El sector de energía en la 2da CND tiene 10 metas, sin embargo, solo 4 tienen una vinculación directa con reducción de emisiones y son de carácter incondicional. Adicionalmente existe 1 meta condicional sobre energías alternativas que depende totalmente de la cooperación internacional. Las otras 5 metas no tienen relación directa con la mitigación del cambio climático (ej. meta 1: “Al 2030, se logrará el Acceso Universal a cobertura eléctrica al 100 %”).
El sector se llama energía, pero en verdad se focaliza en el subsector de electricidad. Tanto la primera como la segunda CND de Bolivia no hacen referencia a los hidrocarburos que son el componente principal del sector de energía en Bolivia. Según los datos de emisiones de gases de efecto invernadero del CAIT todas las emisiones de gases de efecto invernadero del sector de energía de Bolivia tienen una participación del 19 % en el total de sus emisiones, mientras que el sector de electricidad solo representa un 5 % del total de sus emisiones.
La 2da CND disminuye radicalmente las previsiones de capacidad instalada de generación eléctrica para 2030. La 1era CND planteaba una meta de 13.387 MW para 2030 y la 2daCND establece una meta de 5.028 MW. La diferencia de 8.359 MW se debe al fracaso del plan exportador de energía eléctrica con base en megahidroeléctricas. La 1era CND fijaba una meta de exportación de 8.930 MW, sin embargo, hasta mediados de 2022 la exportación de electricidad es cero y el único proyecto en curso de exportación de electricidad es de apenas 120 MW a Argentina. La 1era CND se dio en el marco de la promesa de convertir a Bolivia en el corazón energético de Sudamérica. La 2da CND se da en el ocaso de esa promesa.
La 1era CND decía textualmente: “Se ha incrementado la participación de energías renovables a 79 % a 2030”, sin precisar si se trataba de potencia instalada o generación eléctrica, mientras la 2da CND señala: “A 2030, se ha logrado que el 79 % de la energía consumida provenga de centrales basadas en energías renovables (50 % de la potencia instalada)” (meta 3). En otras palabras, el porcentaje de participación de las energías renovables se mantiene en términos de consumo eléctrico para 2030, mientras a nivel de potencia instalada la meta es de solo 50 %.
Según el Comité Nacional de Carga, la proyección de demanda de energía y potencia total instalada en el Sistema Integrado Nacional será respectivamente de 13.883 GWh y 2.400 MW para el año 2030.

Según la 2da CND, el 79 % de estos 13.883 GWh provendrá de energías renovables (10.967 GWh) y el saldo de 21 % de combustibles fósiles (2.916 GWh). La 2da CND no aclara cuáles serán los proyectos de energías renovables (hidroeléctricos, solares, eólicos, biomasa o geotérmicos) que permitirán duplicar la generación eléctrica de las energías renovables para 2030, ni tampoco explica que pasará con la actual energía que generan las termoeléctricas en las cuales se han invertido más de mil millones de dólares en la última década.

En 2015, la 1era CND decía que en 2010 la participación de las energías renovables era del 39 % sin aclarar si se refería a generación eléctrica o potencia instalada. La 2da CND sostiene que para 2020 la participación de las energías renovables era de 37 % en energía y 27 % en potencia. Es decir que comparando las líneas base de ambas CND en la última década se habría disminuido la participación de las energías renovables, cuando la tendencia debió haber sido hacia el incremento de las mismas.
La 1era CND tenía entre sus metas incondicionales incrementar la participación de las energías alternativas al 9 % para 2030, lo que significaba alcanzar una potencia instalada de 1.228 MW. La 2da CND ya no contempla una meta incondicional entorno a las energías alternativas. La actualización de la contribución de Bolivia afirma que en 2020 se habría alcanzado en energías alternativas una potencia instalada del 6 % y que para 2030 se podría llegar a una participación del 13.25 % si hay cooperación internacional (meta 4). En otras palabras, la 2da CND no propone ninguna meta con esfuerzo propio nacional a nivel de las energías alternativas para 2030.
La 1era CND tenía una afirmación muy controversial sobre las energías alternativas al incluir en esta meta la energía de “vapor de ciclo combinado” que proviene de termoeléctricas a gas natural de dos turbinas. La 2da CND ya no hace mención a las termoeléctricas de ciclo combinado ni aclara que comprenderían las energías alternativas que se instalarían con ayuda internacional.
La 2da CND añade tres metas incondicionales que no se encontraban en la 1era CND. Una sobre la participación de la generación distribuida de los consumidores (meta 2), otra sobre el alumbrado público con tecnología LED (meta 8) y una última sobre la participación de los vehículos eléctricos en el transporte público (meta 9).
Sobre la generación distribuida, la 2da CND señala que para 2030 los usuarios producirán aproximadamente 76.9 GWh equivalente a 37 MW de potencia instalada. Esta meta representa una participación de apenas el 0.7% de la potencia instalada para 2030.
Con relación al alumbrado público, la 2da CND afirma que “a 2030, se ha logrado el reemplazo de 6 % del inventario nacional de alumbrado público por tecnología LED”.
En torno a la electromovilidad afirma que “a 2030 se ha logrado un crecimiento anual del 10 % de participación de vehículos eléctricos en el parque automotor del transporte público en Bolivia”. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) todo el parque automotor de Bolivia alcanza a las 2.226.662 unidades para 2021. De estas, 2.067.802 unidades son transporte particular (92,9%), 122.712 son transporte público (5,5%) y 36.148 son transporte oficial (1,6%). La meta del 10 % de vehículos eléctricos sobre el sector del transporte público representaría alrededor de un 0.5% de todo el parque automotor para el 2030.
En síntesis, la 2da CND de Bolivia en el sector de energía es mejor que la primera porque abandona el proyecto exportador de electricidad con base en megahidroeléctricas que hubieran tenido un alto impacto ambiental en la Amazonía. Sin embargo, no es una mejora sustantiva frente a la primera con relación a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero e incluso es un retroceso con relación a la meta de energías alternativas que ahora solo se efectivizarían con cooperación internacional. La meta más importante de ambas CND es la participación de las energías renovables al 79 % para 2030 pero no hay una explicación sobre cómo se alcanzaría esta meta. Las tres nuevas metas que incluye la 2da CND son positivas, pero su contribución a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del sector de energía es marginal.
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