Ganadería

El cuento chino de la exportación de carne boliviana

Por Marielle Cauthin

4/10/2021

En mayo de 2019, a miles de kilómetros de las estancias ganaderas del país, en París, Francia, se servía un churrasco de alto nivel a invitación de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y organizado por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), la Confederación Nacional de Agricultura de Bolivia (Confeagro), la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) y frigoríficos privados cruceños. La degustación buscaba promocionar la marca de exportación Bolivian natural beef, una carne bovina de calidad, con cortes especiales y debidamente certificada. En agosto de ese año, mientras el país era azotado por megaincendios forestales con registros históricos, el  entonces presidente Evo Morales junto a los ganaderos y representantes del gobierno de la República Popular de China concretizaban el primer envío de carne bovina al país asiático: «Es un hecho histórico”, expresó en el evento Morales.

Pero cuál es la capacidad real de excedente cárnico en el país. Según el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, el país cuenta en 2021 con un superávit de 22.870 toneladas de carne con hueso (16.009 toneladas de carne sin hueso). En julio de este año, el sector ganadero estaba a punto de superar esta barrera, pues ya había exportado 11.929 toneladas (74,51 %) por un monto de 59,4 millones de dólares. Esto levantó las alertas sobre el posible desabastecimiento del mercado interno para favorecer a la exportación, y refleja las intenciones del sector ganadero de querer cuadruplicar estas cifras el siguiente quinquenio (Fegasacruz, 2021).

Bolivia exporta carne bovina a Perú, Ecuador, República del Congo, Hong Kong, Vietnam y China. Siendo que China en 2020 consumió el 84 % del total de carne exportada a nivel nacional, en concreto las clases medias asiáticas en ascenso se han convertido en el principal mercado de consumo de este producto. En declaraciones de prensa, los ganaderos y el gobierno expresaron su intención de buscar más mercados en Rusia, Irán, Corea del Sur o Colombia.

Los datos indican que sin lugar a dudas Santa Cruz es el único departamento que está generando el superávit de exportación, mucho más preciso es decir que de los más de 30 mil productores ganaderos cruceños, apenas 41 lograron cumplir los requisitos de exportación hasta 2020: de estos solo 1 es de Beni, el resto son estancias asentadas en Santa Cruz, y de estas estancias casi el 40 % cuenta con capitales extranjeros, sobre todo brasileños y argentinos (Méndez, 2021). De los 47 mataderos y frigoríficos registrados solo en Santa Cruz y Beni, tres cuentan con autorización para procesar la carne y exportarla: dos de estas empresas son cruceñas, patrimonio de familias ganaderas, y la tercera es una transnacional paraguaya con capitales brasileños asentada también en Santa Cruz.

Producción de carne

Actualmente el país tiene un récord de 1.393.190 cabezas de ganado faenadas, de las que resultan 276.448 mil toneladas de carne a nivel nacional (INE, 2020). En quince años, la producción de carne se incrementó en 100.627 toneladas. Este aumento y ritmo de producción tiene relación directa con el consumo per cápita de carne bovina, que en 2017 era de 21,17 kilogramos por año (kg/hab.), cifra por debajo del consumo de pollo (44,32 kg/hab./año) y sobre del consumo porcino (8,85 kg/hab./año), según datos del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT) y el Observatorio Agroambiental y Productivo (OAP) citados por Fegasacruz. Según Alejandro Díaz Salek, presidente de Fegasacruz, en 2021 el consumo per cápita anual habría subido a 23 kg de carne bovina, lo que representaría una demanda de consumo interno de 230 mil toneladas aproximadamente (Publiagro, 2021). Sin embargo, existen divergencias sobre si el entusiasmo de los exportadores no generará desabastecimiento y encarecimiento del producto a nivel nacional.

De hecho, en abril de este año el gobierno tuvo que emitir la Resolución Biministerial 006/2021 del Ministerio de Desarrollo Productivo y Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras para regular la exportación de carne, mediante la emisión de Certificados de abastecimiento interno y precio justo, según justificaba la misma resolución: “el ritmo al que actualmente se viene realizando las exportaciones de carne bovina deshuesada, se estima que el saldo exportable de 16.009 toneladas establecido para esta gestión será alcanzado a mediados del mes de junio, lo cual implica un riesgo de posible desabastecimiento del mercado interno si se continuara la exportación posterior a esa fecha”.

La Resolución se ampara en lo dispuesto por el Decreto Supremo (DS) 3443 de 2017 que establece que ante un riesgo de abastecimiento interno y precio justo ambos ministerios emitirán certificaciones; al mismo tiempo y con esta acción el DS 3443 abroga los artículos de tres decretos referidos a cupos de carne bovina: DS 1163 de 2012, DS 1637 de 2013 y DS 2489 de 2015, así como crea un Comité de monitoreo y abastecimiento de carne bovina. Este Comité estaría compuesto por los dos ministerios y el OAP, y tendrá como funciones determinar anualmente el déficit o superávit entre oferta y demanda; determinar semestralmente la asignación de cupo de exportación de cada empresa; recomendar el volumen de exportación autorizado para cada empresa que figure en su certificado; y emitir sanciones en el marco del monitoreo que debe realizar el Viceministerio de Comercio Interno a través de la Aduana.

Las 16.009 toneladas exportables resultan de la estimación del gobierno para 2021 sobre una oferta total de carne de 284.221 toneladas, de las que 91 % están destinadas al consumo interno, quedando un excedente de 22.870 toneladas de carne con hueso, por lo que el margen de exportación se ajusta a 16.009 toneladas de carne sin hueso. Según datos del INE -que luego se desglosarán- hasta julio de este año se ya habían exportado 11.929 toneladas de carne por un monto de 59,4 millones de dólares.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2021), el número de cabezas faenadas de ganado bovino se ha mantenido casi estancado los últimos 15 años, como se puede ver en los casos de Chuquisaca, La Paz, Oruro, Potosí, Tarija, Beni y Pando, que prácticamente han mantenido un incremento o decremento de aproximadamente mil a tres mil cabezas por año. Mientras los departamentos que efectivamente han aumentado sus tasas de faenado son: Cochabamba que pasó de 59.980 reses faenadas en 2005 a 188.838 en 2020, lo que representa un incremento de 128.858 cabezas de ganado; y evidentemente Santa Cruz que ocupa el primer lugar pues de 510.987 cabezas de ganado faenadas en 2005 pasó a 712.862 en 2020, lo que significa un incremento de 201.875 cabezas de ganado en 15 años. Hay que recordar que ya en 2014, la OIE había declarado al país “zona libre de fiebre aftosa con vacunación”, paso que permitía soñar a los cruceños con ampliar las cifras: crecimiento de hato, engorde de ganado, generación de excedentes y exportación.

Siguiendo la misma tendencia que en el derribe de ganado, la producción de carne bovina los últimos quince años se ha mantenido sin muchos cambios en casi todos los departamentos del país: Chuquisaca, La Paz, Oruro, Tarija y Pando han mantenido su producción con un crecimiento estándar de menos de una tonelada (t) anualmente. Los departamentos con crecimiento de producción son: Potosí de 4.634 t a 8.162 t (3.528 t en 15 años); Beni de 18.427 t a 25.373 t (6.946 t); Cochabamba que pasó de 11.571 t en 2005 a 36.992 t en 2020 (25.421 t en 15 años). El departamento con más crecimiento es Santa Cruz que ha pasado los últimos quince años de producir 92.838 t a 143.411 t (50.573 t en quince años).

Los datos confirman que el negocio de la carne es eminentemente cruceño, pues las tasas de crecimiento de faenado bovino demuestran que Santa Cruz aplasta a toda la producción de carne a nivel nacional; y ni qué decir de su comparación con Beni, ya que el faenado de esta ciudad representa apenas el 18,01 % de todas las cabezas de ganado derribadas en Santa Cruz. De la misma manera, la cantidad de producción de carne cruceña hace que a nivel estadístico la producción de carne beniana represente el 17,69 % de toda su producción.

Junto a los ganaderos, están las declaraciones del gobierno que en 2019 -en voz del entonces canciller Diego Pari- declaró las intenciones de exportar el excedente de 40 mil toneladas anuales (Fegasacruz, 2019). La línea base que abandera el sector ganadero para exigir la libre exportación y la apertura de más mercados internacionales, se unen a las proyecciones de 5 % de tasa de crecimiento que el sector ganadero cruceño busca a nivel nacional, cuando a nivel departamental lograron esta meta en 2020. En 2021 se tendría un saldo exportable de 46.362 mil toneladas, según las proyecciones de Fegasacruz, que vaticina un crecimiento sostenido de hato bovino a 2025 de 11.779.971 cabezas de ganado, lo que representaría 361.730 mil toneladas de carne procesada: 295.878 mil toneladas para el consumo interno y saldo exportable 65.852 toneladas de carne.

Exportación de carne

Como ya se mencionó antes, en 1994 Bolivia realizó la primera exportación de 38 mil kilogramos de carne bovina por vía área y terrestre a Perú, mediante un convenio con la empresa Polanco Carnes SA. La iniciativa tuvo como impulsores y actores a Fegasacruz, el matadero municipal Pampa de la Isla de Santa Cruz y el frigorífico Fridosa (Fegasacruz, 1996). Los registros del INE desde 1995 indican que ese año se exportaron 50 toneladas por un precio de 0,14 millones de dólares, estas exportaciones incipientes –por menos de un millón de dólares- tuvieron como momentos de repunte el año 2001, cuando se exportaron 497 toneladas de carne por un total de 1,1 millones de dólares; cifra que se elevó a 2,2 millones de dólares en 2005 (1.073 t); 3,5 millones de dólares en 2007 (1.327 t); y a partir de 2013 se registran ingresos por más de diez millones de dólares anuales, con más de dos mil toneladas de carne bovina exportada.

Esta tendencia se mantiene hasta 2019, cuando entra en vigor el acuerdo de exportación de carne a China. Ese año las exportaciones subieron a 4.915 toneladas por un monto de 24,3 millones de dólares, en 2020 la cantidad se triplica, llegando a las 15.962 toneladas por un monto de 70,1 millones de dólares. Para 2021 la cifra preliminar de enero a julio indica que se podría duplicar la cifra del año pasado, pues en solo siete meses se ha exportado 11.929 toneladas de carne por un monto de 59,4 millones de dólares.

De acuerdo a la clasificación internacional de comercio exterior, actualmente el país tiene cinco tipos de clasificación de las carnes bovinas que exporta a Perú, Ecuador, China, Hong Kong, República del Congo y Vietnam. Según los datos del INE, los países que cuentan con la mayor cantidad de toneladas exportadas son Perú, Ecuador y muy de lejos China como el más grande receptor de carne boliviana.

Las exportaciones a Perú y Ecuador redujeron en 2020, posiblemente producto de la pandemia. Sin embargo, en el caso peruano la tendencia de decrecimiento de 2019 se mantuvo en 2020: 2.125 toneladas en 2018 (10,4 millones de dólares), 1.879 toneladas en 2019 (8,9 millones de dólares) y 1.470 toneladas en 2020 (7,3 millones de dólares). En el caso chino, las exportaciones han ido creciendo significativamente, tomando en cuenta la primera exportación de 2019 que representó 1.972 toneladas (cantidad similar a las exportaciones de ese año a Perú y Ecuador) por un monto de 10,6 millones de dólares, en 2020 las exportaciones de carne a China llegaron a las 13.409 toneladas por un monto de 58,6 millones de dólares, lo que representó un incremento de casi 700 % respecto del primer envío. Los datos preliminares de 2021 del INE (enero a julio) indicaban que el sector ganadero estaba a punto de superar la cifra del año pasado, con 9.970 toneladas exportadas por un monto de 50,2 millones de dólares. En 2020, las exportaciones de carne a China representaron el 84 % del total de exportaciones de carne bovina a nivel nacional.

De acuerdo al costo de carne por tonelada, se deduce que los precios internacionales en dólares americanos (USD) se han ido incrementando a partir de 2011, llegando en 2012 a USD 5,02 el kilogramo (USD 5.018 t). Desde 2015 los precios se han mantenido casi fijos, con un leve incremento en 2019 cuando se elevó el precio a USD 4.949 la tonelada de carne (USD 4,95 kg), teniendo una baja en 2020 posiblemente producto de la pandemia, para subir ligeramente en 2021 a USD 4.981 la tonelada (USD 4,98 kg).

Un dato relevante es qué lugar está teniendo la exportación de carne dentro los ingresos por exportaciones. Santa Cruz alcanzó los USD 2.046,8 millones por concepto de exportaciones en 2020, de los cuales un 60 % fueron de productos no tradicionales como son los agroalimentos, donde la carne bovina ocupa el tercer puesto, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Entre los principales productos exportados que están muy por encima de la carne están: gas natural en estado gaseoso (USD 754.467.424), torta de soya (USD 490.585.046) y aceite de soya en bruto (USD 202.097.388); apenas por debajo de la carne están el alcohol etílico (USD 61.225.420), aceite de girasol en bruto (USD 59.200.882), azúcar en bruto (USD 36.733.877), aceite de soya refinado (USD 31.575.100), harina de soya (USD 25.595.832), madera aserrada (24.964.341) (Economy, 2021).

Cadena de la carne: de la producción a la exportación

La cadena de la producción de carne vacuna abarca a un conglomerado de actores más allá de los visibles ganaderos. Este segmento se une a los aprovisionadores de insumos pecuarios que también prestan servicios técnicos, luego están los transportistas especializados en traslado de ganado vivo, los mataderos y frigoríficos que derriban al ganado y lo seleccionan, los comercializadores nacionales e internacionales y -en este último caso- el transporte que garantice la “cadena de frío” hasta el país de destino.

Desarrollaremos las características de los principales actores, de acuerdo a sus roles en el marco del Protocolo entre el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia y la Administración General de Aduanas de la República Popular de China sobre los requisitos de inspección, cuarentena y sanidad veterinaria para exportar carne bovina desde Bolivia a China, firmado en 2019.

Predios habilitados

Entre 2019 y 2020 había 42 predios habilitados para exportar carne a China con permisos hasta 2024 y 2025 respectivamente, emitidos por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag). En 2021, Alejandro Díaz Salek, presidente de Fegasacruz, sostuvo en declaraciones de prensa que la cifra había subido a 53 predios habilitados (Publiagro, 2021), pero esta lista no está disponible. De los 42 predios iniciales autorizados para exportar carne, 41 pertenecían a Santa Cruz y solo 1 a Beni, de ahí que se constate que la parte de producción esté centrada en el sistema de crianza cruceño. Según sostiene la periodista Carolina Méndez, analizando el tipo de propiedad de esto predios, resulta que “el 62 % pertenece a empresarios bolivianos y el  38 % a capital extranjero, sobre todo de Brasil y en menor medida Argentina” (Mongabay, 2021).

Por otra parte, el diagnóstico de Jica y Cadex (2020) estableció como un problema del sector ganadero y cárnico los bajísimos y casi nulos controles de calidad que tienen los ganaderos y el resto de la cadena de producción de carne que se comercializa en el mercado interno, pues el hecho de que no cuente con exigencias sanitarias y de calidad del producto, no solo ubica al consumidor nacional en posición desventajosa, si no que actualmente limita las posibilidades de contar con mayor cantidad de productores que cumplan los requisitos sanitarios y técnicos para exportar. Dicho de otro modo: la calidad de la carne que consumen los bolivianos es deficiente y no sobreviviría a los controles rigurosos que hace Senasag para la carne que consumen los chinos, y que proviene de nuestro país pero es procesada con estándares de calidad.

Requisitos que exige Senasag

Inscripción a predios de exportación:

Según el Reglamento General de Sanidad Animal (Regensa), el procedimiento para inscripción a predios de exportación contempla varios requisitos sanitarios que pueden ser cumplidos solo por los grandes y algunos medianos ganaderos, lo que hace más complicado acceder a mercados para el común de los ganaderos de base:

a. Registro de ingreso de animales nuevos o de reemplazo al predio ganadero y su procedencia.

b. Registro de salida de animales del predio ganadero.

c. Contar con Médico Veterinario Acreditado (MVA) con funciones y responsabilidades acorde a las exigencias de la autoridad competente, la misma que certificará las actividades que conlleven a las Buenas Prácticas Ganaderas (BPG).

d. Procedimientos de conservación y almacenamiento de medicamentos y biológicos de uso veterinario (detalle de conservación por producto, grados de temperatura, estantes, alejados de la luz, refrigerados, etc.).

e. Registro de ingreso y salida de medicamentos a almacenes (fecha de ingreso, fecha de aplicación o destrucción por vencimiento, fecha de salida, etc.).

f. Registro de aplicación de medicamentos veterinarios a lotes de animales (vacunas, antiparasitarios, vitaminas y minerales) de acuerdo a calendario sanitario.

g. Registro individual de animales que hayan recibido tratamiento y aplicación de medicamentos veterinarios específicos.

Manejo de medicamentos:

Registro de tratamiento médicos individualizados y por lotes, registro de almacenamiento, existencia y uso de aplicación de medicamentos; restricciones y prohibiciones en el uso de medicamentos veterinarios entre los que destaca la no aplicación de vacuna contra la Fiebre Aftosa 21 días antes de mandar a faena al ganado; prohibición de principios activos (Carbadox, Olaquindox, Nitrofuranos, Cloranfenicol y Ractopamina); prohibición de hormonas promotoras de crecimiento (Trembolona, Boldenona, Nandrolona, Zeranol, 17 Beta Estradiol, 19 Nortestosterona, Testosterona); proteínas de origen animal para rumiantes; médico veterinario acreditado que prescriba receta, plan sanitario con tratamientos específicos que evite la menor cantidad de productos médicos, registros de uso de medicamentos y tratamientos que también debe elaborar el productor ganaderos.

Acreditación de veterinarios:

Fotocopia de título en provisión nacional en veterinaria y zootecnia, tener al menos seis meses de experiencia laboral en sanidad animal, estar colegiado. Sus funciones son: registrar ingreso de animales al predio y su procedencia (marca, sexo, edad), marca grupal, registro de nacimiento si son del predio, registro de tratamientos médicos, registros de salida de animales del predio, inspección de salida de animales del predio, registro de historial y stock de medicamentos, toma de muestras, elaborar y firmar el acta de certificación cuando se despacha el ganado para su faena. Según registros de Fegasacruz, hasta 2020 había 50 veterinarios acreditados para hacer seguimiento al ganado destinado a la exportación en Santa Cruz.

Aunque parecieran pasos relativamente sencillos, hay que tomar en cuenta que para el común de los pequeños y mediados ganaderos no forma parte de su cotidiano llevar registros y tener personal  profesional capacitado, así como tener Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) que garanticen la calidad de la carne que producen. Según Carolina Leal (técnica de la cadena productiva ganadera en Santa Cruz y Beni), citada por Tudela (2020), explica que “el ganado para exportación tiene que llevar todo registrado” desde que nace hasta que es faenado, en su criterio: “todos los ganaderos deberían regirse bajo la misma norma de exportación. Es decir, nosotros los consumidores nacionales tenemos el derecho de consumir carne con la misma calidad de la carne que se está yendo para el exterior” (La Pública, 2020). El relevamiento de entrevistas del estudio de Jica – Cadex (2020) develó que la mayoría de los ganaderos entrevistados no tenían acceso a la información para registrar sus predios y algunos percibían “que no existe un diferencial de precios que justifique el cumplimiento de los requisitos establecidos”. Además de la falta de incentivos concretos, este estudio determinó que existe a nivel ganadero un “bajo grado de implementación de Buenas Prácticas Pecuarias (genética, manejo, nutrición, y gestión financiera y de personal, etc.) así como también insuficiente control oficial del cumplimiento de buenas prácticas”.

Frigoríficos y mataderos

Los registros sobre frigoríficos y mataderos bovinos autorizados por Senasag se dividen en cuatro categorías: la cuarta categoría es la menos exigente para el mercado interno y la primera categoría es la cuenta con todos los requisitos para el mercado de exportación. En el caso de los departamentos de Beni y Santa Cruz, ambos suman 47 instalaciones frigoríficas: 32 ubicadas en Santa Cruz y 15 en Beni, la mayoría de estos mataderos pertenecen a las categorías II, III y IV, y de ahí provendrá casi toda la carne consumida a en esos departamentos y a nivel nacional.

Santa Cruz es la única que cuenta con tres frigoríficos y mataderos con categoría I, precisamente son las empresas que cuentan con la autorización para producir la carne de exportación. Estos frigoríficos son: Frigorífico del Oriente S.A. (Fridosa) ubicado en el municipio de Cotoca, el Matadero Frigorífico Santa Cruz (Frigor S.A.) ubicado en Santa Cruz de la Sierra y Frigorífico BFC S.A. ubicado en el municipio de San Ignacio de Velasco, también en Santa Cruz. Estos establecimientos realizan actividades de faena (sacrificio del animal para obtener su carne), maduración (período adecuado post mortem que permite obtener la mejor terneza posible para cada pieza de carne), desposte (separación de los diferentes cortes de carne que componen a un animal) y comercialización de la carne. Este proceso, según los datos de Jica y Cadex (2020) debe estar bajo la inspección de veterinarios autorizados por el Senasag. Los frigoríficos Frigor S.A. y Fridosa cuentan con experiencia exportando productos cárnicos a Perú, Ecuador, Venezuela y Vietnam; y desde 2019 exportan a China. Según Jica y Cadex (2020), estas empresas han obtenido certificaciones nacionales e internacionales como la FSSC 22000 (Food Safety System Certification), HACCP (Hazard Analysis and Critical Control Points), GFS-I (Global Food Safe Iniciative); realizan hasta 18 auditorías externas por año para verificar el cumplimiento de las normas y mantener sus certificaciones; y también cuenta en el currículum de una de ellas la exportación de carne para hamburguesas de las multinacionales Mc Donald y Burger King.

  • Fridosa tiene una capacidad instalada para el faenado de 480 reses al día. La empresa fue creada por la familia del ganadero Ciro Añez –uno de los fundadores de Fegasacruz en los 60- hacia el año 1992 y desde sus inicios estuvo abocada a la exportación, pues esta empresa realizó el primer envío de carne a Perú por vía aérea y terrestre en 1994. Actualmente el socio mayoritario de Fridosa es el francés Bertrand de Lassus, llegado a Bolivia en los años 70, que trabajó como técnico de Cordecruz, luego fue vendedor de agroquímicos y ahora es otro gran ganadero integrado también al negocio de la exportación (Tudela, 2020).
  • Frigor S.A. cuenta con una capacidad instalada para el faenado de 350 reses por día. Esta empresa es patrimonio de la familia del ganadero Osvaldo Monasterio Añez –también personaje fundante del sistema asociativo ganadero desde los años 60-. Entre 1988 y 1990 Fegasacruz concretó la adquisición de un matadero y frigorífico llamado FRIGOR S.A.M., mediante una sociedad mixta con la Alcaldía de Santa Cruz y ganaderos, años más tarde FRIGOR pasó a manos de la familia Monasterio (Fegasacruz, 1996).
  • El Frigorífico BFC S.A. tiene una capacidad instalada para el faenado de 320 cabezas de ganado por día. Esta empresa –que apareció “de la noche a la mañana” en el país y que no cuenta con información detallada, incluso su página web: bfc.bo revisada 21/09/21 se encuentra sin funcionamiento, pero desde 2018 sí tiene activa una página de Facebook- es una filial de la empresa Frigorífico Concepción asentada en Paraguay que cuenta con capitales y acciones brasileñas. Este frigorífico fue fundado en 1997 y actualmente exporta más del 90 % de la carne y hamburguesas que produce. La empresa en Paraguay, según informa en su portal web, procesa 2.500 animales al día (50 mil cabezas de ganado al mes); 575 toneladas diarias de carne con hueso (11.500 toneladas de carne con hueso al mes); 400 toneladas diarias de carne deshuesada (8 mil toneladas mensuales de carne deshuesada al mes). Posee tres estancias en el norte de Paraguay y cuenta con 40 mil cabezas de ganado. Desde enero de 2020 –según su portal web- cuenta con una emisión de bonos en mercados internacionales de Europa y Estados Unidos por 100 millones de dólares, con un plazo de cinco años: “En la colocación, realizada el 29 de enero, FERRERE – Bolivia (Santa Cruz) representó a frigorífico Paraguay en relación con las garantías otorgadas y documentos suscritos bajo la legislación boliviana, junto con Morgan, Lewis & Bockius – Global (Nueva York y Londres). Frigorífico Concepción respaldó la emisión con sus activos (propiedades inmobiliarias y equipos) ubicados en Paraguay y con un paquete accionario en su filial boliviana BFC. Esta última participó en la operación como garante (fiador de pago). De acuerdo con Greenberg Traurig, los fondos provenientes de la colocación fueron utilizados por la empresa, principalmente, para reestructurar su deuda en Paraguay”, informa el sitio web Lexlatin (2021).

Según los datos de capacidad instalada, estos tres frigoríficos podrían faenar 1.150 reses por turno al día, “teniendo la posibilidad de duplicar su producción realizando turnos extras”, afirma el diagnóstico de Jica y Cadex (2020). Este mismo estudio indica que las condiciones “holgadas” de estas empresas les permitirían atender una oferta exportable de hasta 20 mil toneladas.

Mercado asiático y chino

Según el análisis de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), tomando como referencia las últimas proyecciones publicadas por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), en 2021 se espera un consumo récord de carne vacuna a nivel mundial que supere las 60 millones de toneladas, marcando un crecimiento del 1,6 % con relación a lo observado en 2020. Según Jica y Cadex (2020), en 2019 el volumen producido fue de 62.593.000 toneladas de carne, la mayor producción de la historia. Los impulsores del crecimiento de la demanda mundial de carne bovina son los países asiáticos, que según datos de Fegasacruz incrementaron su consumo de carne de 33 % en 2014 a 43 % en 2018.

Solamente China en 2019 incrementó la demanda de carne bovina en más del 58 %. Este boom comercial sin precedentes es consecuencia del brote de peste porcina que vivió este país y que desmoronó los mercados de carne de cerdo y ocasionó la pérdida de casi cinco millones de animales, según la FAO. Esta situación dio lugar a que los países asiáticos consumidores de carne porcina, incrementen sus importaciones no solo de cerdo sino de carne bovina, generando una demanda inusitada a nivel global (Jica; Cadex, 2020).

Actualmente los principales proveedores de carne vacuna a China son: Brasil con 2.171 millones de dólares en exportaciones, Argentina con 1.776 millones de dólares y Australia con 1.528 millones de dólares (BCR, 2020 con datos de 2019). En ese sentido, los países que han crecido en producción de carne bovina en 2019 son Estados Unidos con un 1,5 % (posee un hato de 97 millones de cabezas y produce 12,4 millones de toneladas de carne al año), Brasil con 3 % (posee 220 millones de cabezas de ganado y produce 10 millones de toneladas de carne anualmente), China con 1,5% (cuenta con 49 millones de cabezas de ganado y produce 6,5 millones de toneladas de carne al año), México con 2 % e India con 1%. Según la BCR, en 2019 los precios de carne bovina Argentina se mantuvieron en 400 dólares la tonelada. Sin embargo, las perspectivas agrícolas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de 2017 a 2026 (2017) no ofrecen un panorama muy favorable para el comercio cárnico, pues en su proyección de costos de este producto a 2026, las instituciones estiman que el precio de la carne vacuna llegará a USD 3.984/t en canal, es decir, se habrá estancado.

La apuesta actual del agronegocio se basa en el ascenso social de la clase media asiática (que pasará de 1.380 millones a 3.482 millones de personas en 2030), lo que haría que se amplíe y modifique la dieta oriental pasando de consumo de carne porcina a bovina y que además este segmento pague por productos caros exportados, en los casos de Japón, China y Corea, es uno de los datos destacados del informe anual del Credit Suisse Wealth Report (Jica; Cadex, 2020).

Por su parte, las proyecciones menos optimistas de la OCDE y la FAO apuntan a que brotes de enfermedades de animales y políticas comerciales definirán la dinámica de los mercados mundiales de carne: “La aplicación de diversos acuerdos comerciales, como el ya ratificado Tratado de Libre Comercio China-Australia (ChAFTA), o el Tratado de Libre Comercio Canadá-Ucrania (CUFTA) y el Acuerdo Económico y Comercial Global (AECG), ya suscritos, podrían ampliar y diversificar el comercio de carne durante el periodo de las perspectivas”.

Hay que recordar que el pasado 4 de septiembre Brasil suspendió temporalmente la exportación de carne bovina a China –pese a representar el 40 % en las importaciones de carne de ese país- por el hallazgo de dos casos de “mal de la vaca loca” en un matadero en Belo Horizonte y otro de Mato Grosso. Aunque se espera que la suspensión no sea muy extensa debido a la dependencia de China respecto del suministro cárnico brasileño, pues como antecedente en junio de 2019 Brasil había detenido exportaciones por razones similares y la medida duró 10 días. Aunque en el caso de Irlanda, país proveedor de carne a China, las exportaciones siguen detenidas desde mayo de este año, luego de presentarse un caso de “vaca loca” (Contexto ganadero, 2021). Además del factor sanitario y político, las proyecciones de la OCDE y la FAO apuntan a que el mercado de consumidores también podría tener alguna influencia: “Los consumidores muestran inclinación por los productos cárnicos ecológicos u orgánicos y sin antibióticos, pero el grado en el que están dispuestos a pagar más por ellos aún no resulta claro” (OCDE; FAO, 2017). De la misma manera falta analizar la reacción de los consumidores frente a variables como los pasivos ambientales de la actividad ganadera en los centros de origen del producto.

Lo cierto es que el sector ganadero cruceño –el segmento que aglutina a los grandes y medianos productores- se prepara para llegar a 2025 con el reto de lograr las 70 mil toneladas de excedente de carne para exportar, lo que representa casi cuadriplicar el superávit actual de producción cárnica. Y si las ambiciones son compartidas por sus pares benianos, posiblemente el escenario ganadero se modifique aceleradamente el próximo quinquenio. De hecho, recientemente el alcalde de Trinidad, Cristhian Cámara, firmó una carta de intenciones con la compañía rusa industrial Rusfer SRL para la industrialización de carne y sus derivados, a partir de la elaboración de un proyecto a diseño final, capacitación y transferencia de tecnología por parte de la empresa extranjera. El frigorífico Fridosa también se ha manifestado a favor de apoyar la industrialización cárnica en ese departamento, e incluso en septiembre pasado abrió una sucursal en Trinidad para brindar asesoramiento técnico sobre exportación de carne.

Referencias

Agencia de Cooperación Internacional Japonesa – JICA; Cámara de Exportadores, Logística y Promoción de Inversiones de Santa Cruz – CADEX (2020). Estudio para el fortalecimiento de la competitividad de la cadena de valor de la carne bovina, a través de un diagnóstico integral para la promoción de la exportación destino: Asia. 

Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) (21/05/21). Carne vacuna y el contexto mundial: Vientos a favor en un mar de incertidumbres. Año XXXIX – N° Edición 2003.

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* Foto portada: Frigorífico BFC.