Por: Marielle Cauthin
Rositas es un viejo proyecto hidroeléctrico del siglo pasado que fue desenterrado y puesto a caminar «patas arriba», ya que ENDE comenzó por el final: contrató a las empresas constructoras antes de completar los estudios a diseño final del proyecto, de terminar los estudios de evaluación de impacto ambiental y de realizar la consulta previa libre e informada a las comunidades afectadas.
La hidroeléctrica Rositas busca represar el Río Grande que forma parte de la cuenca del Amazonas. Nace en las montañas de Los Andes y al atravesar Santa Cruz confluye con el río Rositas, en las proximidades de Abapó. Esta represa sería la primera de siete represas que formarían parte del complejo hidroeléctrico del Río Grande.
En 1963 se realizaron los primeros estudios para esta hidroeléctrica por la consultora Deuchte Projet Union GBMH. En 1971 el estudio de Harza Engineering Co. planteó el carácter múltiple del proyecto, proponiendo además de la generación eléctrica, la provisión de agua para riego agrícola en la llanura de Abapó-Izozog, el abastecimiento de agua potable y el control de las crecidas de los ríos en temporadas de lluvias.
En 1973, bajo el régimen de Hugo Bánzer Suárez se creó la Asociación del Proyecto Río Grande Rositas, compuesta por la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), la Corporación de Desarrollo de las Fuerzas Armadas de la Nación y el Comité de Obras Públicas de Santa Cruz. Mediante Decreto Supremo 11171 se otorgó a esta Asociación el mandato de “efectivizar el proyecto Rositas en el Río Grande” y se realizaron dos estudios de factibilidad: uno en 1974-1977 por Overseas Bechtel Inc., Prudencio Claros y Asociados y Agrar und Hydrotechnik GMBH, y otro en 1983 por el Consorcio Sogreah – Galindo.
En 1987, durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, la Ley 940 declaró como “prioridad nacional y de necesidad y utilidad públicas, la realización del Proyecto Múltiple Río Grande – Rositas”. La norma estableció como fin aprovechar las aguas del Río Grande, “mediante la construcción de una represa hidroeléctrica, obras de regadío y otras que sean necesarias”.
En 2012, el gobierno de Bolivia desempolvó el proyecto Rositas y la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) en julio de ese año firmó un Memorándum de Entendimiento entre el Ministerio de Hidrocarburos y Energía, ENDE y la empresa Hydrochina Corporación de la República Popular de China, “para la elaboración de la actualización del Estudio de Factibilidad y del Componente Hidroeléctrico del Proyecto Hidroeléctrico Río Grande Rositas”.
En junio de 2014, a pesar de los anuncios de que Hydrochina realizaría el estudio a diseño final de Rositas, ENDE lanzó una licitación para:
- Revisión y actualización del estudio de factibilidad del proyecto hidroeléctrico Rositas.
- Revisión y actualización del estudio de prefactibilidad del desarrollo hidroeléctrico del Río Grande.
- Diseño final y documentos de licitación para la construcción y equipamiento de la central hidroeléctrica Rositas.
- Estudios ambientales específicos.
- Estudio de factibilidad de la segunda central hidroeléctrica en el curso medio del Río Grande.
En septiembre de 2014, la empresa española Eptisa – Servicios de Ingeniería SL se adjudicó la consultoría por Bs. 63.908.470, equivalente a 9,2 millones de dólares, con fondos del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Mientras se realizaba la consultoría, en septiembre de 2016 el grupo chino JSTI compró el 90% de Eptisa por 16 millones de euros.
En diciembre de 2015, antes de que Eptisa concluyera su contrato y sin tener los estudios técnicos de factibilidad ni los costos finales de la hidroeléctrica Rositas, ENDE lanzó la licitación internacional para la contratación directa bajo modalidad llave en mano, para “ingeniería, suministro y construcción, montaje, pruebas y puesta en marcha del proyecto hidroeléctrico Rositas”. Los Términos de Referencia (TdR) de esta licitación advertían: “Las especificaciones técnicas del proyecto serán definidas a la conclusión de la consultoría ‘Diseño final y documentos de licitación de la Central Hidroeléctrica Rositas” que estaba realizando Eptisa.
El 15 de septiembre de 2016, ENDE adjudicó la construcción de la hidroeléctrica a la Asociación Accidental Rositas (AAR) de China, constituida por China International Water & Electric, China Three Gorges Corporation y la Empresa Constructora REEDCO SRL de Bolivia. Durante la firma del contrato, encabezada por el presidente Evo Morales, el gobierno anunció que la obra tendría un costo de $US 1.000 millones provenientes de un préstamo del banco de China Exim Bank.

Firma contrato proyecto Rositas, 16 de septiembre de 2017 en Santa Cruz.
Casi medio año después de haber suscrito contrato con la Asociación Accidental Rositas, en febrero de 2017, ENDE lanzó la convocatoria para el “estudio de evaluación de impacto ambiental analítico integral para el proyecto hidroeléctrico Rositas”. Dos licitaciones fueron declaradas desiertas a pesar de que cinco empresas se presentaron a las convocatorias.
Recién el 16 de agosto de 2017, casi un año después de haber firmado el contrato para la construcción de la hidroeléctrica con la Asociación Accidental Rositas, ENDE adjudicó por invitación directa a su filial ENDE Corani SA, la realización del Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental (EEIA) por un monto total de Bs. 7 millones.
A la fecha ENDE Corani SA aún no ha concluido el EEIA, no ha realizado la consulta libre previa e informada, y sólo se conoce el «Resumen ejecutivo del diseño final para la construcción de la hidroeléctrica Rositas» realizado por Eptisa en junio de 2017. Así avanza contra toda lógica y racionalidad el megaproyecto hidroeléctrico Rositas.
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