Por Marielle Cauthin
En 2019, durante la XXXVI asamblea denominada “Modesta Marcó Vda. de Vaca”, la Asociación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) y las 38 asociaciones que lo conforman establecieron la meta de un crecimiento del hato bovino del 5% anual, ganado que pastaría sobre extensas y nuevas tierras con “aptitud ganadera” que -según Fegasacruz- están disponibles para la expansión del sector a nivel nacional, condiciones que colocarían a Bolivia entre los 15 países exportadores de carne bovina a nivel mundial. Estas macroproyecciones fueron apuntadas por un consultor internacional de Agriterra, institución que trabaja asesorando en temas de agroganaderos sobre todo en África, Asia y América Latina (Fegazacruz, 2020). Y -aunque no figura en la memoria del evento- seguramente la asamblea concluyó con un churrasco sobre la mesa.
Estas expectativas se enmarcan en un conjunto de políticas y metas estatales dirigidas al sector los últimos años. Hay que recordar que en el marco de la Agenda Patriótica 2025, el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2016 – 2020 estableció como metas para el sector agropecuario pasar de 3,3 millones de ha a 4,7 millones de ha de superficie cultivada y llegar a las 11 millones de cabezas de ganado bovino (PEI ABT, 2016-2020). El mismo plan de gobierno de la Agenda Patriótica 2025 -redactado para la cuarta candidatura consecutiva de Evo Morales- proponía la meta de “al menos” dos cabezas de ganado por persona para 2025, lo que en términos reales significaría duplicar el actual hato de ganado bovino en los siguientes cuatro años. Sin embargo, el actual plan de gobierno de Luis Arce, llamado Agenda del pueblo para el bicentenario, ha omitido este indicador.
A continuación conoceremos cuál es la línea base sobre la que el sector ganadero proyecta el crecimiento de su hato y cuál es la dinámica y tendencias de crianza de bovinos sobre la que se erige el proyecto de exportación de carne y derivados; y es que aunque parezca un sueño lejano, las proyecciones indican que vivimos un nuevo tiempo de “vacas gordas”, pero las vacas de quién, para alimentar a quién y a qué costo.
Hato ganadero bovino en Bolivia
En 2020, el hato ganadero bovino a nivel nacional llegó a 10.142.681 cabezas de ganado (INE, 2020). En términos comparativos, tomando en cuenta la proyección del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre población nacional a 2020, Bolivia habría alcanzado los 11.307.000 habitantes (INE, 2018), lo que representaría 0,90 cabezas de ganado por habitante a nivel nacional. Este es el registro histórico más alto en la relación de inventario vacuno y poblacional, si se toma en cuenta el Censo de 2001 (0,78 cabezas de ganado por persona) y de 2012 (0,83 cabezas de ganado por persona).

Tomando en cuenta la tasa de crecimiento del hato ganadero del último quinquenio, recién en 2025 Bolivia tendría 11.461.229,5 cabezas de ganado, por lo que –aparentemente- la relación se mantendría cerca al 1 a 1 cabeza de ganado – población humana. Hay que subrayar que a nivel latinoamericano, sólo Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay poseen un inventario de vacuno superior al de su población.
El florecimiento de Santa Cruz y el ocaso de Beni
A nivel departamental, es evidente que el hato ganadero se concentra en Santa Cruz con 4.497.116 (44,34 %) y Beni con 3.053.158 (30,10 %) cabezas de ganado, lo que representa el 74,44 % del total nacional. El restante 25,56 % se distribuye en los siete departamentos, siendo Chuquisaca el tercer departamento con mayor cantidad de hato ganadero (6,69 %), luego La Paz (5,71 %), Cochabamba (4,34 %), Potosí (2,06 %), Pando (1,34 %) y finalmente Oruro (0,89 %).

En los últimos años Santa Cruz igualó y desplazó a Beni como centro ganadero. Pero no siempre fue así. En 1950 Bolivia contaba con un hato ganadero de 2.226.629 cabezas de ganado, según el I Censo agropecuario: el 32 % se ubicaba en Beni (706.837 cabezas de ganado), el 20 % en Santa Cruz (427.145 cabezas de ganado), 15 % en Chuquisaca (344.125 cabezas de ganado) y los otros departamentos poseían menos del 10 % cada uno, con excepción de Oruro y Pando que poseían 1 % cada uno (Ministerio de asuntos campesinos y agropecuarios, 1956). Según los registros del INE de 1984, Santa Cruz contaba en ese momento con un hato ganadero de 1.169.565 mientras Beni contaba con 2.054.889 cabezas de ganado. Esta tendencia se mantuvo incluso hasta la primera década de 2000: Santa Cruz mantenía un crecimiento estable de 1.731.563 cabezas de ganado y Beni tenía 3.049.413 cabezas de ganado. En 2011 Santa Cruz iguala a Beni y para 2013 los ganaderos cruceños habían duplicado su hato llegando a los 3.598.955. Ese mismo año Beni contabilizaba 2.692.123 cabezas de ganado, una marcada tendencia decreciente que venía arrastrando desde el año 2008.
Si se toman en cuenta el incremento poblacional estimado por el INE para 2020, el departamento de Santa Cruz (3.370.000 habitantes) tendría una relación de 1,33 cabezas de ganado por persona, pero Beni -con 480.000 habitantes- tendría un inventario vacuno de 6,36 cabezas de ganado por habitante, lo que generaría la relación más dispar entre inventario de ganado e inventario de población humana a nivel nacional.

¿Recuerdan la promesa que se hizo en la XXXVI asamblea de ganaderos cruceños sobre llegar al crecimiento del 5 % anual en el hato ganadero? Bueno, las cifras demuestran que durante el último quinquenio el sector tuvo una tasa promedio de crecimiento del 2 %, con una excepción: en 2020 el hato ganadero creció en 4,1 % a nivel nacional, duplicando las cifras constantes del último quinquenio. Y estas cifras son más reveladoras a nivel departamental.
Actualmente Santa Cruz -según las proyecciones del INE- estaría apuntando a las 5 millones de cabezas de ganado, una cantidad que duplica el hato contabilizado en 2009 (2.425.441), lo que quiere decir que tan solo en una década Santa Cruz habría logrado un repunte no observado desde los años 80. En 2019 Santa Cruz pasó de 2,45 % de crecimiento a 5,85 % para 2020, por lo que se habría cumplido el vaticinio de Fegasacruz: el salto al 5 % de crecimiento, por lo menos a nivel departamental. Aunque la bonanza es dispar, pues Beni -segundo departamento en cantidad de hato ganadero- tuvo un tímido crecimiento del 3,16 % en 2020. De mantenerse este ritmo de crecimiento, en 2025 Santa Cruz llegaría a tener un hato ganadero de 5.306.597, mientras Beni llegaría a las 3.389.005 cabezas de ganado.

El sector ganadero tiene una alta tendencia a la concentración del hato entre los grandes y medianos propietarios. En Santa Cruz, los productores ganaderos grandes y medianos representan el 10,44 % pero concentran el 68,53 % del hato departamental (2.923.662), mientras que los ganaderos llamados “familiares y pequeños” representan el 89,56 % y apenas poseen el 31,47 % del hato (1.342.586), según el estudio de la Agencia de Cooperación Internacional Japonesa (JICA) y la Cámara de Exportadores, Logística y Promoción de Inversiones de Santa Cruz (CADEX) de 2020. El segmento de grandes ganaderos tendría una correlación de 3.480 vacas por propietario, en tanto los ganaderos medianos 769 vacas por propietario, los pequeños tendrían 95 vacas por propietario y la categoría “familiar” una correlación de 9,6 vacas por núcleo de familia.

La concentración de propiedad de ganado parece ser más acentuada en Beni, pues el 14,46 % que constituyen los productores grandes y medianos concentran el 80 % del hato ganadero (2.388.089). En tanto que el 20 % del hato (606.917) está en manos de pequeños productores y de núcleos familiares que hacen el 85 % del total de productores ganaderos benianos, según datos de Aguilera (2004). En este caso, hay que subrayar que el grueso de la población ganadera está en la categoría de “familiar” -este segmento comúnmente es campesino o indígena-, y lo componen 4.867 productores (70 %) que apenas poseen el 3,7 % de todo el hato ganadero departamental (109.781), lo que representaría una tenencia de 22 vacas por familia. La categoría de pequeños productores tendría una correlación de 426 cabezas por propietario; mientras los medianos ganaderos -que hacen el 11 %- concentran el 56 % del hato departamental, lo que representaría una tenencia de 2.127 vacas por propietario y los grandes ganaderos tienen una correlación de 3.084 vacas por propietario, sin embargo una tenencia por debajo de los grandes propietarios cruceños.

El problema de la “especialización” forzada en la cría de ganado
Además del paulatino desaceleramiento en el crecimiento de su hato ganadero, Beni se enfrenta a otro fenómeno: la segmentación en la especialización de crianza de bovinos. Según Sandra Leal, técnica de la cadena productiva ganadera en Santa Cruz y Beni, en los últimos años Beni viene “especializándose” en la cría de bovinos menores bajo sistemas extensivos -realizada en grandes áreas de terreno y a bajo costo-. Mientras Santa Cruz va concentrando el proceso de recría -etapa que inicia con el destete y tiene que ver con la ganancia de tamaño y peso para maximizar la producción de carne- (Ceconi et al, 2018) y engorde bajo sistemas semiintensivos -basado en pastoreo con alimentación suplementaria- e intensivos (Agrolatam, 2020). Este último sistema de crianza tiene un enfoque de modelo empresarial de alta inversión que involucra tener el ganado en confinamiento, “en condiciones de humedad, con luz y temperaturas creadas de forma artificial, para que de esta forma aumente la producción en el menor periodo de tiempo posible” (Peralta-Rivero y Cuellar, 2018); según datos del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (2012), bajo los sistemas intensivos el ganado cuenta con el peso idóneo incluso en 15 meses.
De una comparación de las cifras del INE sobre edades de hato ganadero por departamento entre Santa Cruz y Beni, se establece que hay un descenso acelerado en la cría de 2 a 3 años y de 1 a 2 años, precisamente las edades de derribe de ganado destinado a consumo cárnico de exportación. Hay que tomar en cuenta que el protocolo firmado entre Bolivia y China para exportar carne establece que el bovino debe tener menos de 30 meses de edad (2 años y medio) al momento del sacrificio. Sin embargo, resalta que Beni -que tiene actualmente un millón y medio menos ganado que Santa Cruz- posee casi la misma cantidad de ganado mayor a 3 años que su vecino departamento. Es decir, que no solamente Beni estaría especializándose en la crianza de ganado extensivo, si no que los indicadores de renovación de ganado sugerirían que también se está estancando en la recría y el engorde de ganado mayor a un año.

Concordante con esto, Harol Simon Pereira, exdirector provincial de la Federación de Ganaderos del Beni (Fegabeni) para la provincia Ballivián, declaraba en 2019 que esta provincia -que cuenta con alrededor de 800 mil cabezas de ganado- solo tenía como mercado la extracción de ganado menor, y que el movimiento anual hacia fuera de la provincia sería de unas 100 mil cabezas de ganado entre mayores y menores. En 2021, Wilson Villamil, presidente de la Asociación de Ganaderos de Reyes en Beni, declaraba que “la modalidad” de cría de los últimos años es la venta de torillos al destete, en una cantidad de 200 a 300 mil torillos con menos de un año, cuyo destino son las cabañas de Santa Cruz para la cría y la recría; y el mismo fenómeno que ocurre en la provincia Ballivián se evidencia en la provincia Vaca Díez también en Beni: el 85 % del ganado macho se va a Santa Cruz, según el presidente de la Asociación de Ganaderos de Riberalta, Naggib Zeitun. Para consumo local queda la hembra “de descarte”, reses mayores a los 5 años: “somos el criadero de Santa Cruz (…) nos están dejando sin cría, solo con la maternidad”, declaraba Villamil a radio Erbol en junio de este año. Como se verá más adelante, este proceso de especialización presionado por el acceso a tecnología y mercados a partir de Santa Cruz, viene colocando a Beni en completa subordinación al complejo cárnico cruceño, una vez superado el número de hato ganadero beniano desde la pasada década.
Criando y alimentando razas “ganadoras”
Las razas de ganado se diferencian entre tierras altas y tierras bajas de Bolivia. En las primeras predomina el ganado tipo “taurino” del que derivó el actual ganado criollo. En las tierras bajas predomina ganado de origen hindú que provino de Brasil a inicios de los años 50 y que fue cruzado con razas criollas (Udape, 2009). La Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA, 2008) sostiene que la distribución de bovinos por razas hasta la primera década del siglo XXI era la siguiente: criollo (67 %), nelore (14 %), ganado mestizo (7 %), holstein (5 %), pardo suizo (2 %), brahman (1 %) y otras razas como cebú, gyr, limusin, brangus, jersey, simmental y angus (4 %). Hasta 2017, según datos de Fegazacruz, el 42,23 % del hato ganadero de ese departamento era de raza nelore, habiendo un cambio importante en la especialización de crianzas de razas bovinas.
Imagen 1: Ejemplos de razas bovinas en Santa Cruz y Beni
Fuente: Publiagro, 2019; Asocebú, 2019.
Según el estudio sobre cadena de valor de la carne bovina realizado por JICA y CADEX (2020), actualmente el sector ganadero se inclina más hacia razas útiles “por su rusticidad, adaptabilidad y calidad de carne”. Debido a esto, Fegazacruz (2017) sostiene que el hato ganadero está conformado en un 85,1 % por razas productoras de carne: tres cebuinas, dos razas europeas, el criollo y otros; el 7,94 % corresponde a las razas lecheras como holstein, pardo suizo, gyr, girolando y jersey; y el 6,94 % sería el llamado “ganado mejorado” (animal de alta genética), con razas nelore, brahman y gyr, de los que se extrae y exporta material genético, como semen y embriones. De hecho, sobre estas tres últimas razas ya son características las competencias y el ranking de la Asociación Boliviana de Criadores de Cebú (Asocebú).
¿Qué supone este modelo de “especialización” en términos de pasturas? El I Censo agropecuario de 1950 estableció que el país contaba con 11.322.524,69 hectáreas de “praderas y pastizales”, sobre todo ubicados en Santa Cruz y Beni; estos departamentos también contaban con 10.972.646,54 hectáreas de “montes y bosques” (Ministerio de asuntos campesinos y agropecuarios, 1956). Según el Censo agropecuario de 2013, a nivel nacional para la ganadería se destinaban 13.170.736 hectáreas; de las cuales, 10.821.674 ha eran pastos naturales y 2.349.062 ha eran pastos cultivados. Los pastos naturales se concentraban en Beni con 5.546.618 de hectáreas, le seguía Santa Cruz con 1.827.025 ha y Oruro 1.426.492 ha, entre los principales. Del total de superficie con pastos cultivados en Bolivia, Santa Cruz concentraba la mayor extensión con 1.807.249,3 hectáreas, le seguía Beni con 335.423 ha (INE, 2015). Las semillas más comercializadas para pasturas dedicadas a alimento bovino son Brachiaria (1.347.684 ha cultivadas) y Panicum (266.896 ha cultivadas) (INE, 2015).
De mantenerse la agenda del sector ganadero sobre su crecimiento sostenido sin un análisis de calidad de pasturas, solo se añade más presión de avance, ocupación y uso, por la que poco a poco las pasturas naturales transitarían a pastos cultivados, como una tendencia de modernización del sector. De hecho, el estudio de JICA y CADEX (2020) apunta hacia esa transición con el fin de potenciar la productividad del sector con métodos semiintensivos o intensivos, así como provisión continua de forraje asociado al incremento de ganancia de peso diario para más toneladas de producción de carne.
¿Pero son necesarias más hectáreas de pasturas para alimentar vacas? Los siguientes artículos de esta serie plantearán esta y otras interrogantes y brindarán pistas sobre los aspectos que subyacen en el crecimiento sostenido del sector ganadero, el avance de la frontera agropecuaria y la cadena de producción y comercialización de carne y derivados, así como sus impactos socioambientales.
Fuentes:
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Ceconi I.; Davies E.; Méndez P.; (2018) Recría de terneros a corral, ganancia de peso, peso de ingreso y manejo de alimentación. RTA / Vol 10 / N°38: Argentina
Cuellar F.; Peralta-Rivero C.; (2018) La ganadería en la región del Chaco de Bolivia. Una evaluación de la sustentabilidad de los sistemas de manejo de ganadería semi-intensiva y extensiva. CIPCA: La Paz.
Cuellar F.; Peralta-Rivero C.; (2020) Hacia una ganadería sustentable en Tierras Bajas de Bolivia. CIPCA. La Paz, Bolivia.
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Vargas C. (25 de junio de 2021) Sobre la producción de leche en Beni. Reporte Facebook: CEDLA Bolivia.
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