El proceso de selección del socio estratégico presenta varias irregularidades y anomalías. No se entiende por qué Bolivia seleccionó una empresa desconocida en el rubro del litio y la producción de baterías de litio cuando existían otras empresas (rusas y chinas) con experiencia, presencia en el mercado internacional y capitales propios.
La razón formal por la que se escogió a la empresa alemana ACI Systems/ACISA, por encima de su inmediata competidora, la rusa Uranium One Group (U1G), fue porque supuestamente su propuesta para la planta de
baterías de litio era mejor debido a la menor inversión que repercutía en costos de operación más bajos. Sin embargo, a la hora de concretar la asociación con la empresa alemana, se postergó para un futuro incierto el contrato para la construcción de la planta de baterías de litio, y solo se incluyó una planta de hidróxido de litio.
A nivel de la planta de hidróxido de litio la U1G obtuvo un mayor puntaje en la calificación de propuestas debido a que proponía la recuperación del 99% del litio, mientras ACISA planteaba recuperar solo el 80% de litio de la salmuera residual.

En la constitución de la Empresa Mixta YLB-ACISA (DS 3738) se incluyeron las siguientes concesiones incomprensibles a favor de la empresa alemana:
1) Contrato por 70 años, cuando los cálculos del exgerente de YLB afirman que se recupera el doble de la inversión de la planta de hidróxido de litio en solo un año.
2) No asegura la construcción de una planta para producir 300.000 a 400.000 baterías al año, como se anunció en un principio, y solo contempla una planta de hidróxido de litio.
3) No garantiza inversión con capital propio por parte del socio estratégico y establece que el financiamiento de 255 millones de dólares para la planta de hidróxido de litio provendrá de créditos a ser contratados por YLB y ACISA.
4) Convierte a YLB en proveedor de salmueras residuales e incluso carbonato de litio para la empresa mixta YLB ACISA.
5) YLB se compromete a vender a precio de costo la salmuera residual a la empresa mixta YLB ACISA.
6) Determina que la socia mayoritaria (YLB) no pueda adoptar ninguna decisión sustantiva sin la aprobación de la socia minoritaria (ACISA).
7) Acepta que la propiedad intelectual de la tecnología que aporte ACISA para la obtención de hidróxido de litio no se transfiera a YLB.
8) Concede derechos exclusivos de venta y comercialización en Europa y se compromete a que YLB no venda ni comercialice ningún producto de su cadena de producción en Europa, si no es a través de la empresa mixta YLB-ACISA.
9) Acepta un mecanismo de solución de controversias bajo reglas de la Cámara Internacional de Comercio.
10) Establece que la empresa mixta YLB-ACISA no pagará regalías al Estado de Bolivia.
Estas concesiones otorgadas por el DS 3738 a la empresa alemana ACISA:
1) Afectan a otros elementos de la fórmula de industrialización del litio en Bolivia como son los de propiedad soberana y gestión estatal.
2) Subvaloran la inversión que YLB realizó en las primeras fases de su plan de industrialización. ACISA, con un aporte mínimo de 2,4 millones de dólares hasta el 31 de octubre de 2019, obtiene participación decisiva en una inversión que, descontando el cloruro de potasio, superaba ya los 500 millones de dólares.
3) No crean una “relación virtuosa” con empresas transnacionales y, por el contrario, reproducen relaciones de sometimiento de gobiernos de corte neoliberal.
4) Conducen a la abrogación del D.S. 3738 por el carácter indefendible de las concesiones otorgadas al socio estratégico.
Actualmente, la abrogación del D.S. 3738 ha llevado a un proceso de negociaciones entre ACISA y YLB que pueda concluir en los siguientes escenarios:
a) la ruptura definitiva el contrato;
b) la renegociación del contrato con ACISA en términos favorables para el Estado boliviano; o
c) la prosecución del contrato como estaba establecido en el DS 3738 con pequeñas modificaciones.
En este proceso de renegociación está presente el fantasma de una indemnización multimillonaria por ganancias futuras perdidas.
En síntesis, la búsqueda del socio estratégico ha terminado en un fiasco que complica aún más todo el proceso de industrialización del litio en Bolivia. Tanto el gobierno de Evo Morales como el de Luis Arce Catacora no han realizado una evaluación seria y responsable de lo que pasó con la selección del socio estratégico, ni han presentado una estrategia realista y fundamentada de cómo el proceso de industrialización del litio en Bolivia se insertaría dentro de las actuales cadenas de valor dominantes en la producción y el mercado de carbonato de litio, materiales catódicos, baterías de litio y vehículos eléctricos.
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