A pesar de que la Constitución Política del Estado en su artículo 255 prohíbe la importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados, ninguno de los programas de los partidos políticos que están inscritos para las próximas elecciones plantea medidas concretas para efectivizar dicha prohibición. El MAS, Comunidad Ciudadana y Juntos eluden hablar con nombre y apellido de los transgénicos u organismos genéticamente modificados (OGM) y prefieren utilizar el término de biotecnología o de transferencia de tecnología para la agricultura. La alianza Creemos es la única que en su programa de gobierno se pronuncia abiertamente a favor de los OGM. En relación a los biocombustibles -que van de la mano de los transgénicos- el MAS, Juntos y Creemos se pronuncian explícitamente a favor de ellos mientras CC se muestra a favor de los combustibles de origen agrario.
Movimiento Al Socialismo
Al igual que en su propuesta de gobierno del año pasado, el Movimiento Al Socialismo (MAS) bajo la noción de “mejorar los rendimientos de los cultivos” propone en su pilar de Soberanía Alimentaria implementar “nuevas tecnologías”, donde destaca el uso de la “biotecnología”. Paralelamente, el MAS pone énfasis en la producción de biocombustibles (en particular biodiesel) que favorecen a la agroindustria y supuestamente reducen la importación de carburantes. A través de la producción de biocombustibles el MAS plantea “consolidar la soberanía productiva agroindustrial y de alimentos”.
Juntos
El plan de gobierno de Juntos de la presidenta Añez, al igual que la alianza «Bolivia dijo No» que la precedió, no se pronuncia abiertamente sobre los transgénicos o los OGM y los encubre bajo el concepto de transferencia tecnológica en el proceso agropecuario. Su plan de gobierno plantea eliminar todas “las barreras de entrada a los mercados y otros factores que restringen la competencia, la capacidad exportadora, la innovación, la productividad y el emprendimiento”, entre estos destacan “las prohibiciones injustificadas a las exportaciones y a la transferencia tecnología en el proceso productivo, especialmente agropecuario«.
Al igual que el MAS, Juntos está a favor de los biocombustibles. El programa de Juntos plantea “reconversión de la industria nacional orientada al mercado internacional” e “incorporar las nuevas tecnologías al aparato productivo para generar una nueva oferta de bienes y servicios (p.ej… biocombustibles, fertilizantes, productos químicos…)”. Igualmente, por medio de su “Plan Amazonía Exportadora” Juntos ofrece promover inversiones públicas y privadas orientadas a desarrollar “…un clúster de producción de biocombustibles y para generación eléctrica…”
Comunidad Ciudadana
Comunidad Ciudadana (CC) tampoco habla de manera explicita de los OGM y proponer llevar a cabo “investigación y desarrollo en biotecnología”. Así, bajo el “principio de precaución y el de bioseguridad” CC busca crear un Instituto Boliviano de Biotecnología, es decir un “órgano científico que conducirá y articulará con los actores relacionados, investigaciones soberanas de aplicación de la biotecnología a la agricultura, así como los análisis de sus impactos sobre la salud y el medio ambiente”. De esta manera, CC deja abierta la posibilidad de que -en función a las “investigaciones soberanas”- se pueda eventualmente introducir nuevos OGM en el país.
Por último, aunque CC no mencionan específicamente los biocombustibles, si proponen apoyaran «la producción de combustibles de origen agrario
con alta productividad y óptimas condiciones competitivas» bajo su «política de transición energética y los compromisos internacionales como el Acuerdo de París«.
Creemos
El programa de gobierno de Creemos, al igual que el MAS, propone expresamente autorizar el uso de biotecnología con el argumento de “mejorar los niveles de producción y productividad y hacer más eficientes las labores agrícolas”. Creemos plantea “…autorizar de manera inmediata el funcionamiento del Comité de Bioseguridad para que considere y autorice la realización de nuevos eventos biotecnológicos durante el año 2021 para los siguientes productos: soya, maíz, algodón y caña de azúcar”. Creemos propone elaborar una Ley que “regule a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en el Estado, que dé certeza y claridad en los procedimientos a seguir y las competencias institucionales de todos los involucrados”.
Creemos, al igual que el MAS y Juntos, está abiertamente favor de la producción de biocombustibles. Para ello plantea “acelerar los procedimientos de adición de alcohol anhidro en la gasolina especial, hasta un 12% de su volumen”. Para la producción de biodiesel proponen “trabajar de forma coordinada con la industria oleaginosa y los productores de soya del país, para que a partir del año 2022 comience a comercializarse biodiesel en el mercado nacional”.
El discurso y la practica
Ninguno de los programas de los partidos mencionados reafirma la prohibición constitucional a los OGM ni plantea una propuesta de ley para su eliminación gradual como corresponde. La alianza Creemos es la que de manera explicita se pronuncia a favor de los OGM para soya, maíz, algodón y caña de azúcar. Con la promulgación del DS 4232, la presidenta transitoria Añez está implementando en la práctica el programa de Creemos sobre los transgénicos, lo ha ampliado al trigo y lo ha adelantado al 2020, antes de que siquiera se realicen las elecciones. El MAS, por oportunismo electoral, ha pasado a oponerse a los transgénicos para tratar de capitalizar el rechazo al Decreto Supremo de Añez sobre los OGM. CC ha asumido también una posición critica frente al Decreto de Añez, pero no se ha pronunciado categóricamente contra los transgénicos.
Lejos de defender una posición de principios y de respeto a la constitución sobre los transgénicos, los programas de estos partidos políticos prefieren una retórica ambigua sobre biotecnología para defender y/o ganarse el apoyo de los poderosos sectores de la oligarquía del agronegocio. En relación a los biocombustibles o combustibles de origen agrario se pronuncian a favor de los mismos a sabiendas de que estos agrocombustibles, en el contexto boliviano, representan necesariamente el uso de soya transgénica para la elaboración de biodiesel.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
A pesar de que la Constitución Política del Estado en su artículo 255 prohíbe la importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados, ninguno de los programas de los partidos políticos que están inscritos para las próximas elecciones plantea medidas concretas para efectivizar dicha prohibición. El MAS, Comunidad Ciudadana y Juntos eluden hablar con nombre y apellido de los transgénicos u organismos genéticamente modificados (OGM) y prefieren utilizar el término de biotecnología o de transferencia de tecnología para la agricultura. La alianza Creemos es la única que en su programa de gobierno se pronuncia abiertamente a favor de los OGM. En relación a los biocombustibles -que van de la mano de los transgénicos- el MAS, Juntos y Creemos se pronuncian explícitamente a favor de ellos mientras CC se muestra a favor de los combustibles de origen agrario.
Movimiento Al Socialismo
Al igual que en su propuesta de gobierno del año pasado, el Movimiento Al Socialismo (MAS) bajo la noción de “mejorar los rendimientos de los cultivos” propone en su pilar de Soberanía Alimentaria implementar “nuevas tecnologías”, donde destaca el uso de la “biotecnología”. Paralelamente, el MAS pone énfasis en la producción de biocombustibles (en particular biodiesel) que favorecen a la agroindustria y supuestamente reducen la importación de carburantes. A través de la producción de biocombustibles el MAS plantea “consolidar la soberanía productiva agroindustrial y de alimentos”.
Juntos
El plan de gobierno de Juntos de la presidenta Añez, al igual que la alianza «Bolivia dijo No» que la precedió, no se pronuncia abiertamente sobre los transgénicos o los OGM y los encubre bajo el concepto de transferencia tecnológica en el proceso agropecuario. Su plan de gobierno plantea eliminar todas “las barreras de entrada a los mercados y otros factores que restringen la competencia, la capacidad exportadora, la innovación, la productividad y el emprendimiento”, entre estos destacan “las prohibiciones injustificadas a las exportaciones y a la transferencia tecnología en el proceso productivo, especialmente agropecuario«.
Al igual que el MAS, Juntos está a favor de los biocombustibles. El programa de Juntos plantea “reconversión de la industria nacional orientada al mercado internacional” e “incorporar las nuevas tecnologías al aparato productivo para generar una nueva oferta de bienes y servicios (p.ej… biocombustibles, fertilizantes, productos químicos…)”. Igualmente, por medio de su “Plan Amazonía Exportadora” Juntos ofrece promover inversiones públicas y privadas orientadas a desarrollar “…un clúster de producción de biocombustibles y para generación eléctrica…”
Comunidad Ciudadana
Comunidad Ciudadana (CC) tampoco habla de manera explicita de los OGM y proponer llevar a cabo “investigación y desarrollo en biotecnología”. Así, bajo el “principio de precaución y el de bioseguridad” CC busca crear un Instituto Boliviano de Biotecnología, es decir un “órgano científico que conducirá y articulará con los actores relacionados, investigaciones soberanas de aplicación de la biotecnología a la agricultura, así como los análisis de sus impactos sobre la salud y el medio ambiente”. De esta manera, CC deja abierta la posibilidad de que -en función a las “investigaciones soberanas”- se pueda eventualmente introducir nuevos OGM en el país.
Por último, aunque CC no mencionan específicamente los biocombustibles, si proponen apoyaran «la producción de combustibles de origen agrario
con alta productividad y óptimas condiciones competitivas» bajo su «política de transición energética y los compromisos internacionales como el Acuerdo de París«.
Creemos
El programa de gobierno de Creemos, al igual que el MAS, propone expresamente autorizar el uso de biotecnología con el argumento de “mejorar los niveles de producción y productividad y hacer más eficientes las labores agrícolas”. Creemos plantea “…autorizar de manera inmediata el funcionamiento del Comité de Bioseguridad para que considere y autorice la realización de nuevos eventos biotecnológicos durante el año 2021 para los siguientes productos: soya, maíz, algodón y caña de azúcar”. Creemos propone elaborar una Ley que “regule a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en el Estado, que dé certeza y claridad en los procedimientos a seguir y las competencias institucionales de todos los involucrados”.
Creemos, al igual que el MAS y Juntos, está abiertamente favor de la producción de biocombustibles. Para ello plantea “acelerar los procedimientos de adición de alcohol anhidro en la gasolina especial, hasta un 12% de su volumen”. Para la producción de biodiesel proponen “trabajar de forma coordinada con la industria oleaginosa y los productores de soya del país, para que a partir del año 2022 comience a comercializarse biodiesel en el mercado nacional”.
El discurso y la practica
Ninguno de los programas de los partidos mencionados reafirma la prohibición constitucional a los OGM ni plantea una propuesta de ley para su eliminación gradual como corresponde. La alianza Creemos es la que de manera explicita se pronuncia a favor de los OGM para soya, maíz, algodón y caña de azúcar. Con la promulgación del DS 4232, la presidenta transitoria Añez está implementando en la práctica el programa de Creemos sobre los transgénicos, lo ha ampliado al trigo y lo ha adelantado al 2020, antes de que siquiera se realicen las elecciones. El MAS, por oportunismo electoral, ha pasado a oponerse a los transgénicos para tratar de capitalizar el rechazo al Decreto Supremo de Añez sobre los OGM. CC ha asumido también una posición critica frente al Decreto de Añez, pero no se ha pronunciado categóricamente contra los transgénicos.
Lejos de defender una posición de principios y de respeto a la constitución sobre los transgénicos, los programas de estos partidos políticos prefieren una retórica ambigua sobre biotecnología para defender y/o ganarse el apoyo de los poderosos sectores de la oligarquía del agronegocio. En relación a los biocombustibles o combustibles de origen agrario se pronuncian a favor de los mismos a sabiendas de que estos agrocombustibles, en el contexto boliviano, representan necesariamente el uso de soya transgénica para la elaboración de biodiesel.
Comparte esto:
Me gusta esto: