas:

  1. La mayoría de los montos señalados, ejecutados por empresas chinas, corresponden con montos de créditos chinos, por lo que no debería contabilizarse como IED y, de hecho, el BCB no los contabiliza como tal.
  2. Algunas cifras se refieren a créditos que todavía no fueron aprobados en Bolivia (como el ítem de Tres Gargantas, que corresponde con la hidroeléctrica de Rositas que todavía no fue aprobado; el ítem del Mutún, que recién fue aprobado en el presente año; o los dos montos de 2017 que recién sabremos a que se refieren exactamente, cuando se publique el informe anual sobre la deuda externa de 2017). En otras palabras, los datos incluyen algunas cifras que son intenciones de financiamiento que aún no se han concretado.

En síntesis, estas cifras no son IED per se y, por otra parte, según datos del BCB, el saldo de la deuda con China es de 609 millones de dólares, y el saldo por desembolsar es de 1.007 millones, sumando un total de 1.615 millones de dólares, lo que muestra que tampoco existe una coherencia con los 4.490 millones de dólares que figuran en el informe de The American Enterprise Institute y The Heritage Foundation (2017).

Esto nos remite nuevamente a la pregunta de ¿cuál es la fuente de financiamiento de los casi 7.000 millones de dólares en contratos con empresas chinas a las que hace referencia el embajador Yu?

¿En qué porcentaje Bolivia financia a los chinos?

En la entrevista al embajador Yu, hay una pista para entender de donde provendría el dinero para pagar estos contratos: “la fuente del financiamiento de dichos contratos proviene del Gobierno boliviano, las instituciones financieras internacionales, privadas, etc.”. En otras palabras, una gran parte de estos contratos suscritos con empresas chinas estarían siendo cubiertos con recursos propios del Estado de Bolivia y con deuda externa que se contrata con organismos multilaterales de financiamiento externo como la CAF, BID, BM y otros que no son de origen chino. ¿Qué porcentaje de estos 7.000 millones de dólares que tienen las empresas chinas en contratos es financiado con recursos propios de Bolivia? ¿Qué proporción es cubierta con créditos de organismos multilaterales?

A partir de la información oficial disponible podemos concluir: a) la principal fuente de financiamiento de las empresas chinas son los créditos otorgados por los bancos estatales de la China, b) la Inversión Extranjera Directa de la China es muy baja en comparación a otros países; ergo, el rol de las empresas extranjeras chinas en Bolivia no es de inversión sino de ejecución de contratos, c) un porcentaje que aún no conocemos de contratos con empresas chinas sería financiado con recursos propios de Bolivia, d) otro porcentaje, que tampoco conocemos, sería financiado por “instituciones financieras internacionales, privadas, etc.”, y e) haciendo todas las sumas y restas aún no queda claro como el Embajador de la China llega a afirmar que las empresas chinas tienen contratos por casi 7.000 millones de dólares en Bolivia.

El dato de 7.000 millones de dólares no es menor, ya que esa cifra representa el 25% del PIB de Bolivia, el 68 % de las reservas internacionales del país, el 77% del saldo de la deuda externa y el 50% del monto total de la deuda externa contratada a noviembre del 2017. Se trata de un monto que es tan importante, que incluso sugiere una equivocación.

Para aclarar esta situación el Embajador Liang Yu tiene la palabra. La mejor aclaración que puede hacer su embajada es publicar una lista de todos los contratos que suman los casi 7.000 millones de dólares, qué empresas son las ejecutoras, cuando se suscribieron esos contratos, con quién se suscribieron los mismos, cuál es el período de su ejecución y cuál es la fuente de financiamiento precisa de cada uno de ellos.

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