Por Guillermo Villalobos M.

La Amazonía, el bosque tropical más extenso del mundo, atraviesa una severa sequía. Pero no es cualquier sequía la que azota esta vasta extensión boscosa, sino la más “extrema de los últimos 113 años” según declaró Paulo Artaxo en una entrevista realizada recientemente por Mongabay y quien es parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Los datos proporcionados por el Servicio Geológico del Brasil (SGB) evidencian como en el último mes el niveles del agua de los principales ríos que forman el embalse del Amazonas llegaron a registrar sus mínimas históricos[1]; y muchos otros ríos menores, riachuelos, arroyos y lagunas simplemente se secaron (Lima M., 2023).

Índices de sequía y precipitación en la cuenca amazónica (agosto, septiembre y octubre)[2]

Fuente: Global Drought Information System, 2023 .

Brasil en particular está siendo fuertemente afectado por la sequía, la misma que ya es considerada como una de las peores en la historia del país. Ocho de los nueve estados que conforman la Amazonía Legal[3] se encuentran en diferentes estados de emergencia. El estado de Amazonas es uno de los más afectados. Hasta la fecha sus 62 municipios y todas sus ciudades están en estado de emergencia ambiental, con unas 598 mil personas afectadas. La sequía está afectando gravemente a los estados de la Amazonía Legal, destruyendo cosechas, matando ganado y reduciendo la producción industrial y el suministro eléctrico proveniente de las hidroeléctricas[4].

Sin embargo, la población rural e indígena, la población más vulnerable, es la que está sentido más los estragos de la sequía extrema. Las comunidades rurales en la Amazonía están estrechamente ligadas a los ríos para reproducir sus medios de vida. El severo estiaje en los principales ríos de la cuenca limita su acceso a la pesca y otros alimentos, al igual que al agua potable, transporte, salud, educación y otras mercancías básicas (Lima L, 2023; Gual, 2023).

Pero la sequía no solo afecta a la Amazonía brasileña. El estiaje en la parte alta de la cuenca también está generando situaciones de emergencia en los demás países amazónicos. La oferta energética en Ecuador, por ejemplo, se encuentra en déficit por el estiaje que afecta a las principales hidroeléctricas, generando apagones y obligando a las autoridades a programar cortes eléctricos en todo el país. En Colombia la sequía está perturbando a la fauna del Lago Tarapoto, un humedal declarado como sitio Ramsar en el Resguardo Ticoya. Mientras que el limitado acceso a agua potable, alimento, salud y transporte –y su asociación con la proliferación de enfermedades infecciosas- está afectando los medios de vida de las comunidades en los departamentos amazónicos de Amazonas, Loreto y San Martín en el Perú y en varias comunidades en los departamentos de Amazonas y Putumayo en Colombia.

La sequía en la Amazonía afecta tanto a seres humanos como a los no humanos. Los últimos meses se registraron temperaturas récord en gran parte del embalse, superando en algunos casos los 40°C. Las altas temperaturas en el ambiente sumado al bajo caudal, hace que el agua que queda en los ríos y lagunas tenga una temperatura mucho más caliente que lo habitual, afectando a los animales que viven en sus aguas. En diferentes partes de la Amazonía existen varios registros de miles de peces muertos a la orilla de los ríos y lagos. El caso más emblemático fueron los más de un centenar de delfines de agua dulce que fueron encontrados muertos en el lago Tefé, ubicado al lado del río Amazonas, y cuyas temperaturas llegaron a registrar 39° C.  

El bosque amazónico también está siendo fuertemente afectado. El Panel Científico por la Amazonía en su Informe de Evaluación de la Amazonía de 2021 alerta como la mayor temperatura y la menor precipitación está aumentando la mortalidad de los árboles individuales en todo el bioma. La muerte de árboles por sequía afecta ya miles de hectáreas de bosque y, a su vez, agrava las condiciones para que se desarrollen los incendios forestales (Phillips, 2009).

De hecho, la situación de los incendios en la Amazonía ya es severa. Durante el mes de octubre, el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais del Brasil (INPE) registró 39.692 focos de quema en todo Brasil, de los cuales 22.061 (el 56% del total) fueron en el bioma amazónico. Esto a pesar de que hasta julio se registra una reducción del 43% de la deforestación en la Amazonía brasileña en comparación a los valores del año pasado.

La magnitud del humo causado por los incendios forestales está generando grandes repercusiones en la calidad del aire y en la salud de la población. Manaos, la capital del estado Amazonas, registró recientemente uno de los peores niveles de calidad de aire del mundo y, a pesar de las recomendaciones de las autoridades de usar mascarillas y evitar los espacios abiertos, la cantidad de enfermedades respiratorias -como asma, bronquitis entre otros- se incrementó en un 40% en la ciudad; siendo la población vulnerable como niños, ancianos y personas con enfermedades de base la más afectada.

Sequía en la Amazonía boliviana

La Amazonía boliviana no es ajena a toda esta dramática situación. Los datos del Monitor de Sequías del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) manifiestan como desde mediados de este año la mayoría de la macroregión amazónica registra un índice combinado de sequía débil y en algunas zonas puntuales una sequía moderada[5]. Por otro lado, el último Boletín Agroclimático del Senamhi, registraba en el mes de septiembre un déficit del agua en el suelo, al igual que una mala salud de la vegetación en gran parte de la región amazónica[6].

Bolivia: Reporte nacional de sequía junio a septiembre 2023

Fuente: Senamhi, 2023

La sequía, al igual que el resto de la región, repercute en la salud del embalse. Los datos generados por mediciones satelitales del nivel del agua en diferentes estaciones virtuales en toda la Amazonía evidencian un estrés hídrico importante en los principales ríos que conforman la cuenca amazónica en el territorio nacional.

Mediciones hechas tanto en la parte alta como la parte baja del río Beni evidencian importantes anomalías en el nivel del agua. En la parte alta del río (en las cercanías de Rurrenabaque) en el mes de agosto el nivel del agua registró 176.19 metros, el nivel más bajo de los últimos tres años. Mientras que, en la parte baja (a 120 kilómetros de Riberalta) el nivel del agua llegó a 131.45 metros, valores muy similares a los extremos registrados en 2021 y 2019.

Esta misma tendencia se observa en otros ríos de la cuenca. La parte alta del río Mamoré, por ejemplo, registró en octubre 180.68 metros, una disminución de agua casi igual al récord obtenido en 2019.  Mientras que el río Madre de Dios muestra en su parte baja los mismos niveles de agua que el mínimo registrado en 2020. Tendencias similares se observan en los ríos Orthon, Madera, Tahuamanu, Manuripi, Iténez/Guaporé, entre otros[7].

Bolivia: Nivel del agua en los principales ríos que conforman la cuenca amazónica boliviana

Fuente: Hydrology from space, 2023 y Hydroweb, 2023

Esta sequía, sumada a las altas temperaturas que se vienen registrando en la región[8], se convierte al igual que en el Brasil en el escenario propicio para el desarrollo de incendios forestales. Según los datos del Sistema de Información y Monitoreo del Bosque (SIMB), desde junio hasta la primera semana de noviembre se registraron un total de 303.801 focos de calor en todo el país, de los cuales 39.497 (el 18% del total) fueron registrados en el bosque amazónico. Solo el mes de octubre se registraron 21.038 focos de calor en la Amazonía, convirtiéndolo en el segundo bosque más afectado por los incendios de este año. Hasta la fecha varios incendios se encuentran activos en la región[9] y diferentes departamentos se declararon en estado de desastre[10]. Igualmente, distintas ciudades del país registran índices de calidad del aire muy bajas producto del humo de los incendios forestales.

Focos de calor a nivel nacional y por tipo de bosque (junio a 8 de noviembre)

 JunioJulioAgostoSeptiembreOctubre1 al 8 de NoviembreTOTAL
BOLIVIA14.46541.41139.96668.033119.12020.806303.801
Amazonía5942.6432.949912421.0383.14939.497
Chiquitania4.52217.9947.528871712.4752.74653.982
Chaco2.4083.0032.67619782.06535712.487
Llanuras inundables1114261.2413.3526.1911.49812.819
Fuente: Elaboración propia con base en SIMB, 2023
El “efecto cascada” y el punto de inflexión de la Amazonía

El último reporte del SGB señala que algunos ríos de la región amazónica comenzaron a dar “señales de estabilización” en las medias diarias de la caída del nivel de agua, por lo cual se podría estar llegando al pico de la sequía. Sin embargo, existen algunas opiniones encontradas al respecto. Algunos científicos opinan que más bien la tendencia es que se vaya agravando la sequía y que los efectos recién están comenzando a notarse; sobre todo por la presencia del fenómeno del Niño cuyo pico está previsto que llegue a finales de 2023 (Lima M., 2023).

Los fenómenos de El Niño y La Niña tienen importantes repercusiones en la Amazonía. Al alterarse el ciclo normal del sistema oceánico-atmosférico del Pacífico Tropical, se generan dos fases climatológicas opuestas: una fase positiva más cálida (El Niño) y otra fase negativa más fría (La Niña). Estas oscilaciones conllevan a cambios en los patrones estacionales de precipitación en el continente sudamericano (Lindsey, 2023). En general, para la región que abarca la Amazonía centro, El Niño está asociado a condiciones de menor humedad; La Niña, por el contrario, genera condiciones de mayor humedad (Alcântara, 2023). Estimaciones recientes señalan una presencia de El Niño por lo menos hasta el primer trimestre de 2024.

Al escenario actual de baja humedad influenciadas por el actual fenómeno de El Niño se suman las condiciones atípicas de la temperatura en el océano Atlántico. Durante los últimos meses de 2023, se observó un progresivo calentamiento del Atlántico Tropical Norte –asociado principalmente al aumento de la temperatura global- que conllevó a un confinamiento de las zonas de convergencia intertropicales, alterando aún más los patrones de precipitación y prolongando la estación seca en la Amazonía (Silva y Fearnside, 2023; Bryce, 2023).

Pero también existen factores in situ que juegan un papel importante en las dinámicas que llevan a que el bosque tropical más extenso del mundo presente sequías cada vez más recurrentes y persistentes. Uno de los factores principales es la deforestación y el cambio de uso de suelo desencadenada fundamentalmente por la actividad agropecuaria (cultivos industriales y pastos para ganado).

Un estudio publicado en 2022 por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) señala que en un periodo de 20 años (2001 al 2020) se perdieron 542.581 km2 del bioma amazónico, equivalente al 8,7% de la superficie boscosa en 2001. Esta superficie deforestada es más de dos veces el territorio que conforma el Ecuador. Solo en Bolivia en ese mismo periodo se deforestaron 39.239 km2 de bosque amazónico.

La deforestación y cambio de uso de suelo se asocia estrechamente con las altas temperaturas y las sequías. Al remover grandes extensiones de bosque, se elimina el proceso de evapotranspiración de los árboles, reduciendo el flujo de humedad que se transfiere a la atmósfera y alterando el ciclo de las precipitaciones del ecosistema (Giatti et. al. 2021; Rasmussen, 2017). Una publicación reciente  identifica que, durante los últimos 10 años, la Amazonía perdió 1 millón de hectáreas de superficie de agua, siendo Colombia (13%), Guayan (9%) y Bolivia (8%) los países que mayor superficie de recursos hídricos perdieron[11].

La perturbación del ciclo del agua en todo el ecosistema favorece al aumento de las temperaturas. Datos proporcionados por el Observatorio Terrestre de la NASA y por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA por sus siglas en inglés) evidencian una aumento considerable de la temperatura superficial en toda la cuenca, llegando a nuevos récords históricos. Algunas regiones de la Amazonía oriental muestran ya un aumento de temperatura entre los 1.38°C hasta los 3.07°C dependiendo de la temporada (Giatti et. al. 2021)[12].

A las mayores temperaturas se añade la mayor recurrencia e intensidad de las sequías. Si bien es usual los periodos marcados de estiaje en la cuenca del Amazonas, existe un incremento en la frecuencia y la intensidad en que se presentan estos eventos. Desde 2005 hasta la fecha se registraron tres episodios de sequías severas en la Amazonía, un aumento significativo para una cuenca cuya recurrencia de eventos de sequía severa era una vez cada década (Silva y Fearnside, 2023; Freire Silva, 2023). La última sequía severa tuvo lugar en 2015-2016 con consecuencias que persisten hasta hoy en día. Según algunos autores, la sequía de este año podría presentar dimensiones parecidas o incluso mayores a las de 2015-2016 (Silva y Fearnside, 2023).

La deforestación del bosque, la alteración del ciclo del agua, la mayor temperatura y el ambiente más seco crea a su vez condiciones propicias para los incendios forestales. Las quemas y los incendios forestales en la Amazonía –que son atípicos para un bosque tropical- son otro de los factores importantes para entender las sequías en la cuenca amazónica. Los incendios forestales –además de emitir millones de toneladas de gases de efecto invernadero- contribuyen al aumento de la temperatura, degradan nacientes de agua, afectan la salud de la población y contribuyen a acelerar la degradación del bosque. Según datos de Mapbiomas, desde 2010 hasta 2022 en el bioma amazónico se quemaron 219 millones de hectáreas de bosque, a un promedio de 16 millones de hectáreas por año. Sólo el año pasado, 19 millones de hectáreas de bosque fueron quemadas y este año presenta señales de que podría ser igual o aún peor[13]

La interacción entre calentamiento, deforestación, degradación, sequedad e incendio generan un efecto cascada o bucle que se va reforzando en cada ciclo. Las mayores temperaturas y la deforestación degradan el bosque haciéndolo más seco, lo que incrementa el riesgo de incendios y la degradación de los bosques, que provoca a su vez más sequedad, haciendo que el bosque se degrade aún más, y así sucesivamente (Lindsey, 2023).

Este efecto cascada potencialmente puede derivar en lo que se conoce como tipping point o punto de inflexión. En el caso de la Amazonía el punto de inflexión significa que el bosque llegará a una situación en la cual ya no puede generar las mismas condiciones para la reproducción del ecosistema. En este punto, el bioma deja de ser resiliente a los cambios y su degradación ya no es gradual sino abrupto, rápido y potencialmente irreversible (Wunderling et. al., 2022; Boulton et. al., 2022). De llegarse a este punto de inflexión, distintos estudios sugieren que se producirá una “sabanización” del bosque, es decir, que el bosque tropical más grande y altamente biodiverso del mundo vendría a ser reemplazado por extensas sabanas, con profundas consecuencias para la sociedad, el ecosistema y el clima global[14].

Existe un relativo consenso en la comunidad científica en que el punto de no retorno de la Amazonía se podría desencadenar cuando la pérdida del bosque sobrepase el 20 o 25% del total (Fine et. al. 2022; Lovejoy et. al. 2018). Sin embargo, no se tiene mucho consenso sobre el porcentaje total de bosque que ya se ha perdido. Algunos estudios sugieren que el 20% del territorio ya fue transformado totalmente y un 6% tiene una alta degradación (Quintanilla et. al. 2022). Otros estiman que se perdió el 13% de la Amazonía original; pero que un 31% de ese total se perdió en el tercio oriental del bioma amazónico, por lo que el punto de inflexión podría desencadenarse en el este del bioma (Fine et. al. 2022).

En todo caso, la Amazonía nos está dando señales claras de una profunda y acelerada degradación. La muerte lenta y tortuosa de la Amazonía que se viene desarrolla ante nuestros ojos nos conmina a actuar con urgencia y vehemencia para defender el derecho a la vida de millones de animales, árboles, plantas, ríos, lagunas y manantiales en uno de las regiones con mayor diversidad biocultural el planeta. Defender el derecho a la vida del bioma amazónico implica necesariamente defender el derecho a la vida de nosotros mismo –y sobre todo de las futuras generaciones- que dependen en mayor o menor grado de una Amazonía viva.

Referencias

Alcântara, B. (10 julio 2023). El Niño no Brasil: entenda efeitos de seca na Amazônia e chuva no sul. Em: Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia (IPAM). Disponible em: https://ipam.org.br/el-nino-no-brasil-entenda-efeitos-de-seca-na-amazonia-e-chuva-no-sul/

Boulton, C.A., Lenton, T.M. & Boers, N. (2022). Pronounced loss of Amazon rainforest resilience since the early 2000s. Nat. Clim. Chang. 12, 271–278. Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41558-022-01287-8

Bryce, E. (27 julio 2023). How ‘marine heatwaves’ affect the ocean – and what can be done? En: Dialogo Chino. Disponible en: https://dialogochino.net/en/climate-energy/375148-marine-heatwaves-what-can-be-done/

Finer, M. y Mamani, N. (2022). Punto de Inflexión en la Amazonía – ¿Dónde estamos? MAAP: 164. Disponible en: https://www.maaproject.org/2022/amazonia-tipping/

Freire Silva, T. (18 octubre 2023). Sequías en la Amazonía: ¿Eventos extremos o una ‘nueva normalidad’? En: Institutojurua. Dispinible en: https://institutojurua.org.br/es/sequias-en-la-amazonia-eventos-extremos-o-una-nueva-normalidad/

Gatti, L.V., Basso, L.S., Miller, J.B. et al. Amazonia as a carbon source linked to deforestation and climate change. Nature 595, 388–393 (2021). https://doi.org/10.1038/s41586-021-03629-6

Gual, J. (04 octubre 2023). La Amazonia, al límite por la sequía: “No sabemos qué va a ser de nosotros”. En: El País. Disponible en: https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2023-10-04/la-amazonia-al-limite-por-la-sequia-no-sabemos-que-va-a-ser-de-nosotros.html#?rel=mas

Lima, L. (08 de octube 2023). Os sem água e sem peixe. Em: Amazonia Real. Dispinible en: https://amazoniareal.com.br/especiais/pior-seca/

Lima, M. (06 octubre 2023). Como a ciência explica a seca histórica na Amazônia. Em: Amazonia Real. Dispinible en: https://amazoniareal.com.br/ciencia-explica-seca-historica/

Lindsey, R. (30 de octubre 2023). Drought parches the central Amazon in October 2023. En: NOAA Climate.gov. Disponible em: https://www.climate.gov/news-features/event-tracker/drought-parches-central-amazon-october-2023

Lovejoy, T. y Nobre, C. (2018). Amazon Tipping Point. Sci. Adv. 4, eaat 2340 (2018). DOI: https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.aat2340

Phillips, O. L., Aragão, L., Lewis, S. L., et al. (2009). Drought Sensitivity of the Amazon Rainforest. Science 323: 1344–7. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/24180860_Drought_Sensitivity_of_the_Amazon_Rainforest

Quintanilla, M., Carmen, J., Guzmán, A. (2022). La Amazonía a contrarreloj: un diagnóstico regional sobre dónde y cómo proteger el 80% al 2025. https://amazonia80x2025.earth/

Rasmussen, C. (17 julio 2017). New study shows the Amazon makes its own rainy season. En: NASA Global Climate Change. Dipinible en: https://climate.nasa.gov/news/2608/new-study-shows-the-amazon-makes-its-own-rainy-season/

Silva, R. y Fearnside, P. M. (26 de octubre 2023). A seca de 2023 na Amazônia terá muito estrago pela frente. Em: Amazonia Real. Disponible em: https://amazoniareal.com.br/seca-de-2023/

Wunderling, N., Staal, A., Sakschewski, B. y Winkelmann, R. (2022). Recurrent droughts increase risk of cascading tipping events by outpacing adaptive capacities in the Amazon rainforest. PNAS. Vol. 119, No. 32. https://www.pnas.org/doi/full/10.1073/pnas.2120777119


[1] Las mediciones llevadas a cabo por el Servicio Geológico del Brasil se dan en diferentes estaciones sobre los ríos Solimões, Negro, Madeira, Mamoré, Abunã, Machado, Purus, Tapajós y Amazonas. Véase: https://www.sgb.gov.br/sace/boletins/Amazonas/20231027_16-20231027%20-%20162934.pdf y https://app.powerbi.com/view?r=eyJrIjoiNzg2MzU0ODItZjYwYS00NTMzLWFlZGQtYzJiYTE5YjYyNzI1IiwidCI6IjE0Y2JkNWE3LWVjOTQtNDZiYS1iMzE0LWNjMGZjOTcyYTE2MSIsImMiOjh9&pageName=ReportSection6

[2] El Índice Global de Sequía (DI por sus siglas en inglés) es un indicador que combina datos del Índice de Precipitación Estandarizado (SPI), el Índice de Evapotranspiración de Precipitación Estandarizado (SPEI) y la temperatura (utilizada para calcular la evapotranspiración potencial (PET). Mientras que el Índice Estandarizado de Precipitación Evapotranspiración (SPEI) es un indicador de sequía que combina la precipitación y la evapotranspiración potencial (PET). Los colores más cálidos indican condiciones más secas, los colores más fríos (azules) indican condiciones más húmedas. Véase: https://experience.arcgis.com/experience/5dceec104a384df094e65af12a274959/

[3] Lo que se conoce como la Amazonia Legal es una subdivisión geopolítica oficial del gobierno brasileño que abarca los estados de Acre, Amapá, Amazonas, Mato Grosso, Pará, Rondônia, Roraima y Tocantins y una parte de Maranhão. Esta división también incluye parte de la zona de sabana y partes del Pantanal. Véase: https://asambleamundialamazonia.files.wordpress.com/2021/11/brazil-meat-industry-and-eu-mercosur-agreement-report-en.pdf y https://www.ibge.gov.br/geociencias/cartas-e-mapas/mapas-regionais/15819-amazonia-legal.html

[4] Véase: https://www.poder360.com.br/economia/seca-no-norte-reduz-atividade-economica-e-pode-impactar-a-inflacao/, https://www.redebrasilatual.com.br/ambiente/seca-na-amazonia-provoca-situacao-de-escassez-critica-no-rio-madeira/, https://amazoniareal.com.br/seca-causa-ferias-coletivas-na-industria/ y https://www.redebrasilatual.com.br/ambiente/seca-na-amazonia-provoca-situacao-de-escassez-critica-no-rio-madeira/

[5] El índice combinado de sequía en cual se basa los reportes del Senamhi consta de una combinación ponderada de cuatro diferentes índices: uno meteorológico, uno hidrológico y dos agrícolas. Esta combinación permite clasificar la sequía en cuatro niveles de severidad: Nivel 1. Más seco de lo normal, Nivel 2. Sequía moderada, Nivel 3. Sequía severa y Nivel 4. Sequía extrema. Véase: http://monitorsequias.senamhi.gob.bo/#/about/faq

[6] Estos datos se obtienen en base a dos indicadores: el Índice de Déficit de Agua en el Suelo (SWDI por sus siglas en inglés) es un indicador que estima el valor del contenido del agua disponible en el suelo; y el Índice de Salud de la Vegetación (VHI por siglas en inglés) que es un indicador que identifica la severidad de una sequía en base a la salud de la vegetación, así como la influencia de la temperatura en las condiciones vegetales.

Véase: https://senamhi.gob.bo/agromet/boletines_agrometeorologia/boletines_Agroclimatico/mensual_2023/10%20BOLET%C3%ADN_AGROCLIM%C3%A1TICO_OCTUBRE_2023.pdf

[7] Para más referencias véase: https://hydrologyfromspace.org/hfs-app/, https://hydroweb.theia-land.fr/?lang=en&basin=AMAZONAS y https://www.dw.com/es/principal-afluente-del-amazonas-en-situaci%C3%B3n-cr%C3%ADtica/a-67047813

[8] En algunas zonas de la Amazonía se registraron temperaturas constantes que sobrepasaron los 40°C, condiciones anormales para la región. Véase: https://www.worldweatherattribution.org/strong-influence-of-climate-change-in-uncharacteristic-early-spring-heat-in-south-america/ y https://cnnespanol.cnn.com/2023/09/25/calor-extremo-sudamerica-invierno-trax/

[9] Véase: https://erbol.com.bo/nacional/recrudecen-los-incendios-el-humo-asfixia-voluntarios-y-el-fuego-llega-la-tranca-de-san y https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20231118-los-incendios-forestales-avanzan-sin-control-en-tres-de-nueve-departamentos-de-bolivia

[10] Véase: https://www.facebook.com/photo/?fbid=657086646556074&set=pcb.657087603222645, https://www.dw.com/es/bolivia-beni-en-estado-de-desastre-por-sequ%C3%ADa-e-incendios/a-67403207  y https://www.noticiasfides.com/nacional/sociedad/gobernacion-de-la-paz-descarta-declarar-desastre-y-acuerdan-20-puntos-para-afrontar-la-sequia

[11] Para más información véase: https://plataforma.brasil.mapbiomas.org/agua

[12] La Segunda Comunicación Nacional de Bolivia ante la Convención Macro de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) prevé un incremento de 1.2°C en la amazonia boliviana hasta 2030 y 5.6°C hasta 2100.

[13] Véase: https://efe.com/medio-ambiente/2023-10-01/incendios-forestales-en-amazonia-de-brasil-suben-con-la-actual-sequia/ y https://es.mongabay.com/2023/07/incendios-forestales-afectan-millones-de-hectareas-de-bosques-amazonicos/

[14] Véase: https://www.raisg.org/es/radar/desertificacion-o-sabanizacion-el-fenomeno-que-pone-en-peligro-a-la-amazonia/

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