[Pablo Solón, publicado en Pagina Siete, agosto 12, 2018]

Después de más de cuatro décadas de preguntarme qué realmente perdió Silvio Rodríguez por fin lo encontré en el TIPNIS. Es un ave única y bellísima que en verdad tiene un cuerno azul y a la cual la denominan el Unicornio Azul del Isiboro Secure o también pava Copete de Piedra. Esta ave es una de las 470 aves que se encuentran en el TIPNIS y es una de las que está en peligro crítico de extinción.
Pauxi unicornis unicornis, según su nombre científico, mide unos 85 centímetros y pesa un poco menos de 4 kilos. El plumaje de los machos es negro y brillante, su pico y patas son rojas. Anida en los árboles a unos 5 metros de altura alimentándose de frutos y semillas. El cortejo entre machos y hembras ocurre durante el comienzo de las lluvias en el mes de septiembre. El sonido de su canto es un mugido bajo y consistente que les permite delimitar su territorio y llamar la atención de las hembras.
El Unicornio Azul fue descrito por primera vez en 1939 por James Bond, no el agente secreto sino un experto ornitólogo norteamericano que junto a su colega Rodolphe Meyer de Schauensee lo clasificó a partir de un espécimen recolectado en Bolivia.
El Pauxi unicornis tiene dos subespecies. El Pauxis unicornis koepckae que se encuentra en el Perú y el Pauxis unicornis unicornis que habita en Bolivia. Los investigadores que trabajan con esta especie consideran la posibilidad de que se trate de dos especies diferentes, pero aun los estudios son insuficientes para sustentar esa afirmación. El Pauxi unicornis koepckae del Perú difiere del Pauxi unicornis unicornis del TIPNIS en la forma elipsoidal del cuerno y la posición del mismo inclinada hacia atrás. El cuerno de la subespecie boliviana es más cilíndrico, de color azul y su largo puede llegar hasta los 9,5 centímetros.

Imagenes A y B son del Pauxi unicornis koepckae del Perú. Imagen C es del Pauxi unicornis unicornis
El Unicornio Azul sólo existe en el TIPNIS y los parques nacionales Carrasco y Amboró. Es una de las especies menos conocida en su vida silvestre y está al borde de la extinción. El Servicio Nacional de Áreas Protegidas estimaba hace 15 años que no existen más de 200 aves de su clase. En el Libro Rojo de especies vertebradas de Bolivia del año 2009 figura entre las sietes aves con mayor riesgo de extinción. La principal causa para su desaparición es la destrucción de su hábitat, de los bosques de pie de monte provocado por la expansión de la frontera agrícola, el fuego de los chaqueos, la colonización, la tala de madera y la caza.
A todos estos problemas hay que añadir nuevos peligros como la construcción de la carretera que dividirá en dos el TIPNIS. Esta carretera, según diferentes estudios, incentivará procesos de asentamientos ilegales, tráfico de animales, deforestación, expansión de cultivos de coca… en síntesis la destrucción del hogar del Unicornio Azul.

La paradoja es que el mismo año que se levantó la intangibilidad al TIPNIS, el 2017, la Empresa de Correos de Bolivia le dedicó una estampilla de 3 Bs. al Pauxi unicornis con la leyenda “fauna en peligro de extinción”. ¿Coincidencia o epitafio? Lo cierto es que si no hacemos un alto en el camino, Silvio y la humanidad habrán perdido para siempre al Unicornio Azul. La letra de Silvio que cantarán las futuras generaciones tendrá un significado adicional: “Mi unicornio azul ayer se me perdió, no sé si se me fue, no sé si extravió, y yo no tengo más que un unicornio azul”.
En una entrevista, Silvio Rodríguez dijo que la mayor virtud de su canción es justamente “lo inaprensible, como los unicornios que jamás pueden vivir en cautiverio”. El Unicornio Azul del TIPNIS como todos los unicornios no puede ser libre en un territorio cercenado.
¿A quien pueden apelar los últimos especímenes del unicornio azul del TIPNIS? ¿Qué juez está dispuesto a escucharlos en Bolivia que es el segundo país en el mundo en haber reconocido derechos a la naturaleza? ¿Por qué los gobernantes y parlamentarios que tanto hablan de derechos de la Madre Tierra, no toman en cuenta al Pauxi unicornis unicornis a la hora de anular la ley de intangibilidad del TIPNIS? ¿Qué clase de desarrollo, de progresismo, es este que promueve el ecocidio de los últimos sobrevivientes de una especie?
El próximo 17 de agosto una comisión del Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza celebrará una audiencia en el corazón del TIPNIS para comprobar in situ las denuncias presentadas por dirigentes de los pueblos indígenas Yuracarés, Tchimanes y Moxeño Trinitarios, y para escuchar precisamente casos cómo los del Unicornio Azul del TIPNIS.
El Procurador del Estado Plurinacional de Bolivia ha dicho que los fallos de este tribunal no son vinculantes para el país porque Bolivia “no ha otorgado su consentimiento para que tenga jurisdicción”. Sin embargo, la autoridad del tribunal emana de un poder que va más allá de la letra de un tratado. La autoridad del tribunal emana precisamente de la voz de la naturaleza que se expresa precisamente en la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra que fue aprobada en Bolivia el año 2010, y que es el documento base sobre el cual dicho tribunal emite sus fallos. La autoridad del Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza se nutre del unicornio azul que aunque en “peligro crítico de extinción” habita en cada uno de nosotros.

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[Pablo Solón, publicado en Pagina Siete, agosto 12, 2018]
Después de más de cuatro décadas de preguntarme qué realmente perdió Silvio Rodríguez por fin lo encontré en el TIPNIS. Es un ave única y bellísima que en verdad tiene un cuerno azul y a la cual la denominan el Unicornio Azul del Isiboro Secure o también pava Copete de Piedra. Esta ave es una de las 470 aves que se encuentran en el TIPNIS y es una de las que está en peligro crítico de extinción.
Pauxi unicornis unicornis, según su nombre científico, mide unos 85 centímetros y pesa un poco menos de 4 kilos. El plumaje de los machos es negro y brillante, su pico y patas son rojas. Anida en los árboles a unos 5 metros de altura alimentándose de frutos y semillas. El cortejo entre machos y hembras ocurre durante el comienzo de las lluvias en el mes de septiembre. El sonido de su canto es un mugido bajo y consistente que les permite delimitar su territorio y llamar la atención de las hembras.
El Unicornio Azul fue descrito por primera vez en 1939 por James Bond, no el agente secreto sino un experto ornitólogo norteamericano que junto a su colega Rodolphe Meyer de Schauensee lo clasificó a partir de un espécimen recolectado en Bolivia.
El Pauxi unicornis tiene dos subespecies. El Pauxis unicornis koepckae que se encuentra en el Perú y el Pauxis unicornis unicornis que habita en Bolivia. Los investigadores que trabajan con esta especie consideran la posibilidad de que se trate de dos especies diferentes, pero aun los estudios son insuficientes para sustentar esa afirmación. El Pauxi unicornis koepckae del Perú difiere del Pauxi unicornis unicornis del TIPNIS en la forma elipsoidal del cuerno y la posición del mismo inclinada hacia atrás. El cuerno de la subespecie boliviana es más cilíndrico, de color azul y su largo puede llegar hasta los 9,5 centímetros.
Imagenes A y B son del Pauxi unicornis koepckae del Perú. Imagen C es del Pauxi unicornis unicornis
El Unicornio Azul sólo existe en el TIPNIS y los parques nacionales Carrasco y Amboró. Es una de las especies menos conocida en su vida silvestre y está al borde de la extinción. El Servicio Nacional de Áreas Protegidas estimaba hace 15 años que no existen más de 200 aves de su clase. En el Libro Rojo de especies vertebradas de Bolivia del año 2009 figura entre las sietes aves con mayor riesgo de extinción. La principal causa para su desaparición es la destrucción de su hábitat, de los bosques de pie de monte provocado por la expansión de la frontera agrícola, el fuego de los chaqueos, la colonización, la tala de madera y la caza.
A todos estos problemas hay que añadir nuevos peligros como la construcción de la carretera que dividirá en dos el TIPNIS. Esta carretera, según diferentes estudios, incentivará procesos de asentamientos ilegales, tráfico de animales, deforestación, expansión de cultivos de coca… en síntesis la destrucción del hogar del Unicornio Azul.
La paradoja es que el mismo año que se levantó la intangibilidad al TIPNIS, el 2017, la Empresa de Correos de Bolivia le dedicó una estampilla de 3 Bs. al Pauxi unicornis con la leyenda “fauna en peligro de extinción”. ¿Coincidencia o epitafio? Lo cierto es que si no hacemos un alto en el camino, Silvio y la humanidad habrán perdido para siempre al Unicornio Azul. La letra de Silvio que cantarán las futuras generaciones tendrá un significado adicional: “Mi unicornio azul ayer se me perdió, no sé si se me fue, no sé si extravió, y yo no tengo más que un unicornio azul”.
En una entrevista, Silvio Rodríguez dijo que la mayor virtud de su canción es justamente “lo inaprensible, como los unicornios que jamás pueden vivir en cautiverio”. El Unicornio Azul del TIPNIS como todos los unicornios no puede ser libre en un territorio cercenado.
¿A quien pueden apelar los últimos especímenes del unicornio azul del TIPNIS? ¿Qué juez está dispuesto a escucharlos en Bolivia que es el segundo país en el mundo en haber reconocido derechos a la naturaleza? ¿Por qué los gobernantes y parlamentarios que tanto hablan de derechos de la Madre Tierra, no toman en cuenta al Pauxi unicornis unicornis a la hora de anular la ley de intangibilidad del TIPNIS? ¿Qué clase de desarrollo, de progresismo, es este que promueve el ecocidio de los últimos sobrevivientes de una especie?
El próximo 17 de agosto una comisión del Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza celebrará una audiencia en el corazón del TIPNIS para comprobar in situ las denuncias presentadas por dirigentes de los pueblos indígenas Yuracarés, Tchimanes y Moxeño Trinitarios, y para escuchar precisamente casos cómo los del Unicornio Azul del TIPNIS.
El Procurador del Estado Plurinacional de Bolivia ha dicho que los fallos de este tribunal no son vinculantes para el país porque Bolivia “no ha otorgado su consentimiento para que tenga jurisdicción”. Sin embargo, la autoridad del tribunal emana de un poder que va más allá de la letra de un tratado. La autoridad del tribunal emana precisamente de la voz de la naturaleza que se expresa precisamente en la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra que fue aprobada en Bolivia el año 2010, y que es el documento base sobre el cual dicho tribunal emite sus fallos. La autoridad del Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza se nutre del unicornio azul que aunque en “peligro crítico de extinción” habita en cada uno de nosotros.
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