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La nueva dependencia de Bolivia con China

Juan Pablo Neri Pereyra, 19 de abril de 2018

En esta nota analizamos con mayor detalle el intercambio comercial entre Bolivia y China. El desglose de esta área es fundamental para seguir comprendiendo el tipo de relación que se establece entre ambos países. La primera temática que analizamos fue la deuda externa de Bolivia con China. El análisis de la deuda nos permitió dar cuenta de que, en la actualidad, se emplaza una relación de dependencia con China, en la medida en que este país se convierte en el principal financiador bilateral de Bolivia, y pasa a formar parte del top 4 de los acreedores externos del país.

Pero la expansión de China en Latinoamérica y en Bolivia es también de tipo comercial. Y, la posición de China como nueva potencia global se funda, justamente, en un intercambio comercial que sigue el patrón tradicional desigual, que fue criticado con vehemencia por los pensadores de las teorías de la dependencia y del sistema mundo. China exporta bienes manufacturados de distinta gama y busca fortalecer sus relaciones comerciales con economías emergentes, especializadas en la exportación de bienes primarios.

No obstante, es importante señalar, y en esto hemos insistido en las demás notas que hemos publicado, que esta no es una dinámica reciente o propia de la China. La desigualdad entre países y regiones, fundada en la división global del trabajo, es una característica fundamental de la historia de la economía capitalista y del comercio mundial. En este sentido, no se trata de señalar que China busca hacer al intercambio más desigual, sino de enfatizar que se trata de una dinámica propia del sistema mundo. A saber, es un problema estructural.

En este entendido, otro tema sobre el que hemos insistido es que las relaciones comerciales desiguales y de dependencia que se tejen entre China y Latinoamérica, son una consecuencia de las políticas económicas contrastadas que cada parte llevó a cabo desde finales del siglo XX. China optó por un camino en extremo realista para alcanzar el desarrollo exponencial actual de su base productiva; Latinoamérica, por su parte, dio un giro hacia el neoliberalismo, siguiendo las políticas impuestas por Washington, que consolidó el modelo primario exportador y, en algunos casos, el desarrollo de una industria maquiladora (México y Centroamérica).

Ahora bien, esto no quiere decir que China sea una periferia que ha sabido desarrollarse y que, por lo tanto, su expansión sea justificable. Al contrario, lo que corresponde es abordar su expansión con una mirada crítica. La manera en cómo China presenta su enfoque diplomático, enfatizando en nociones como el desarrollo complementario, el anti-hegemonismo, y la armonía global, plantea un riesgo importante: el de ver a este país como “el benigno globalista, que intenta cooperar con América Latina en igualdad de condiciones para el beneficio mutuo” (Kotschwar, 2014: 213), cuando en realidad, el escenario es totalmente opuesto.

Considerando estos aspectos, el panorama para Bolivia, en términos comerciales, no es el más alentador tampoco. Por ello consideramos importante dilucidar las características de esta relación.

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Caracterización del comercio exterior boliviano

Las exportaciones

Bolivia es un país primario exportador. Ésta es, quizás, la característica más duradera y perniciosa del comercio exterior de Bolivia. Las principales mercancías de Bolivia para el mundo han sido, siempre, bienes primarios: plata, estaño, caucho, quina, soya, gas y coca, por nombrar los más importantes. Para Bolivia, el giro al neoliberalismo entre los años 80 y 90 supuso la consolidación de este modelo, y el repliegue rotundo de los intentos escuetos de industrialización de los años 70.

Si se observa cuáles fueron los principales grupos de mercancías exportados por Bolivia, en los últimos diez años, se confirma el hecho que Bolivia continúa siendo un país primario exportador. El primer sector o grupo de mercancías exportado por Bolivia tiene que ver con la extracción de hidrocarburos; mientras que el segundo lugar es disputado por el sector manufacturero y la extracción de minerales

Sin embargo, en lo que respecta al sector manufacturero, no se trata del tipo de industria manufacturera que conllevaría a afirmar que en Bolivia existe un desarrollo industrial, o una diversificación de la economía, sino que se trata de un sector manufacturero dependiente de, o atado al sector primario.  El detalle de los principales sectores de exportación de la industria manufacturera demuestra que las mercancías más importantes son: la soya y sus derivados, el estaño metálico, el oro metálico, la plata metálica, las maderas y el girasol. Sectores vinculados principalmente con el sector primario (el agronegocio y la minería principalmente).

Ahora bien, esto no quiere decir que no se deba resaltar el esfuerzo de procesamiento de estos productos primarios para la agregación de valor. No obstante, no cabe duda que para poder afirmar que existe una verdadera diversificación de la economía y un desarrollo de la base productiva, hace falta superar la predominancia de los productos primarios, como rectores de la producción manufacturera.

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El problema en la composición del comercio exterior boliviano es que las exportaciones consisten en un número reducido de mercancías, la mayoría derivados de la explotación y producción de bienes primarios (IBCE, 2011). A pesar de la creciente importancia del sector manufacturero, en los términos descritos, los estudios sobre el comercio exterior realizados por el Instituto Boliviano del Comercio Exterior (IBCE), en la última década las exportaciones tradicionales (hidrocarburos y minerales) han significado en promedio el 80% de las exportaciones bolivianas.

Las importaciones

En lo que respecta las importaciones, la relación de dependencia que sugieren las exportaciones, por la especialización del país en la producción de bienes primarios, se observa en la predominancia de importaciones de insumos para la producción y de bienes de capital. En efecto, siguiendo la clasificación de grandes categorías económicas (GCE), los principales grupos de mercancías que importa Bolivia son: suministros industriales, sobre todo suministros elaborados; bienes de capital, piezas y accesorios; vehículos y accesorios de transporte; combustibles, sobre todo elaborados; y artículos de consumo.

Para conocer mejor la relación entre esta composición de las importaciones, que es bastante genérica, y la economía productiva boliviana, el detalle de bienes importados de la Nomenclatura Arancelaria de la Comunidad Andina (NANDINA) es de gran ayuda. Según esta información, sistematizada por el IBCE, los principales productos importados por Bolivia son: el diésel, que ocupa la primera posición, con un valor promedio de 660.898.062,5 dólares americanos (aunque este producto tuvo una caída estrepitosa en 2017); seguido por otros bienes que se van superponiendo y que conforman el top 10 de las importaciones de Bolivia: barras de hierro o acero sin alear; vehículos y tractores; gasolina sin tetraetilo; y harina de trigo notablemente de Argentina, entre otros.

Además, entre 2011 y 2014, destacaron la importación de turbinas de gas, de potencia superior a 5.000 kw; así como la importación de teleféricos en 2016. Ambas compras realizadas por el Estado.

Estos datos nos permiten caracterizar mejor el comercio exterior boliviano, a partir de establecer correlaciones para comprender cual es el principal destino de los bienes importados, sobre todo en términos de sectores productivos.

En lo que respecta al diésel, el principal uso de este combustible es la agricultura de gran escala y el camionaje. En la última década, el sector económico que más se ha beneficiado por la importación y subvención estatal de diésel fue el agronegocio en el oriente del país. Este dato tiene relación con el hecho que el departamento de Santa Cruz, no sólo es el principal destino de las importaciones del país (en promedio, entre 2009 y 2016, el 45,8% de las importaciones).; sino que también es el principal importador de diésel del país, con un valor de 189 millones de dólares en 2016 (aunque en 2017 estas importaciones cayeron considerablemente) -seguido por Oruro, donde predomina el camionaje para minería, comercio y contrabando-.

En cuanto a las importaciones de barras de hierro o acero sin alear, por ejemplo, su importancia en las cifras del comercio exterior boliviano debe entenderse como consecuencia del auge de la construcción, tanto particular como pública, desde 2009. El índice del costo de la construcción subió de 121 puntos en 2006, a 199,8 puntos en 2016. Este índice mide la variación de precios de un período a otro, de los insumos (Materiales, Mano de Obra y, Maquinarias y Herramientas) que intervienen en las Actividades Económicas de la Construcción (Construcción, Terminación, Instalación y Otras actividades económicas)” (INE, 2002).

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El crecimiento de este índice se explica por un crecimiento de la construcción en el periodo señalado, que no sólo comprende inmuebles particulares, sino también y sobre todo obras públicas (caminos, infraestructura, y toda clase de obras). De hecho, entre 2006 y 2016, el sector de la construcción fue uno de los sectores con la mayor tasa de crecimiento del PIB real, junto con las actividades extractivas, los productos manufacturados en base a minerales y petróleo, y los derechos sobre las importaciones (INE, 2018).

En suma, el grueso de las importaciones de bienes para la producción, en la última década, siguiendo el top 10 elaborado por el IBCA con base en datos de NANDINA, consistió en la importación de materias primas y productos intermedios (combustible y barras de hierro), bienes de capital (vehículos principalmente, aunque también deben considerarse las importaciones de turbinas de gas para la generación de energía eléctrica, y otros equipos comprados por el gobierno), y bienes de consumo (sobre todo medicamentos para consumo humano). La mayoría de los bienes importados, destinados a actividades económicas, tienen que ver con actividades productivas vinculadas con el sector primario, o con el sector manufacturero atado al sector anterior (agronegocio y actividades extractivas).

Entonces, tenemos que el comercio exterior de Bolivia se caracteriza por una predominancia de la exportación de bienes primarios (hidrocarburos, minerales y productos agrícolas), y el desarrollo relativo de una industria manufacturera vinculada al sector primario. Por su parte, los datos de las importaciones reflejan también una economía productiva poco diversificada, donde son determinados sectores los que predominan y absorben la mayor parte de los bienes que ingresan al país.

Esto conlleva, lógicamente a una situación de vulnerabilidad, en la que el déficit o no del saldo de la balanza comercia se halla determinado por el éxito de las exportaciones tradicionales. Y, de hecho, desde 2015 el saldo de la balanza comercial de Bolivia ha sido negativo debido, sobre todo, a la caída en las exportaciones de hidrocarburos, además de una tendencia general a la baja en las exportaciones de los demás sectores.

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El comercio Sino-Bolivia

En la entrevista realizada por la Agencia de Noticias Fides (ANF) al embajador de China en Bolivia, Liang Yu, sobre la cual elaboramos tres notas de análisis, éste realizó varios señalamientos que nos ayudan a comprender cómo se complementa el enfoque diplomático de la China (realista, presentado siempre como idealista) y las relaciones comerciales con este país. En lo que respecta al comercio entre ambos países, Yu señaló la existencia de una complementariedad económica: “Bolivia tiene ricos recursos, China tiene una adaptada tecnología completa y avanzada y fondos suficientes. Así que existe un gran potencial de las cooperaciones entre ambas partes. Y, en la actualidad, China es el segundo socio más importante de Bolivia, y el primer proveedor de financiamiento de Bolivia, y uno de los países con mayor cooperación hacia Bolivia”.

Como señalamos anteriormente, la idea del desarrollo complementario, suplementada por la noción de cooperación sur-sur, ha sido ampliamente reivindicada por China como uno de los objetivos principales de su política exterior. Sin embargo, no hay que olvidar que el hecho que China se refiera a este aspecto como una suerte de casualidad afortunada es, en realidad, una consecuencia de los modelos de desarrollo diferenciados de este país y de Latinoamérica.

Contrariamente a estos señalamientos, las cifras del comercio Sino-Bolivia, así como la composición del intercambio dan cuenta de una relación profundamente dispar y dependiente. En términos de proporción, las importaciones desde China sobrepasan significativamente a las exportaciones de Bolivia hacia dicho país. Mientras que las exportaciones de Bolivia hacia China, en 2017, representaron apenas el 5% del total de las exportaciones; las importaciones de bienes chinos representaron el 22% de las importaciones totales. Mientras que China es el principal país exportador hacia Bolivia, para ésta, Bolivia es un socio comercial marginal.

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Lógicamente, el primer dato a señalar al respecto de estas cifras es el saldo negativo de la balanza comercial. En términos de relaciones comerciales, Bolivia forma parte del grupo de economías pequeñas de la región (junto con Centroamérica y Paraguay), cuyas Balanzas Comerciales son negativas en su intercambio con China. En la mayoría de los casos China importa más de lo que exporta, ya que su interés principal en la región es su dotación de bienes primarios. Esto se debe principalmente a que, en términos comparativos, la capacidad productiva de Bolivia es más reducida. Y, desde el rediseño de las capitalizaciones de las empresas como YPFB (denominado nacionalizaciones), la inversión para la ampliación de estos sectores fue limitada.

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Otro de los señalamientos que hizo el embajador Yu fue que “China exporta a Bolivia principalmente equipos mecánicos, electrónicos y productos manufacturados de uso diario tales como automóviles y motocicletas. Las exportaciones de Bolivia están cada vez más diversificadas, además de los productos tradicionales como los minerales y la madera, los productos de cuero de alpaca han entrado en el mercado chino”. Para desentrañar mejor esta afirmación del embajador, a continuación, indagamos un poco más sobre la composición del intercambio con China.

Según la clasificación elaborada por el portal World Integrated Trade Solution, del Banco Mundial, con la colaboración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y la Organización Mundial del Comercio (OMC)[1], el intercambio comercial entre Bolivia y China tiene las siguientes características: los metales  y minerales representan el 80% de las exportaciones de Bolivia; los productos químicos, aunque no sabemos bien a qué se refiere en este caso, puede referirse a fertilizantes o aceites crudos de petróleo, representan el 4,5% de las exportaciones; los productos agrícolas (pieles, cueros y lanas), representan otro 4%; y los productos forestales (madera) representando el 8% de las exportaciones.

En cuanto a las importaciones bolivianas desde China: la partida principal tiene que ver con maquinaria y equipos electrónicos, y representa el 40%. La segunda partida más importante tiene que ver con medios de transporte o vehículos, que comprende el 30% de las importaciones. Las siguientes partidas destacadas de productos importados desde China son metales, hierro y acero son alear principalmente (10%); productos de plástico y goma (7%); productos comestibles (2,2%); y calzados (1,5%).

El Instituto Boliviano del Comercio Exterior (IBCE) ofrece un informe más detallado de la composición del intercambio con China, que nos permite ampliar la presente discusión. De acuerdo con el IBCE, entre los años 2012 y 2016, las exportaciones de Bolivia hacia China comprendieron principalmente: mineral de plata y sus concentrados; estaño bruto sin alear; mineral de zinc y sus concentrados; mineral de plomo y sus concentrados; mineral de oro y sus concentrados; y madera aserrada. En lo que respecta a las importaciones desde China, la composición es mucho más diversa, pero esta es una lista de los principales productos señalados por el IBCE:

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El detalle del intercambio entre Bolivia y China realizado por el IBCE nos permite realizar apreciaciones adicionales. En primera instancia, las importaciones desde China son mucho más diversas que las exportaciones bolivianas. En la relación comercial entre ambos países, Bolivia cumple el rol de país proveedor de bienes primarios, mientras que China nos provee de toda clase se bienes de capital y de consumo.

Además, una parte importante de los bienes de capital importados, son destinados a actividades económicas vinculadas con la explotación y producción de bienes primarios. Por ejemplo, en 2011 destaca la importación de “maquinaria de sondeo y perforación” para el sector hidrocarburífero (IBCE, 2012); en 2012 destaca la importación de “tubos soldados para oleoductos” (IBCE, 2013); en 2013 nuevamente se importaron “máquinas para el sondeo y perforación” (IBCE, 2014); en 2015 se importaron “maquinas para quebrantar mineral” (IBCE, 2016); y en 2016 destaca la importación de “máquinas para la industria azucarera” y, nuevamente, de “máquinas para el sondeo y perforación” (IBCE, 2017). Además, en todos los años señalados, una partida importante de las importaciones tuvo que ver con herbicidas e insecticidas para el sector agrícola.

Otro aspecto que llama la atención sobre los datos anteriores, es que uno de los principales compradores de bienes chinos ha sido el propio Estado Boliviano. Por ejemplo, la compra de maquinaria para sondeo y perforación, compete directamente a YPFB; la compra, en 2015, de “helicópteros”, que además fue financiada por un crédito del EXIM BANK de China; la compra “máquinas para la industria azucarera” destinadas al ingenio de San Buenaventura, que también fue financiado por créditos chinos y ejecutado por una empresa china.

Conclusión: Más dependencia para Bolivia

La caracterización y análisis del comercio entre Bolivia y China nos devuelve a la discusión sobre el realismo que caracteriza el enfoque diplomático y la política exterior del país asiático, y a la discusión sobre la reafirmación de Bolivia como un país dependiente, inmerso en una relación profundamente asimétrica.

En efecto, la política exterior China, una vez analizada integralmente, se muestra bastante coherente y enfocada en consolidar la posición de este país como potencia global. China no sólo promueve la expansión de relaciones comerciales que le sean beneficiosas, sino que complementa este objetivo con sus políticas de financiamiento e inversión en el extranjero. Por ejemplo, la política crediticia de China es bastante pragmática, y la razón por la que impone menos condiciones a sus prestatarios es que emplea otros mecanismos prácticos para paliar los riesgos.

En nuestro análisis sobre la deuda externa de Bolivia con China, vimos como esta estrategia para paliar riesgos se materializa con el Decreto Supremo 2574, del 3 de noviembre de 2015, que establece que los créditos chinos que beneficien específicamente al Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda; a la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC); a la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) y a la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) Corporación, deben ejecutarse contratando empresas chinas. En el análisis que hicimos sobre la composición de las importaciones desde China, en la sección anterior, se observa que China no sólo se beneficia por la contratación de sus empresas, sino también por la compra de bienes de dicho país.

¿Qué significa esto para Bolivia? El caso boliviano, como señalamos anteriormente, es particular. En los últimos tres años el saldo de la balanza comercial ha sido negativo, lo cual indica una disminución en las exportaciones, sobre todo, tradicionales (hidrocarburos y minería). La predominancia de estos bienes en la composición de las exportaciones bolivianas sigue siendo un problema porque, una vez más, profundiza la dependencia de la economía del país, a la demanda de otros países por bienes primarios.

Adicionalmente, si bien, para China, Bolivia no es un socio comercial de mayor importancia y, ni siquiera para Bolivia China significa un mercado principal aún, la relación entre ambos países tiende a una creciente dependencia. Por un lado, los principales bienes de exportaciones bolivianos no están destinados al mercado chino (hidrocarburos y soya principalmente). En contrapartida, desde el año 2011, China pasa a formar parte del top 3 de países exportadores hacia Bolivia, y desde 2014 ocupa el primer lugar. Esto puede sonar contradictorio, pero tiene que ver sobre todo con el tamaño pequeño de la economía boliviana.

Este último dato no es menor, considerando que desde el año 2012 China también es el principal acreedor bilateral de la deuda externa boliviana, y desde el año 2015 forma parte del top 5 de los acreedores, sobre el total de la deuda.

Referencias y notas

Instituto Boliviano del Comercio Exterior

(2010) Cifras del comercio exterior boliviano: Gestión 2009, Año 18, n° 179, Santa Cruz: IBCE

(2011) Cifras del comercio exterior boliviano: Gestión 2010, Año 19, n° 189, Santa Cruz: IBCE

(2012) Cifras del comercio exterior boliviano: Gestión 2011, Año 20, n° 199, Santa Cruz: IBCE

(2012) “Relación comercial Bolivia – China” En: Cifras, Boletín electrónico bisemanal, n° 150. Disponible en: http://ibce.org.bo/publicaciones-ibcecifras.php.

(2013) Cifras del comercio exterior boliviano: Gestión 2013, Año 21, n° 209, Santa Cruz: IBCE

(2013) “Relación comercial Bolivia – China” En: Cifras, Boletín electrónico bisemanal, n° 193. Disponible en: http://ibce.org.bo/publicaciones-ibcecifras.php.

(2014) Cifras del comercio exterior boliviano: Gestión 2013, Año 22, n° 220, Santa Cruz: IBCE

(2014) “Relación comercial Bolivia – China” En: Cifras, Boletín electrónico bisemanal, n° 284. Disponible en: http://ibce.org.bo/publicaciones-ibcecifras.php.

(2015) Cifras del comercio exterior boliviano: Gestión 2014, Año 23, n° 229, Santa Cruz: IBCE

(2015) “Relación comercial Bolivia – China” En: Cifras, Boletín electrónico bisemanal, n° 456. Disponible en: http://ibce.org.bo/publicaciones-ibcecifras.php.

(2016) Cifras del comercio exterior boliviano: Gestión 2015, Año 24, n° 239, Santa Cruz: IBCE

(2016) “Relación comercial Bolivia – China” En: Cifras, Boletín electrónico bisemanal, n° 495. Disponible en: http://ibce.org.bo/publicaciones-ibcecifras.php.

(2017) Cifras del comercio exterior boliviano: Gestión 2016, Año 25, n° 249, Santa Cruz: IBCE

(2017) “Bolivia: importación de diésel” En: Cifras, Boletín electrónico bisemanal, n° 610. Disponible en: http://ibce.org.bo/publicaciones-ibcecifras.php.

Instituto Nacional de Estadística (2015) Estadísticas de la actividad de la construcción 2005-2014, La Paz, disponible en: https://www.ine.gob.bo/index.php/prensa/publicaciones/118-publicaciones/estadisticas-por-actividad-economica/175-estadisticas-de-la-actividad-de-la-construccion-2005-2014.

Kotschwar Barbara (2014) “China’s Economic Influence in Latin America” En: Asian Economic Policy Review (2014) 9, pp. 202-222.


[1] Ver el sitio: https://wits.worldbank.org/CountryProfile/en/CHN

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