La Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) es un proceso para evaluar los probables impactos en el medio ambiente, y para proponer medidas adecuadas de mitigación de un determinado proyecto, obra o actividad, en cambio la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) es un proceso para evaluar los probables impactos de políticas, planes o programas propuestos para asegurar que se incluyen plenamente y se analizan en una etapa temprana de la adopción de decisiones, junto con las consideraciones económicas, sociales y culturales (Directrices Akwé:Kon del Convenio sobre Diversidad Biológica, 2005). El primero actúa sobre emprendimientos específicos, concretos, en cambio el segundo evalúa, en materia ambiental, los impactos de políticas o programas del Estado.
La Asociación Internacional para la Evaluación de Impactos (IAIA) señala que “un proceso de Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) de buena calidad informa a los planificadores, tomadores de decisiones y público afectado acerca de la sustentabilidad de decisiones estratégicas, facilita la búsqueda de la mejor alternativa y asegura un proceso democrático de toma de decisiones. Esto incrementa la credibilidad de las decisiones y da por resultado una evaluación ambiental en el nivel de proyecto más efectiva en cuanto a costo y tiempo”.
Se podría decir que la EAE es una herramienta de apoyo, desarrollada en forma de proceso, que se aplica a decisiones de naturaleza estratégica en materia ambiental y en un marco sustentabilidad, incluyendo el diseño de políticas, planes y programas de gobierno. Su fin es la búsqueda de mejores opciones para el desarrollo, actuando de manera anticipada en las decisiones, mediante un proceso participativo, transparente y democrático. La ventaja de la Evaluación Ambiental Estratégica es que puede implicar cambios en los perfiles y tipos de proyectos que se desarrollen. Es decir, una decisión a nivel estratégico podría evitar, por sí sola, impactos ambientales posteriores en cada uno de los proyectos desarrollados (1).
En la normativa boliviana la EAE es considerada como el “Estudio de las incidencias que puedan tener planes y programas. El EEIA estratégico, por la naturaleza propia de planes y programas, es de menor profundidad y detalle técnico que un EEIA de proyectos, obras o actividades; pero formalmente tiene el mismo contenido.” (Art. 4 Reglamento General de Gestión Ambiental, 1995)
La Evaluación del Impacto Social (EIS) es un proceso para evaluar los probables impactos, tanto beneficiosos como adversos, de un desarrollo propuesto que puedan afectar a los derechos, que tengan una dimensión económica, social, cultural, cívica y política, así como afectar al bienestar, vitalidad y viabilidad de una comunidad afectada. (Directrices Akwé:Kon del Convenio sobre Diversidad Biológica, 2005).
La AIAI, definen a la EIS como “los procesos de análisis, monitoreo y gestión de las consecuencias sociales voluntarias e involuntarias de intervenciones planeadas (políticas, programas, planes, proyectos) y todo proceso de cambio social invocado en dichas intervenciones”.
La EIS no es nueva, surgió al mismo tiempo que la EIA en la década de los 70 y era elaboraba como parte de la EIA, pero con el tiempo se separó debido a que parecía más efectivo dividir los aspectos sociales de los aspectos biofísicos a pesar de que es evidente que la naturaleza y la sociedad están inmersas en un mismo sistema complejo.
La aplicación de la EIS continúa siendo limitada y se encuentra aún en las primeras fases. Pese a que algunos países cuentan con Evaluaciones de Impacto Ambiental y Social (EIAS), que teóricamente incorporan aspectos sociales, han sido limitadas a vagas referencias que se diluyen a lo largo del estudio, terminando las evaluaciones centrándose casi exclusivamente en los aspectos ambientales del proyecto.
Las Directrices Akwé:Kon del Convenio sobre Diversidad Biológica alientan la integración de las Evaluaciones de impactos ambientales, sociales y culturales para precisamente tener una apreciación más integrada de los impactos que se pueden producir durante la realización de un determinado emprendimiento.
(1) Thérivel et al, “Systems of strategic environmental assessment”, 1992.
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